Invito a café | Opinión


- Publicado en May 25, 2025
- Sección Columnistas, Lo Mas Reciente
Un empresario brasileño está interesado en sembrar café en la Altillanura. No sorprende, en sabanas de su país siembran café y disponen de la tecnología. En nuestra región, Agrosavia adelanta un importante proyecto de investigación de café robusta en Puerto Gaitán.
Ahora recuerdo tres cosas. La primera es que el café entró a Colombia por los llanos de manos de los jesuitas. La segunda es que el futuro de la caficultura colombiana está en el piedemonte llanero, con un potencial que podría duplicar el área nacional.
La tercera es que a mediados del siglo 19 existió en Villavicencio un emporio agroindustrial reconocido en el país, liderado por el visionario Sergio Convers, cuyo principal cultivo era el café y que sirvió de modelo en otros departamentos. El historiador Oscar Pabón destaca en un interesante artículo este proyecto, recomendado.
Él cuenta que el proyecto se ubicaba en lo que hoy es el sector del Buque, Barzal y Maizaro. El área agrícola comprendía: café, caña, cacao, sarrapio, caimarón, fique, palmeras, banano, cocotero, canelo, vainilla, plantas medicinales y orquídeas. Y áreas destinadas a la ganadería.
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El ‘Trapiche’ deriva su nombre de aquel proceso de la caña. El proyecto incluía servicios de salud y educación para trabajadores y moradores, un modelo de desarrollo rural pocas veces visto en la historia reciente de Villavicencio. El café se vendía en Bogotá y se exportaba a Europa a través de la ruta ríos Meta – Orinoco y océano Atlántico.
Hoy el Meta cuenta con más de 40 marcas de café, de calidad probada en escenarios internacionales. Támara es un histórico municipio casanareño productor de café. En la galería del 7 de Agosto encuentran algunos de estos cafés. El sector público debería promocionar su consumo.
El susodicho empresario amigo brasileño sabe del potencial cafetero regional y tiene la tenacidad empresarial de quienes aprovechan ecosistemas similares. Columna In memoriam Isabel Convers.

