Alberto Mariño, presidente de Proindesa habló sobre responsabilidades en la crisis del kilometro 18 | Entrevista

- Publicado en Oct 19, 2025
- Sección Entrevistas

El presidente de Proindesa explica las causas que originaron el derrumbe en el kilómetro 18 de la vía al Llano, aclara las responsabilidades frente al mantenimiento del corredor y plantea la necesidad de una articulación más estrecha entre la planificación territorial y las obras de infraestructura para evitar futuras emergencias.
Por Lina Herrera
El ingeniero Alberto Mariño Samper (A.M.) es un reconocido experto en infraestructura vial con más de 40 años de experiencia en la construcción y gestión de megaproyectos en Colombia. A lo largo de su carrera ha desempeñado cargos de alta responsabilidad, entre ellos la Vicepresidencia Técnica de Odinsa hasta 1995, la Gerencia General de Coviandes hasta 2020 y, actualmente, la Presidencia de Proindesa, holding de infraestructura del Grupo Aval, al cual pertenece Coviandina.
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Su experiencia abarca la gestión de riesgos, la administración de contratos y la dirección de juntas directivas, además de un profundo conocimiento de la normatividad y especificaciones técnicas aplicables a proyectos viales. Durante tres décadas ha liderado equipos de ingeniería dedicados al estudio, diseño y desarrollo de soluciones para la vía Bogotá–Villavicencio, una de las carreteras más complejas y estratégicas del país por sus condiciones geológicas.
En esta entrevista con Periódico del Meta (PDM), el presidente de Proindesa analiza las causas del reciente deslizamiento ocurrido en el kilómetro 18 de la vía al Llano, se refiere al papel de la concesionaria frente al mantenimiento del corredor y explica los retos estructurales y de planificación que enfrenta este eje vial fundamental para la conexión entre Bogotá y la Orinoquia.
PDM: ¿Qué tan cercano es a la situación de la vía al Llano?
A.M.: Llevo 30 años conociendo la vía Bogotá-Villavicencio. Originalmente estuve como gerente de Coviandes y hoy en día soy el presidente de Proindesa, que es el holding de infraestructura del Grupo Aval, al cual pertenece Coviandina. Realmente, no solo yo: hay un grupo de ingenieros que hemos dedicado cerca de 30 años al estudio de los problemas y al propio desarrollo de la vía al Llano.
PDM: ¿Qué pasó en el kilómetro 18 exactamente?
A.M.: Yo diría que en el kilómetro 18 hubo una suma de factores. Es una zona con un coluvión muy susceptible a los cambios de humedad; se produjeron unas lluvias intensas en la zona y hemos visto cómo se ha venido cambiando el uso de unas obras que fueron construidas en el año 2016.
PDM: ¿Pudo inferir el factor humano?
A.M.: Hay agricultores; ellos cultivan su tierra, y yo diría que, por el tipo de material y las altas lluvias, se produjo ese deslizamiento del km 18.
PDM: O sea que las causas vienen más desde los territorios, no de la vía…
A.M.: El problema no es la calidad de la carretera, el problema no es la estabilidad de las obras; el problema se genera por fuera del corredor, y lo que pasa es que el deslizamiento termina tapando la carretera. Pero, indudablemente, se genera desde los predios privados hacia esta.
PDM: Entonces, lo que usted expone, ¿contradice las versiones del gobernador de Cundinamarca, quien señalaba que la concesionaria no hizo mantenimiento en estos pozos de abatimiento?
A.M.: Considero que ha estado mal informado. Los registros que nosotros tenemos realmente muestran lo contrario, y no se trata de decir si el gobernador tiene la razón o no, o si yo lo voy a desmentir o no. La realidad muestra lo que ha sucedido: los riegos afectan el tipo de suelo que está en esos predios, y cualquier cambio grande de humedad —que se dio y se confirmó con las altas intensidades de lluvia de los últimos días— fue lo que generó el deslizamiento. Con mantenimiento o sin mantenimiento, esa no es la causa; realmente, el problema es el tipo de suelo y el cambio en la humedad del terreno.
PDM: ¿Usted sugiere que el Estado debe entrar a comprar los terrenos cercanos a la carretera para encontrar una solución definitiva en la vía?
A.M.: Lo que sucede es que los predios son privados y, si queremos mantener la estabilidad del corredor, los predios que no forman parte de la zona de carretera, pero sí afectan la vía, deben tener una solución. No podemos decirles a los dueños de los predios o a los agricultores: “Ustedes no pueden volver a cultivar”. Ellos tienen que vivir de algo, y esos son sus territorios; de ello han vivido mucho tiempo. Entonces, habrá que comprarles las tierras o llegar a un acuerdo con ellos para que se puedan hacer unas obras que estabilicen y mitiguen el deslizamiento, y así podamos mantener libre el corredor de derrumbes. Pero eso implica necesariamente negociar con ellos.
PDM: Actualmente, con la situación del kilómetro 18, ¿la concesionaria no está interviniendo junto al Estado?
A.M.: Nosotros hemos hecho algunas actividades en la parte alta del deslizamiento, buscando secar la zona y tratando de recuperar todos los pozos que habían sido afectados por actividades agrícolas, mangueras, canales, todo. Y hasta ahí estamos llegando, porque sobre el tema propiamente dicho —el derrumbe— la ANI tomó la decisión de encargar al Invías de recuperar ese sector. Nosotros no sabemos qué van a hacer sobre la vía.
PDM: Ingeniero, usted menciona que las soluciones para los problemas de la vía, en general, son túneles y viaductos. ¿Cómo es esto?
A.M.: Lo que pasa es que, si se busca un corredor que pueda estar libre de ese tipo de afectaciones, tiene que ser un corredor con estas obras. La forma de pasar ciertos deslizamientos o inestabilidades de la carretera es a través de esos viaductos, y parte de esos túneles tendría la menor afectación, indudablemente. Tiene un costo importante, pero creemos que es la forma más estable de construir esa calzada nueva entre Bogotá y El Tablón.
PDM: ¿Qué pasa con la quebrada La Estaquecá?
A.M.: La quebrada La Estaquecá viene teniendo una afectación grave en su cuenca. Es una quebrada con un alta pendiente, y cada vez que se produce una avalancha, se afecta más la cuenca. Hoy en día decimos —creo que se ha multiplicado por diez la cuenca afectada frente al primer informe que logramos hacer— que hay que buscarle una solución, pero la solución está en la cuenca, no en hacer obras gigantescas en la carretera.
PDM: ¿Existe la probabilidad de que lo que pasó en el kilómetro 18 pueda ocurrir en otros puntos de la vía?
A.M.: Por eso estamos diciendo que es fundamental articular los planes de ordenamiento territorial con la carretera, porque hemos visto que las afectaciones a la vía por construcciones en otros municipios están comenzando a aparecer.
PDM: ¿Se debe gerenciar la vía al Llano?
A.M.: Así es. Ojalá la Orinoquia busque cómo gerenciar esa vía, porque ellos son los que más sufren cuando hay interrupciones.
PDM: ¿La reducción en peajes por la crisis en el kilómetro 18 afecta a la concesionaria?
A.M.: Indudablemente que la afecta, porque el tema de caja se ve comprometido y nos pone en serias dificultades para poder pagar las deudas que adquirimos para hacer la construcción y para operar la carretera. Entonces, obvio que nos afecta. Al final, tendremos que sentarnos con la ANI a revisar este tema.
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