El agua habría empezado su cuenta regresiva

- Publicado en May 13, 2024
- Sección Ambientales
La próxima década lo que se vive en Bogotá se extendería a más ciudades en el mundo, como ya sucedió en Suráfrica.
Algunos expertos han teorizado respecto a la posibilidad, en un futuro próximo, de que el agua potable se termine, pues las afectaciones a su ciclo natural disminuyen la cantidad que necesita el planeta.
Por María Valentina Barahona / Especial Periódico del Meta
Para las próximas décadas, a una escala mundial pero con mayor concentración en el hemisferio sur, podríamos hablar de una posible escasez del agua potable, teniendo en cuenta el mal uso que hoy le estamos dando y las acciones humanas que llevan a que el proceso de potabilización sea más complejo para la naturaleza.
Así lo han teorizado con base en evidencias algunos especialistas y ONU Hábitat ratifica que a hoy, alrededor del 36% de la población mundial, o 2.400 millones de personas, ya viven en regiones con escasez de agua y el 52% experimentará una severa escasez de agua hacia el año 2050.
La constante contaminación de los ríos, lagos y mares está afectando de manera directa este fenómeno. Aunque se creería que el cambio climático podría ser una de las principales causas, lo cierto es que existe una mayor problemática y es la degradación ambiental.
“Los vertimientos de sustancias tóxicas, metales pesados, nitrógeno y fósforo, están haciendo que el agua no sea apta para el consumo humano, se vuelve tóxica tanto para los humanos como para los animales”, explicó Camilo Prieto, profesor de cambio climático en la Universidad Javeriana.
En entrevista con Periódico del Meta, Prieto explicó que el líquido vital deja de estar en buenas condiciones para que las personas hagan uso ya que se vuelve complicado eliminar esa cantidad de metal presente, mediante métodos comunes como lo es hervir el agua; aunque entre en ebullición, siguen quedando restos de sustancias tóxicas.
Además, a esto se suma que nuestro país es considerado, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, “el país con mayor emisión de mercurio per cápita a nivel mundial y el tercero que más contamina con este mineral, en todo el planeta”, es decir, la problemática no tiene frenos y hace que el proceso de tratamiento de agua se vuelva cada vez más difícil.
La posibilidad de escasez del agua potable se debe a las acciones humanas y al cómo se utiliza el líquido como su uso irracional. Para el 2030 se espera que el uso del agua aumente en un 40% gracias a una combinación de factores como el cambio climático, la acción humana y el crecimiento demográfico, aunque hoy en día ya es excesivo en algunas ciudades. Por ejemplo, el consumo promedio de agua al día en Ciudad de México es de 366 litros diarios por persona, siendo el consumo residencial el más elevado con 567 litros en promedio por habitante al día. En Bogotá, se hacen esfuerzos por estos días de racionamiento para que el consumo llegue a 15 litros diarios por persona.
De otra parte, la deforestación entraría como una de las causas de la escasez, puesto que la destrucción de bosques en la Amazonía y la Orinoquia altera el ciclo hídrico llevando a la reducción de precipitaciones en fuentes hídricas como Chingaza y en la zona Andina. Es decir, si hay una posibilidad de cambiar el ciclo del agua, el llenado de los embalses se vería directamente afectado a futuro.
Alternativas de solución
Según asegura Camilo Prieto, existen cuatro posibles soluciones a esta problemática: en primer lugar, se tiene que frenar la deforestación; segundo, hacer un estudio de aguas subterráneas en el país ya que Colombia cuenta con sitios que deberían ser explorados para la extracción del agua; tercero, erradicar definitivamente la extracción ilegal de minerales, y cuarto, contemplar la desalinización, es decir, extraer agua del mar y someterla a procesos tecnológicos como la destilación u osmosis inversa logrando convertirla en agua dulce.
Por ejemplo Bogotá, que es una de las ciudades de mayor crecimiento poblacional, la lleva a tener un mayor riesgo ya que no tiene la capacidad para suplir en su mayoría la necesidad del agua con la oferta de habitantes.
Finalmente, “las proyecciones argumentan que hacia el 2030 al menos un 30% de la humanidad va a ser expuesta a estrés hídrico, lo cual puede generar desplazamientos masivos, migraciones climáticas en busca del agua”, expresó el docente de la Universidad Javeriana.
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