Gobierno y veedores discrepan sobre avances en la vía al Llano

La veeduría vial del Meta advirtió que la inestabilidad de otros puntos críticos como del km 58 podría provocar nuevos cierres totales, pese a que varios tramos fueron pagados con peajes y siguen fuera de servicio.

Por Daniel Jiménez

En una reunión de seguimiento convocada por la Contraloría General de la República, autoridades del sector transporte, representantes ciudadanos y mandatarios regionales revisaron los avances frente a la emergencia del kilómetro 18 de la vía Bogotá–Villavicencio. El encuentro permitió exponer el estado de las obras, la gestión de recursos y las preocupaciones derivadas de los constantes cierres del corredor vial.

El presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), Óscar Torres Yarzagaray, explicó que la emergencia generada por el deslizamiento de más de 10.000 metros cúbicos de material obligó a implementar medidas de corto plazo como la habilitación de un bypass de 680 metros, lo que evitó la incomunicación total del corredor.

Le puede interesar: Presidente de Andesco habla sobre tarifas justas en el Llano | Entrevista

Asimismo, indicó que se continúa con obras de mitigación lideradas por Invías, mientras la vía opera en doble sentido de forma temporal. Agregó que la ANI priorizó recursos para estudios y diseños definitivos, así como para la estructuración de una APP de iniciativa pública, cuyo CAPEX estimado es de 4,2 billones de pesos y cuya fase de estructuración se extenderá hasta el 31 de diciembre de 2026.

En cuanto a la Contraloría General de la República, el contralor delegado, Luis Fernando Mejía, subrayó la necesidad urgente de intervenir los puntos críticos sin esperar los tiempos de ejecución que implica una APP. Señaló que los cierres recurrentes de la vía generan costos económicos, sociales y de bienestar muy altos para los departamentos de la Orinoquia, por lo que el ente de control insistirá en que las inversiones prioritarias se ejecuten con oportunidad y transparencia.

No obstante, en la reunión no solo se destacó los avances en manera de ejecución, sino también los reclamos de los veedores encargados de estar al tanto de todo lo que sucede con la vía Bogotá Villavicencio.

Inicialmente, Orlando Barbosa Villalba, presidente de la Veeduría Vial del Meta, denunció la falta de avances sobre obras ya pagadas con peajes, particularmente los cuatro kilómetros de la doble calzada Chirajara–Guayabetal que permanecen fuera de servicio por la falla del kilómetro 58. Barbosa insistió en la entrega de estudios, interventorías y cronogramas, así como en reactivar el control fiscal participativo en el corredor.

“La carga ha sido para los usuarios de la vía Bogotá–Villavicencio; ya pagamos estas obras y seguimos sin soluciones en los puntos inestables”, señaló Barbosa.  A su turno, el director ejecutivo del Comité Cívico de Villavicencio, Néstor Restrepo Roldán, respaldó la intervención de los veedores y lamentó el deterioro de la vía Estaqueca, cuyos cuatro kilómetros se encuentran sin servicio desde hace más de un año pese al costo que representa para los usuarios.

“Es lamentable ver que solo 100.000 millones de pesos haya para la vía, sabiendo todas las necesidades que tiene este corredor”, manifestó Restrepo, quien también recordó que, en 2023, el sector transportador recibió un compromiso público por más de 300.000 millones de pesos que nunca se concretó. El ejecutivo insistió en que el corredor Bogotá–Villavicencio es la única ruta plenamente operativa para la Orinoquia y urgió soluciones definitivas.

En cuanto a Cundinamarca, la alcaldesa de Chipaque, Jhoana Moreno Mora, pidió acelerar la compra de predios de la comunidad de Caraza, afectada por el manejo de aguas y la pérdida de su actividad productiva.

“La comunidad de Caraza no ha podido volver a cultivar ni emprender mientras sigue pendiente la compra de sus predios; no sabemos qué más decirles”, expuso la mandataria.

La Veeduría Vial del Meta lanzó una última advertencia antes de cerrar la sesión: si los puntos críticos continúan sin intervención y los estudios no se socializan con transparencia, el corredor seguirá expuesto a fallas que pueden cerrar por completo la vía en cualquier momento.