jueves, 3 de octubre de 2024
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Ficus de La Grama: más allá de la indignación


Ficus de La Grama: más allá de la indignación 1
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Redacción PDM

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A la par de la indignación que despertó en redes sociales la tala del caucho, se necesita conocer si existen maneras de prevenir una “muerte descendente” y otras afectaciones que puedan evitar el derrumbe de otro árbol emblemático.

Por : Lina Herrera

La reciente tala del emblemático árbol de caucho (ficus elástica) sembrado, según algunas personas, hace ocho décadas en lo que ahora es la glorieta de La Grama, despertó las críticas y reclamos tanto de personas del común como de ambientalistas. Pero más allá de la polémica coyuntural, la incógnita es saber el futuro de los demás ejemplares que han referenciado y acogido varios puntos de Villavicencio.

De acuerdo con Camilo Ramírez, ingeniero forestal de Cormacarena, entidad ambiental que avaló talar el ficus por completo, desde el 2022 se preveía realizar esta acción, debido a la caída de ramas que generaban riesgos para los transeúntes.

Sumado a lo anterior, en el concepto de la Corporación donde se autorizó a la alcaldía ejecutar la tala, se especificaba que esta acción se determinó tras una “visita de inspección ocular” efectuada el pasado 30 de abril.

Periódico del Meta consultó a Jhoan Alexander Novoa, secretario de Medio Ambiente de Villavicencio, para conocer si previo a la visita, se tenía un registro de controles hechos al árbol con el fin de prevenir o dictaminar su enfermedad de manera temprana.

El seguimiento y control al árbol ficus de La Grama se había realizado por parte de la secretaría de Medio Ambiente en vigencias anteriores, producto de ello, la acción que se había adelantado fue la poda de este. Al ver caída de ramas gigantes que estaban generando riesgos, se hicieron las visitas donde se determina la muerte descendente”, sostuvo Novoa.

Aún así, el funcionario indicó que la “muerte descendente”, por lo general se da cuando no se realiza una poda correcta. Sin embargo, no se pudo determinar en qué momento inició el padecimiento, ya que en años anteriores se realizaron varias podas al caucho: “pudo haberse presentado por un mal procedimiento, por hongos u otra circunstancia”.

En lo que compete a prevenir este tipo de hechos en los demás ejemplares de la ciudad, el Secretario manifestó que desde la dependencia se desarrolla un seguimiento permanente aplicándoles abono, nutrientes y demás elementos que se requieren para su conservación.

Por su parte, Juan Gómez, ingeniero forestal y magister en Gestión y Auditorías Ambientales, analizó el caso del ficus; revisando el concepto técnico y las imágenes tras la tala. De esta manera, concluye que uno de los principales problemas que enfrentan los árboles en las zonas urbanas es la falta de planeación, la ausencia de un plan de manejo integral y poco de mantenimiento sobre estos.

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“Los árboles no son responsables de la falta de manejo por parte de los administradores públicos. Talarlos como intento de solución a estos problemas es como una suerte de un falso positivo; no encara la realidad de la causa (…) Los servicios de mantenimiento que se demandan para asegurar su estado fitosanitario requieren de un monitoreo periódico, intervención profesional y un presupuesto para una pronta atención por parte de las entidades a cargo. Dada la importancia de tener arbolado en zonas urbanas es trascendente que este se encuentre en buen estado”, explicó el profesional.

Asimismo, el ingeniero añadió que en las recomendaciones de manejo forestal que normalmente se dan en este tipo de atenciones está el registro y estudio de cualquier tipo de enfermedad y plaga visible en el árbol.

“En el caso de los árboles urbanos en Colombia este estudio es poco nulo. Es nulo el mantenimiento y más pobre aún el control biológico, pues no existen a grandes rasgos tratamientos para combatir plagas a excepción de la poda, y en este caso, como se toma la decisión de la autoridad, el derribo como control”, resaltó.

En este sentido, y de acuerdo con el profesional, para los árboles existentes la única solución está en mejorar la gestión.

“Los daños a las raíces ocasionados por las obras pueden prevenirse; las ramas secas y podridas en las que se habla en el informe técnico se deben retirar a tiempo. No se trata de talar árboles, se trata de realizar una buena gestión para minimizar la posibilidad de que el árbol caiga y que genere daños. Pienso que debemos reorientar esfuerzos y recursos, estos que apresuradamente son destinados a nuevas talas. Intervenciones en beneficio de los árboles, tales como la liberación de tronco, cuello, para evitar que las ramas se partan”.

Adicionalmente, recomendó “la construcción de una estrategia de acción técnicamente equilibrada basada en la evaluación mediante equipos especializados como tomógrafos, que se utilizan para este tipo de diagnóstico”, comentó el ingeniero.


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