Octavio Tejeiro Duque: el hijo del Llano que preside la Corte Suprema de Justicia | Entrevista

Nació en Villavicencio y hoy ocupa uno de los más altos cargos de la justicia ordinaria en Colombia. Octavio Tejeiro Duque (O.T.) es un hijo del Llano que ha dedicado más de 35 años de su vida al servicio de la justicia, demostrando que desde esta tierra también se puede trascender en la vida institucional del país. Su historia es un ejemplo de disciplina, amor por el derecho y profundo compromiso con la democracia.

Formado como abogado en la Universidad La Gran Colombia, Tejeiro Duque se especializó en Derecho Procesal Civil en la Universidad Externado de Colombia y obtuvo un máster en Argumentación Jurídica en las universidades de Alicante, en España, y Palermo, en Italia. A lo largo de su carrera ha ocupado cargos de gran relevancia. Además, en 2013 recibió la condecoración “José Ignacio de Márquez” al Mérito Judicial, categoría Plata, como mejor magistrado de Tribunal de la Jurisdicción Ordinaria.

Además de su trayectoria en los estrados, Tejeiro Duque ha sido un apasionado docente. Ha enseñado en distintas universidades del país y en la Escuela Judicial Rodrigo Lara Bonilla.

El pasado 28 y 29 de agosto, el magistrado regresó a su tierra natal para presidir el XXVIII Encuentro de la Jurisdicción Ordinaria, que por primera vez se realizó en Villavicencio y en los Llanos Orientales. El evento no solo reunió a magistrados, jueces y operadores judiciales de todo el país, sino que también se convirtió en un reconocimiento simbólico a la región que lo vio nacer y crecer.

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Con orgullo llanero, Octavio Tejeiro Duque representa hoy a Villavicencio en la más alta esfera de la justicia colombiana, demostrando que el Llano no solo aporta cultura, música y tradición, sino también liderazgo y sabiduría en la vida institucional del país.

En entrevista con Periódico del Meta, dialogó sobre la importancia de acercar la justicia a las regiones, los retos que enfrenta la Corte Suprema y la necesidad de fortalecer la confianza ciudadana en la justicia colombiana.

Por Lina Herrera

PDM: ¿Cada cuánto se realiza el Encuentro de la Jurisdicción Ordinaria en Colombia?

O.T.: Los encuentros de la Jurisdicción Ordinaria del país ocurren una vez al año. En la región de donde es oriundo el presidente de la Corte, este año nos correspondió a nosotros.

PDM: ¿Por qué es relevante realizar este evento en Villavicencio?

O.T.: Es la primera vez que ocurre en Villavicencio y en los Llanos de Colombia un encuentro nacional de la Jurisdicción Ordinaria. Eso tiene toda una simbología y representa un reconocimiento especial para la región, para Villavicencio, para el departamento del Meta y para toda la Orinoquía.

PDM: El presidente Petro asistió al Encuentro ¿Por qué es importante su participación?

O.T.: Porque es un evento muy importante de la Rama Judicial y, por tanto, muy importante del país. El presidente asiste y nosotros quisimos que lo hiciera, en virtud de la necesaria armonía y la colaboración armónica que debe haber entre las varias instituciones del Estado, entre las ramas del poder, que deben lograr entre todas obtener un país mejor para todos y todas.

PDM: ¿Qué oportunidades trae esta reunión?

O.T.: Una oportunidad de conversar, lograr colaboración armónica; de avanzar en búsqueda de lo mejor para el Estado, la sociedad y los ciudadanos.

PDM: ¿Qué decirle a los jóvenes que tal vez aspiran a un cargo como el suyo?

O.T.: Que hay que tener vocación. Y vocación no significa nada extraño, sino querer lo que se hace, perseverar, tener disciplina, pero, fundamentalmente, hacerlo con amor.

PDM: Últimamente parece que se ha desvirtuado un poco el concepto de justicia: para unos tiene un significado, para otros no. ¿Qué hacer ante eso?

O.T.: El concepto de justicia ciertamente puede tener algunas variaciones en la comprensión de las personas, pero de todos modos hay un núcleo esencial de la justicia que todos tenemos y sentimos. Lastimosamente, no todos lo practicamos.

PDM: ¿La Corte Suprema de Justicia tiene desafíos en los próximos años?

O.T.: Son muchísimos los desafíos, sobre todo en una Colombia tan violenta, tan conflictiva y que está pasando por un momento histórico tan difícil.

PDM: ¿Cómo cuáles?

O.T.: La justicia tiene que lograr mantener la democracia, la igualdad, la paz, la libertad y la dignidad. Y eso es muy difícil en medio de circunstancias tan conflictivas como las que vive el país.

PDM: ¿Usted considera que la justicia se puede politizar?

O.T.: Yo no creo que podamos hablar de politizar la justicia. Lo que creo es que hay actores diferentes en el Estado y en la sociedad que, en nombre de una u otra bandera, utilizan las palabras para arremeter con sus argumentos. Pero no considero que haya una verdadera politización de la justicia.

PDM: ¿Usted considera que los jueces pueden estar en peligro, especialmente en zonas donde el conflicto armado es más fuerte?

O.T.: Naturalmente. Los jueces que están en los sectores más conflictivos y violentos del país corren riesgos permanentes todos los días. Esos jueces y juezas se levantan con la posibilidad, lastimosamente cierta, de caer en defensa de la justicia, la democracia y la paz.

PDM: ¿Cómo hacer para castigar la explotación de menores de edad que son usados para crímenes, como el adolescente que atentó contra Miguel Uribe Turbay?

O.T.: Ese es un problema central y gravísimo que parte de una cultura como la nuestra: una cultura violenta, de dificultades y de conflicto. Ese tipo de cosas suceden, lastimosamente, aunque no deberían ocurrir. No deberíamos instrumentalizar al ser humano, y mucho menos al más vulnerable: un niño.

PDM: ¿Qué mensaje les envía a sus paisanos?

O.T.: Muchos saludos y mucha alegría para todos nuestros paisanos. Muchísimo optimismo: la tierra llanera se está dando a conocer en Colombia y en el mundo. Estamos abriendo muchas puertas y hay que continuar haciéndolo. Unos ya hicimos nuestra tarea, los demás deberán hacer lo que les corresponde.