Inteligencia emocional, el reto de la educación superior en la presencialidad

Nuevas dinámicas de estudio tuvieron que ser adaptadas en las universidades de la región a partir del ajuste que generó la pandemia, sin embargo, de vuelta a la presencialidad, la inteligencia emocional es uno de los temas que deberían empezarse a trabajar con mayor fuerza.

Por Natalia Chipatecua 

El fenómeno social, a raíz de una pandemia que impactó las universidades, desató no sólo nuevas formas de adquirir conocimiento, sino que, además, afloró situaciones adversas en los jóvenes.

Después de 18 meses de un aprendizaje impartido a través de la virtualidad, Fray Rodrigo García Jara O.P, Vicerrector de la Universidad Santo Tomás, considera que uno de los aspectos que debe ajustarse de vuelta a las aulas de clase es la inteligencia emocional.  

“Más allá de las nivelaciones académicas hay un tema complejo y son todas las repercusiones negativas que tuvo la pandemia; muchos jóvenes tenían ya de por sí situaciones adversas en su vida y esa crisis las impulsó aún más e incluso generaron más problemas. Todas las universidades deben empezar por fortalecer esa inteligencia emocional de la comunidad estudiantil. Los alumnos muchas veces tienen fragilidad para enfrentar problemas y eso repercute indudablemente en el rendimiento académico de los mismos”, explicó el directivo a Periódico del Meta.

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En la misma medida, Jara resalta la importancia de que se pueda volver a las aulas de clase, considerando ser una forma de preparación integral para los alumnos, que contribuye a ese esfuerzo de acompañamiento social. 

“En la Santo Tomás le hemos siempre apostado a la presencialidad porque creemos que el ser humano debe tener una formación integral, dentro de esa formación integral está aprender sobre virtudes cívicas como la tolerancia, el respeto y la solidaridad, que se aprenden, entre otras cosas, en un espacio como las aulas de clase, donde se pueda debatir, aprender ser crítico y éticos, en la medida en que se van construyendo las relaciones interpersonales”, dijo el vicerrector. 

Por su parte, Ivonne Ubaque, economista y secretaria de Educación de Villavicencio, coincide en que la presencialidad es la mejor forma de garantizar cambios y mejores resultados académicos y personales de los jóvenes. 

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“Las tecnologías de la información ‘informan, pero no forman’, necesitábamos que los estudiantes volvieran a las aulas; allí tienen un proceso de formación muchísimo más consolidado, con interacción entre profesores y compañeros, que es muy importante; así sea con parámetros de bioseguridad, esta cercanía refuerza mejor el aprendizaje y tenemos la posibilidad de atender situaciones que requieran una mayor orientación”. 

Ante la posibilidad de establecer nivelaciones académicas en este retorno presencial, el Vicerrector de la Universidad Santo Tomás asegura que es una estrategia considerable teniendo en cuenta los vacíos que dejó la educación virtual. 

“Los estudiantes no estaban preparados para autogestionar su conocimiento, les falta voluntad para capacitarse individualmente y poder forjar ese compromiso de ir más allá porque no somos lo suficientemente autodidactas”, manifestó Fray Rodrigo García.

“En la Universidad Santo Tomás evaluamos las habilidades y capacidades de los estudiantes según el programa que hayan escogido, lo que nos permite evidenciar esos vacíos intelectuales y así mismo poder actuar. Les brindamos cursos intersemestrales y tutorías para fortalecerlos académicamente, sin embargo, lo llevamos a cabo de manera individual, para no estancar el proceso de otros que quizás no requieren la nivelación académica”, expuso el Vicerrector académico. 

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 En medio de estos cambios de la educación superior en la pospandemia, también prevalece la necesidad de adaptación y capacitación continua respecto al uso de herramientas tecnológicas, que sí bien fueron un reto para muchos, estas ratificaron su trascendencia. 

El auge de estas plataformas que cambiaron la forma de acceder a la información y que en su momento impulsaron las universidades, continuará escalando la preparación académica de los jóvenes y exige, por ende, visualizar nuevas formas de adaptación. 

“Las tecnologías llegaron para quedarse y están inmersas en todos los aspectos, uno de los cambios más significativos es ese. Si queremos responder a las necesidades y exigencias del mundo actual, tenemos que implementar las tecnologías, además porque tenemos jóvenes que nacieron en ese contexto digital. Sin embargo, esto también implica ver las tecnologías no como un fin sino como un medio. Tampoco se trata de que ellas determinen nuestra vida y nuestro comportamiento, el cambio radica en articular debidamente la tecnología con la presencialidad”, precisó el Vicerrector de la Santo Tomás sede Villavicencio. 

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La pertinencia y relevancia de los distintos canales digitales garantizaron la educación superior en medio de un confinamiento, pero a su vez, evidenció la falta de preparación frente a su funcionamiento. 

Edwin Coba, Ingeniero de Sistemas de la Universidad Cooperativa, afirma que la mayoría de programas educativos no están diseñados desde su origen para este tipo de modalidad, lo que sigue siendo un nuevo reto para las universidades.

“Lo importante es organizar, incorporar y desarrollar todo este tipo de competencias tanto para los estudiantes como para los docentes que son los más llamados a evolucionar en los programas digitales y cómo a través de esto imparten los conocimientos  de manera más atractiva para los estudiantes; es un llamado a los docentes e incluso para directivos de las universidades porque van a tener, ahora sí o sí, que empezar con estos rubros en materia tecnológica si quieren conservar su capacidad de oferta”, sostuvo el experto. 

“Se deben reforzar estos contenidos para hacerlos mixtos e invertir en infraestructura que permita ofrecer de una manera rápida y atractiva la información que se quiere impartir desde las aulas de clases. Los jóvenes constantemente están buscando cosas nuevas y enfocan su interés en lo que más les agrade”, dijo el también especialista en Gestión de Ciudades y Territorios. 

La educación mediada por las tecnologías, ligada a la esencia de los contenidos y el acompañamiento ejercido desde las aulas de clase, permitirán que este regreso a la presencialidad fortalezca la integralidad y con mayor eficacia se continúe impulsando la educación superior en el Meta.

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