Cambios en el arbolado invitan a repensar su manejo ambiental

La poda de árboles en distintos puntos de Villavicencio ha abierto nuevamente la conversación sobre el control y la preparación de los distintos operadores para llevar a cabo estos cortes.

Por Felipe Peña

Sectores como Barzal, La Grama y El Emporio han visto disminuido su entorno arborizado a raíz de las podas realizadas por diferentes empresas públicas, hechos que abren el cuestionamiento sobre si estas prácticas se ejecutan con estándares técnicos que salvaguarden la integridad de los árboles y su función ecosistémica.

Para Jhon Henry Márquez, activista ambiental, no existe una socialización adecuada con las comunidades sobre los motivos para llevar a cabo la tala ni sobre la forma en que se efectúa. Además, advierte que en Villavicencio no hay un Plan Forestal Municipal que determine la ubicación e importancia de los árboles para el ecosistema y el control de la temperatura en las zonas donde se encuentran.

“Villavicencio es una ciudad sumamente crítica en su temperatura (…) El calentamiento de la ciudad es algo que todavía se tiene muy en cuenta y en esto, los árboles juegan un papel sustancial para crear esos microclimas de supresión de los puntos de calor. Todo eso ha sido totalmente omitido”, explicó el ambientalista.

Uno de los hechos más recientes sucedió en el barrio El Emporio, donde se evidenció la tala de aproximadamente cinco árboles. La situación generó indignación en parte de la comunidad, pues, si bien los ejemplares interferían con las redes eléctricas ubicadas a gran altura, estos fueron cortados en su totalidad.

Frente a este caso, Alexander Novoa, secretario de Medio Ambiente del municipio, aseguró que el permiso para el desrame de estos árboles se otorga tras un estudio realizado por ingenieros forestales de la entidad, encargados de determinar el estado del ejemplar. No obstante, aclara que la ejecución de las actividades depende de los operadores, quienes finalmente determinan cómo se realizan.

Asimismo, reconoce que muchos de estos cortes autorizados , como los de El Emporio, terminan en podas inadecuadas y en la tala completa del árbol por decisión del operador, con el fin de evitar un mantenimiento constante. Sin embargo, señala que la facultad para sancionar estas prácticas recae en las autoridades ambientales.

“Las mayores quejas que hemos tenido por podas antitécnicas vienen de la EMSA (…) Pero nosotros solo podemos hacer recomendaciones, no le podemos exigir a la empresa: ‘oiga, si ustedes no me hacen la poda técnica lo voy a sancionar, lo suspenderé o quitaré la facultad’, no podemos porque no somos autoridad ambiental”, aclaró.

Por su parte, Cormacarena, autoridad ambiental facultada para sancionar este tipo de prácticas, adelanta mesas de trabajo en distintos puntos del municipio con la comunidad, los operadores y la Secretaría de Medio Ambiente, con el fin de evaluar las quejas sobre los procedimientos realizados por las empresas autorizadas para la poda y así efectuar las sanciones correspondientes.

Sin embargo, para Márquez, la protección del arborizado del municipio no debe limitarse a sanciones, sino que requiere prevenir y establecer parámetros a través de herramientas legales que permitan a las autoridades ambientales regular la forma en que se podan los árboles, reduciendo así el daño que una mala práctica puede generar en el entorno.

“A falta de que no haya un documento guía, las autoridades ambientales se limitan más que todo a castigar, no hacen acciones de prevención, porque precisamente no existen las herramientas; por eso es importante que Villavicencio tenga un Plan Forestal Municipal”, concluyó el ambientalista.