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sábado, 15 de noviembre de 2025
Pico y placa : No aplica

‘La música llanera necesita estrategias para no ser devorada por otros géneros’ Marco Sergio Rodríguez | Entrevista

'La música llanera necesita estrategias para no ser devorada por otros géneros' Marco Sergio Rodríguez | Entrevista 1
El compositor Marco Sergio Rodríguez habla de su legado, sus proyectos actuales y los retos que enfrenta el folclor llanero frente a la música popular, el reguetón y el vallenato.
RP
Redacción PDM

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Con más de cuatro décadas entregadas a la música y con un repertorio que supera las mil composiciones, Marco Sergio Rodríguez (M.R.) se ha consolidado como uno de los grandes referentes del folclor llanero. Autor de clásicos como Predestinación, pieza que ha trascendido fronteras y géneros, Rodríguez combina su faceta artística con la vida pública, pues en su pasado se desempeñó no solo como presidente de Sayco, también fue diputado y representante a la Cámara por el departamento del Vichada.

Tras once años de silencio creativo, marcados por su paso por el Congreso y las secuelas que le dejó el Covid-19, regresa con nuevos proyectos y con una preocupación latente: el riesgo de que la música llanera quede relegada frente al auge de la música popular y el reguetón. En diálogo con Periódico del Meta (PDM), el compositor habla de su legado, de la importancia de universalizar el género sin perder su esencia y de los desafíos que enfrentan las nuevas generaciones de intérpretes y creadores.

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PDM: ¿Por qué dejó de componer?

M.R.: Duré 11 años sin dar composiciones, porque al estar en el Congreso no lo tenía permitido. Después, el Covid 19 me dejó sin voz, y uno sin voz no puede dar las canciones.

PDM: Regresó como autor, ¿qué planea?

M.R.: Estoy en seis proyectos: entre ellos con Wilton Gámez, con ocho canciones; otro con Jostimar Prada, con seis canciones; Walter Silva me dijo que le hiciera dos sencillas.

PDM: ¿Cómo determina qué canción entregarle a cada artista?

M.R.: Cuando a uno le nacen las canciones, uno lo sabe.

PDM: ¿Cómo es el proceso de composición?

M.R.: En mi celular hay más de 800 composiciones iniciadas; en todas se escucha mi voz. Esto sucede cuando estoy cerca de la soledad, solo más que todo de noche o en la madrugada, yo compongo más en invierno que en verano, esto por lo gris, por lo triste. La musa llega más rápido.

PDM: ¿Qué se necesita para que una canción pegue y la escuchen no solamente en la región, sino también en otras partes del país?

M.R.: Es una pregunta muy interesante y difícil, porque yo compongo mucha juglaría también, pasajes que hablan del Llano. Por ejemplo: Caballo Zaino, lo entiende una llanera, no una paisa, yo le dedico esa canción a una llanera, pero una paisa queda loca, yo no podría dedicar esas canciones universalmente. Por eso las grandes editoras le piden a uno canciones universales.

PDM: ¿Qué puede ser universal en una canción?

M.R.: No hay nada más universal que cantarle al amor.

PDM: Composiciones suyas como ‘Predestinación’ han sido interpretadas en 23 géneros. ¿Qué necesita una canción para que, al igual que esta, trascienda?

M.R.: Cuando se hace una canción, más o menos se sabe si va a ser un palo o no. Al terminarla se sigue tarareando; uno que fue el que la hizo, se enamora de ella sin grabarla, y eso le pasa al que la escucha por primera vez, la repite, la dedica.

PDM: ¿Qué puede pasar con la música llanera si no salen esos compositores que le canten al amor?

M.R.: El artista que está ahora pegado es Jorge Guerrero y, como él está pegado en el Llano, entonces la mayoría está siguiendo ese renglón y eso para estas tierras es muy lindo, pero para lo que se busca, creería que no. Yo creo que debemos hacer muchos más ‘Egoísmos’, ‘Cómo no voy a decir’, para poder competir con esos monstruos de la música popular, ellos tienen más de 60 canciones pegadas en este momento. Si nos descuidamos, la música llanera se la va a comer el vallenato, la popular y el reguetón.

PDM: ¿Cómo saber si un nuevo talento va a tener futuro?

M.R.: Lo que necesitan es un trampolín para lograr competir bien porque la música

llanera es la más difícil de componer y es la más expresiva, en literatura, en

estructura, en sentimiento, la música llanera es fantástica; lo que falta son

estrategias.

PDM: ¿Cuánto se demora usted en componer una canción?

M.R.: Cuando me atrapa la musa y empiezo a rematarla, no me demoro más de

veinte minutos, porque si no, no la hago, es una vaina de Dios, un don. Voy a hacer un Guinness Record de cuántas canciones puedo hacer en un día, en un espacio donde la gente me dé la palabra y yo hacerla. Creo que puedo hacer de tres a cuatro por hora, que serían ochenta y pico de canciones con música en un día.

PDM ¿Qué hace que una canción se convierta en un clásico, como ocurrió con Predestinación?

M.R.: Esa es la pregunta del millón. Para mí, lo fundamental es que toque el alma antes que la cabeza. No basta con rimar “lucero llanero, quiero”. El final de la canción debe rematar fuerte, dejar al oyente con un sentimiento claro. Predestinación no dice simplemente “yo te voy a buscar”, sino “porque si tú no regresas, mi pobre vida se acaba”. Esa diferencia la hace eterna. Un clásico se da cuando el público, al escucharlo por primera vez, lo repite, lo dedica y lo hace suyo.

PDM ¿Qué riesgos enfrenta la música llanera en el panorama actual?

M.R.: Grandísimos. El vallenato, la música popular y el reguetón tienen 60 canciones pegadas en este momento. ¿Cuántas llaneras hay sonando en las emisoras nacionales? Muy pocas. Si no reaccionamos, nos puede pasar lo que a la cumbia o al bambuco, que fueron opacados por otros géneros. Las multinacionales apuestan por artistas como Karol G, y con 1.600 emisoras a nivel global una canción se vuelve éxito mundial en segundos. La llanera, en cambio, sigue dependiendo de festivales y voluntades locales.

PDM ¿Qué papel juegan las nuevas generaciones de artistas?

M.R.: Vital. Pero es injusto cómo compiten. A Walter Silva le pagan 80 millones por presentación, y lo merece. En cambio, a un talento nuevo le dan dos o tres millones, y debe esperar meses para otro contrato. En este mundo capitalista, quien no invierte en promoción en redes y medios no crece. Si no apoyamos a esos jóvenes, el género se estanca. Hace falta que los festivales incluyan a los nuevos al lado de los ídolos. Solo así se forman relevos.

PDM ¿Qué consejo le daría a esos jóvenes que sueñan con ser compositores o intérpretes llaneros?

M.R.: Que no piensen en competir. Que compongan desde el corazón, que busquen la musa. La música es un don, no un negocio matemático. Pero también deben entender que hoy la industria exige estrategia: redes, inversión y constancia. El talento sin visibilidad se queda guardado en un cajón.

PDM ¿Cómo sueña el futuro de la música llanera?

M.R.: Sueño con que no la devoren otros géneros. Con ver ídolos nuevos al lado de los grandes. Con que haya estrategias para competir globalmente. Porque la música llanera es de las más difíciles y expresivas que existen, pero también de las más hermosas. Si logramos unir tradición con universalidad, no habrá quien nos quite el lugar en la historia musical del mundo.


RP
Redacción PDM

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