Personaje del año: los niños de la selva

La valentía de los niños, especialmente Leslye, la mayor, se destacó al sobrevivir más de un mes entre las selvas del Caquetá. Una hazaña que refleja la valentía de los niños que más sufren. 

Por Luissa Fernanda Pérez

En la espesa selva del Caquetá, una historia marcó la vida de cuatro niños que representan la realidad de muchos niños en Colombia. Víctimas de abandono, de abusos y en busca de oportunidades que les permitieran gozar de mejores condiciones de vida, en una avioneta los hermanos Mucutuy sobrevolaban la zona que por muchos días sería su ‘hogar’.

El pasado lunes primero de mayo, Magdalena Mucutuy, junto a sus cuatro hijos, abordaron la aeronave HK2803, la cual se dirigía hasta San José del Guaviare, donde los esperaba Manuel Ranoque, padre de los menores, con la promesa de un dinero que le llegaría del gobierno para, finalmente, vivir como esperaban merecerlo. Sin embargo, los planes se disiparon cuando al volante, el piloto pidió ayuda a la torre de control debido a una emergencia en el aire: “¡Mayday, Mayday! Tengo el motor en mínimas”, fue el mensaje recibido desde la aeronave. La preocupación incrementó cuando las instrucciones emitidas desde la torre no fueron recibidas y la avioneta desapareció de los radares.

La avioneta cayó entre las selvas del Caquetá y el paradero de los tripulantes era incierto. Fueron siete sus ocupantes, entre ellos cuatro menores de edad que no se tenían identificados. Los cuerpos de los adultos aparecieron, pero los niños seguían sin ser encontrados. Las posibilidades de que estuvieran vivos eran pocas, pero las esperanzas estaban vivas con cada rastro que encontraban. Un tetero, un pañal, una prenda, un cambuche daban pistas de que tal vez hubiesen sobrevivido.

De inmediato, el país entero se unió en la esperanza de que fueran encontrados. Las autoridades trabajaron días y noches enteras para lograrlo; los resguardos indígenas estudiaron la zona para hallarlos, y hasta los más escépticos se internaron en los rezos de los ancestros, agotando los recursos posibles que dieran con su paradero. Wilson, un perro de búsqueda, hizo parte fundamental de las operaciones, olfateó sus pertenencias y en su afán de jugar con los inocentes, se perdió en la selva.

Finalmente, llegó el día que quitaría la preocupación y que celebraría desde el presidente Gustavo Petro hasta el último de los colombianos:  el hallazgo de los menores. Leslye, de 13 años; Soleiny, de 9 años; Tien, de 4 años y Cristin de un año, después de 40 días, fueron encontrados el pasado 9 de junio.

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¿Cómo sobrevivieron? Esto aún sigue siendo un enigma que llevan consigo los niños, ya que de su experiencia no se sabe mucho. Sin embargo, Periódico del Meta indagó con miembros de su familia para saber cómo lo habrían logrado. Según Damaris Mucutuy Valencia, tía de los menores, la niña mayor tiene conocimientos para sobrevivir en el monte, por lo que puede ser quien dirija a sus hermanitos para mantenerse con vida. “Pienso que la niña mayor es la que va dirigiendo a sus hermanitos, yo me crie con ella y jugábamos a armar cambuches en el bosque. Siento que ellos están vivos, ella es fuerte y berraca, sabe cómo es estar en el monte y armar cambuches, siento que ella es la que tiene a sus hermanitos con vida”, expresó Damaris.

Por otro lado, se especulaba sobre la teoría de que los espíritus de la selva los estuviera protegiendo, de que fuera “virgen” y por eso era tan difícil dar con su paradero. Sin embargo, la especulación que tomaba fuerza con la realidad que se escondía en los menores, era que los niños se escondían a propósito por no querer volver a manos de su padre, en especial Leslye. “Cuando sonaba el helicóptero, ellos se metían debajo de una palizada y de los palos grandes por el miedo. Cuando los buscaban los ‘paisanos’ y el Ejército, ella (Leslye, de 13 años) cuenta que pasaban a 10 metros de ellos y que se quedaba quieta, le tapaba la boca al pequeñito para que no llorara”, así lo expresó Narciso Mucutuy, abuelo de los hermanos.

Reflejo de una sociedad

Según familiares, Ranoque intentó abusar de Leslye y su madre era víctima de maltrato. “Lesly no quería saber nada, mejor dicho, ella quería morirse porque ella maltrataba mucho a la mamá. Ella me decía ‘abuelita yo no quiero estar allá al lado de mi mamá porque mi padrastro pelea mucho, me da miedo”, dijo María Fátima Valencia de Mucutuy, abuela de los menores.

Seis meses después de su encuentro, Fidencio Valencia, tío – abuelo de los niños, indicó que los hermanos se encuentran bien, en Bienestar Familiar a la espera de quien pueda tener su custodia. La visita los viernes se volvió una rutina, todo producto de las decisiones que los adultos toman y que, en muchos casos, terminan siendo los niños los paganos. “Antes de la tragedia, ellos estaban bien, tenían un hogar, estudio, amor, el calor de su familia, su mamá los tenía en buenas condiciones, esto que estamos viviendo es el resultado de las mentiras de ese señor”, indicó Valencia a Periódico del Meta.

La valentía de cuatro niños en la penumbra de la selva es el símbolo de muchos niños colombianos que tienen que hacerse adultos desde muy temprana edad. Hay muchos Lesly en esta selva de cemento, que se tienen que hacer cargo de sus hermanitos a causa del abandono, el maltrato, el abuso y la indiferencia no solo de sus padres, sino de un Estado y un país que no les brindan unas oportunidades que les permitan cambiar su futuro. Es por esto por lo que los hermanos Mucutuy son el Personaje del Año para Periódico del Meta.