Personajes del año 2025: dos historias, un mismo orgullo

Porque desde escenarios distintos lograron impactar positivamente al Meta y al país, convirtiéndose en símbolos de excelencia, disciplina y orgullo regional, Frank Solano Cepeda y Octavio Tejeiro Duque fueron elegidos Personajes del Año en PDM.

Frank Solano, oro joven del Meta

En medio de un panorama que por momentos pareció oscurecerse en el departamento, un brillo dorado emergió para devolver la esperanza: Frank Solano Cepeda, el gran campeón del Meta. Con apenas 18 años, el joven nadador se ha consolidado como una de las figuras más destacadas de la Liga de Natación del Meta, una trayectoria que comenzó a dar frutos desde 2021, cuando empezó a subir con frecuencia a los podios nacionales e internacionales.

Entre sus logros más recientes se cuentan dos medallas de oro en el Campeonato Nacional Interligas disputado este año en Medellín, así como su sobresaliente actuación en el Panam Aquatics 2025, celebrado en la misma ciudad, donde conquistó cinco preseas —dos de oro, una de plata y dos de bronce—. En estas competencias, Solano brilló especialmente en el relevo 4×100 mixto estilo libre y en los 50 metros libre, pruebas en las que ratificó su velocidad, técnica y versatilidad.

Su ascenso a la élite de la natación fue vertiginoso. La joven promesa captó rápidamente la atención de la Federación Colombiana de Natación, lo que le permitió integrar la Selección Colombia y representar al país en la Copa Pacífico de Natación, realizada en noviembre de 2022 en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, cuando tenía apenas 15 años.

Más recientemente, hace tan solo un mes, Solano se coronó campeón de los 50 metros libre en los Juegos Bolivarianos Ayacucho 2025, consagrándose como el nadador más rápido del certamen. Con un tiempo de 22.58 segundos, entregó a Colombia una nueva medalla de oro y marcó un hito histórico al convertirse en el primer nadador nacido en el Meta en conquistar una presea dorada en la categoría Open en un evento de esta magnitud.

Este recorrido por sus logros no solo evidencia el talento y la disciplina de Frank Solano Cepeda, sino que se convierte en una muestra clara de que la juventud metense, cuando se lo propone y cuenta con esfuerzo, constancia y oportunidades, puede trascender fronteras, hacer historia y convertirse en motivo de orgullo para todo un territorio.

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Octavio Tejeiro, llanero en la cúpula de la justicia colombiana

Desde los estrados más altos de la justicia colombiana, el magistrado Octavio Tejeiro Duque sigue llevando consigo la amplitud del Llano. Durante su paso por la Corte Suprema de Justicia, y especialmente en su año como presidente de esta, ha insistido en resolver con prontitud, rigor y sentido de justicia cada uno de los cientos de procesos que llegaron a sus manos.

Para Tejeiro, el mayor desafío de la justicia en Colombia es recuperar la confianza ciudadana. Cree que la justicia debe volver a ser vista como un faro que ilumina el comportamiento colectivo, no sólo como un aparato judicial distante.

“El reto que se impone de aquí en adelante es mostrarle al país cómo la justicia simboliza no sólo el sentido de lo justo, sino además la institucionalidad, la estabilidad y la seguridad de cada uno de los ciudadanos de Colombia”, expresó.

Y es que, para él, la justicia no es solo lo que dictan los jueces, también se construye en los actos cotidianos de cada ciudadano. Si cada persona obrara con rectitud, dice, el país tendría millones de acciones diarias de justicia.

Esa visión está profundamente marcada por sus raíces llaneras. Según él, “quienes hemos tenido la oportunidad de contemplar la inmensidad de la llanura, de contemplar su luminosidad, de caminar por sus caminos polvorientos y de darle la mano a los llaneros que encontramos en el camino, hemos tenido también la experiencia y la sensibilidad para lo justo y hemos adquirido una formación en la firmeza, el respeto y la argumentación”.

Representar al Llano en uno de los cargos más altos del país es, para Tejeiro, un honor y una responsabilidad, la de darle voz a una región históricamente relegada en los centros de poder.

Hijo del barrio La Esperanza de Villavicencio, Tejeiro no olvida su origen. Regresa cada fin de año a su tierra, a su familia y a esa luminosidad que lo formó. Su legado apunta a sembrar esperanza: demostrarles a los jóvenes llaneros que, con paciencia y perseverancia, los espacios se abren y los sueños también pueden cumplirse.