Un enemigo silencioso | Opinión

La lujuria, como todos los vicios, consiste en un deseo desordenado y compulsivo del apetito sexual por el placer carnal, donde el lujurioso no piensa en las consecuencias de sus actos, que pueden traerle graves repercusiones.

Puede llegar a ser el peor enemigo financiero de un hombre, ya que es una adicción que genera dependencia y, a largo plazo, destruye la integridad del ser humano, que lo único que busca es validación sexual sin importar el costo, lo que conlleva a una condición desprolija.

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No solo las personas, sino también el ámbito laboral y financiero están en contra de la lujuria. También lo está la parte espiritual de varias religiones.

El adicto pierde todo el enfoque psicológico, económico y espiritual por intentar llenar ese vacío existencial a través de placeres momentáneos. En una sociedad hipersexualizada se exaltan y enfatizan excesivamente los deseos sexuales, potenciados por una constante exposición a imágenes y mensajes sexualizados en los medios, las redes sociales y la cultura en general.

Quienes mantienen múltiples parejas sexuales suelen comprometer la totalidad de sus recursos socioemocionales. Esa energía, en mi modo de ver, podría invertirse en otras áreas del proyecto de vida, con mayor impacto y trascendencia, y siempre en beneficio del bienestar personal, familiar y social.

La pornografía se ha normalizado a tal punto que, muchas veces, se utiliza como psicoeducación en materia de sexualidad. Su consumo es promovido como algo permisivo, fácil y divertido. No obstante, es fundamental entender que lo expuesto en la pornografía no es más que una ilusión —una fantasía—, una especie de ciencia ficción con efectos especiales al mejor estilo de Hollywood, que crea un paradigma distorsionado y alejado de lo que representa una sexualidad sana y plena. Además, actúa como una herramienta de adoctrinamiento silencioso.

Asimismo, esta industria muchas veces cosifica a la mujer, representándola como un objeto sexual, sin miramientos por la dignidad ni respeto hacia su condición. En algunos casos, está vinculada a redes de trata de personas, prostitución de menores y otros delitos condenados por la legislación vigente.