40 millones de dólares para fortalecer la acción climática y la conservación en la Orinoquia

El Gobierno Nacional anunció un nuevo acuerdo de Pago por Reducción de Emisiones (ERPA, por sus siglas en inglés) que permitirá movilizar hasta 40 millones de dólares para impulsar un modelo de desarrollo rural bajo en carbono en la Orinoquia.

El anuncio fue liderado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, en articulación con el Ministerio de Agricultura y el Banco Mundial, como parte de la fase 3 del Programa de Reducción de Emisiones de esta región estratégica del país.

Esta nueva fase fortalecerá la acción climática en los territorios rurales mediante la restauración de ecosistemas y la promoción de modelos productivos sostenibles, que generen ingresos y mejores condiciones de vida para comunidades campesinas, indígenas, afrodescendientes y otras poblaciones rurales. La ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible (e), Irene Vélez Torres, destacó que este instrumento reconoce y compensa la capacidad del país para conservar sus ecosistemas, además de respaldar a las familias que practican formas de producción agro-campesina local.

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“Este programa se implementará específicamente en la Orinoquia colombiana, donde es fundamental fortalecer las economías campesinas que tienen un enorme valor por su agrobiodiversidad. Esa agrobiodiversidad asegura la conservación del agua y sostiene la vida que depende de los bosques”, afirmó.

El acuerdo cuenta con el respaldo de los países donantes del Fondo BioCarbono ISFL, entre ellos Alemania, Noruega y el Reino Unido, y ratifica el liderazgo de Colombia en el diseño de mecanismos innovadores de financiamiento climático basados en resultados. Según el Ministerio de Ambiente, esta etapa permitirá ampliar las intervenciones realizadas en fases anteriores y profundizar su impacto en la reducción de emisiones causadas por la deforestación en la región.

Además, la Tercera Fase del Programa Biocarbono brindará al país la oportunidad de demostrar los beneficios de la restauración ecológica, el uso sostenible del suelo y el fortalecimiento de economías rurales bajas en carbono, así como de implementar instrumentos climáticos que movilicen inversiones y refuercen la resiliencia territorial frente al cambio climático.