Agendas Territoriales para la reconciliación en el Meta, la gran apuesta de la reincorporación en 2024

- Publicado en Dic 23, 2024
- Sección Lo Mas Reciente, Experiencia de paz, Región


Sin reconciliación no hay paz
Agendas Territoriales Comunitarias, la gran apuesta hacia la reconciliación entre firmantes de paz y comunidades del Meta en 2024
A través de las Agendas Territoriales, impulsadas por la Agencia para la Reincorporación (ARN) como parte del Programa de Reincorporación Integral (PRI), se ha creado una apuesta clave para la reincorporación comunitaria, con un enfoque hacia la reconciliación. Estas agendas han propiciado el diálogo restaurativo entre firmantes del Acuerdo de Paz y comunidades, favoreciendo la reconstrucción del tejido social y la transformación positiva de los territorios.
El 2024 fue el año en el que firmantes de paz, víctimas y comunidades lograron establecer conversaciones poderosas para reconstruir las relaciones fracturadas por el conflicto armado, sanar heridas del pasado y trabajar juntos por la transformación de sus territorios. Fue, además, un período decisivo para acoger la reincorporación de quienes en 2016 firmaron el Acuerdo de Paz, promoviendo una cultura política basada en el diálogo, el reconocimiento del otro y el respeto por la vida.

Este fue el valioso resultado de las ocho Agendas Territoriales para la Reincorporación Comunitaria que se realizaron en el departamento del Meta, una estrategia impulsada por la Agencia para la Reincorporación (ARN) que apuesta por la reconciliación y la construcción de paz en Colombia. Implementada bajo un enfoque restaurativo, su objetivo es reconstruir el tejido social, salvaguardar la vida de los firmantes e impactar positivamente los territorios. Esta estrategia se desarrolló a lo largo del año en Villavicencio, Acacías, Granada, San Juan de Arama, Mesetas, Uribe, Puerto Rico y La Macarena y contó con la participación de más de 3.500 personas, entre firmantes de paz y miembros de las comunidades.
Estos espacios de conversación territorial enfocados en la reconciliación forman parte de las grandes iniciativas del Programa de Reincorporación Integral (PRI), puesto en marcha este año bajo el liderazgo de Alejandra Miller, directora general de la ARN. El objetivo de esta línea de reincorporación es promover en la sociedad el entendimiento y apropiación del proceso que hoy atraviesan 11.500 hombres y mujeres en todo el país en su tránsito hacia la vida civil. Todo esto como un factor clave para garantizar el arraigo y la no repetición del conflicto armado. En total, se hicieron 66 en todo el territorio nacional con la participación de 14.800 personas.
Las Agendas Territoriales para la Reincorporación Comunitaria se llevaron a cabo en tres momentos: en el primero, se fortalecieron los lazos de confianza; en el segundo, se crearon espacios de diálogo para identificar las heridas persistentes en los territorios y definir los pasos necesarios para sanarlas de manera colectiva; y en el tercero, se culminó con la construcción de procesos organizativos comunitarios, la entrega de obras comunitarias e iniciativas de perdón y reconciliación en torno a la memoria, fruto de los acuerdos y procesos de deliberación entre los firmantes de paz y las comunidades.
El proceso resultó en el desarrollo de más de 30 acciones materiales y simbólicas en el departamento, que incluyeron la mejora de infraestructura, la construcción de vías, casetas comunales, casas de memoria, espacios deportivos y la dotación de escuelas y centros culturales. Aunque estas obras tuvieron un impacto directo en las comunidades, lo más significativo fue trabajo conjunto que permitió reconstruir los lazos sociales. El diálogo, junto con las obras comunitarias, se convirtió en un vehículo para la sanación y el entendimiento mutuo, sentando así las bases para una convivencia pacífica.
Entre las muestras del impacto positivo de las Agendas Territoriales en el Meta se destaca el trabajo en conjunto entre firmantes de paz y la comunidad para la mitigación de inundaciones en el barrio El Rubí, ubicado en la microcuenca Caño Grande, en Villavicencio. Esta obra comunitaria permitió proteger a cientos de familias que anteriormente sufrían las consecuencias de las lluvias.

Además, en San Juan de Arama, se construyó un parque infantil y se dotó a la comunidad de elementos deportivos. Por otro lado, en Uribe, Meta, un municipio fuertemente golpeado por el conflicto armado, se levantó una caseta comunal que ahora es símbolo de reconciliación y construcción de paz, según las voces de firmantes y habitantes del territorio. Estas obras son el fruto del diálogo restaurativo y el trabajo colaborativo.
“Las Agendas Territoriales han sido una experiencia muy bonita porque han generado confianza, amistad y fraternidad. Ha generado muchos espacios que nos han servido para salir adelante y que buscan unir comunidades y firmantes de paz para mostrarle al mundo de que la paz y las cosas buenas son posibles”, dijo Lorenzo Mora, presidente de la Junta de Acción Comunal en Uribe.

En palabras de Alejandra Miller, directora general de la ARN, las Agendas Comunitarias fueron uno de los procesos más poderosos de la reincorporación en 2024. Señaló que cada obra comunitaria es una prueba de la fortaleza del diálogo restaurativo y que este proceso también permitió reconocer que las comunidades son las primeras garantes de la seguridad colectiva de las y los firmantes, lo que permitió dotar a las comunidades de herramientas para la resolución pacífica de conflictos, fortaleciendo así sus capacidades organizativas.
“Las agendas también nos permitieron avanzar en la superación de la estigmatización, porque en estos espacios de dialogo se deconstruyeron las percepciones que se tenían sobre las y los firmantes de paz. Creemos que, a través de este proceso, no solo fortalecemos la reconciliación en el país, sino que también protegemos la vida de quienes hoy avanzan en su reincorporación. Las comunidades los acogen, valoran el proceso de reincorporación como un tesoro y contribuyen a reducir la estigmatización, reconociéndolos como actores fundamentales en la construcción de la paz”.
Hacia una reincorporación integral y garantista
Además del éxito alcanzado con la implementación de las Agendas Territoriales Comunitarias, el 2024 fue un año clave para los avances en reincorporación, marcado por lo que Alejandra Miller, directora de la ARN, define como «un cambio en el enfoque político». Este cambio se materializó con la puesta en marcha del Programa de Reincorporación Integral (PRI), que permitió pasar de un enfoque minimalista a uno integral y garantista, centrado en responder a las necesidades de las y los firmantes de paz, incluyendo a sus familias, en los ámbitos económicos, políticos, sociales y comunitarios.
Tras dos años de Gobierno, Miller destaca los avances indiscutibles, especialmente en la consolidación de la reincorporación como un proceso sostenible. Resalta el énfasis puesto en fortalecer el rol político de las y los firmantes de paz, recuperando la esencia y el espíritu de lo pactado en La Habana: «Hemos superado el vacío que hubo en la implementación del Acuerdo en los años anteriores. Hemos saldado deudas con quienes firmaron la paz y puesto en marcha un programa que los reconoce como actores clave para la transformación social”.

Aunque reconoce que el programa continúa enfrentando desafíos y complejidades, Miller subraya la evolución de la Agencia para la Reincorporación, que ha pasado de ser vista únicamente como una entidad proveedora de beneficios a convertirse en una institución clave para la prevención de la repetición del conflicto armado y la consolidación de la paz en Colombia: “En 2025, seguiremos apostando por una reincorporación garantista para los 11.500 firmantes que siguen firmes en su proceso. Queremos que sepan que este esfuerzo no ha sido en vano, que el proceso se ha fortalecido y que seguiremos trabajando por la paz y la reconciliación que tanto necesita Colombia”.
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