José Miguel, el renacer sinfónico en el Meta

- Publicado en Oct 22, 2024
- Sección La Otra Cara
A propósito del primer puesto de la Banda Santa Cecilia de Villavicencio, en la versión 50 del Concurso Nacional de Bandas Musicales de Paipa (Boyacá), su director relata a Periódico del Meta cómo vienen trabajando por el crecimiento de las bandas sinfónicas en la región.
Por: Luissa Fernanda Pérez
Como si fuera un hada madrina, que con su varita hace realidad deseos, José Miguel Amaya Franco hace algo parecido con su batuta. La diferencia es que con ella dirige magníficas obras de arte, creando un compás de notas musicales que hechizan a los asistentes de cada recinto.
Amaya nació en Barranca de Upía y se crio en Cumaral. Desde pequeño estuvo inmerso en la música: “Mi papá es músico aficionado, toca el cuatro y canta. Él se ponía a cantar y nosotros nos sentábamos a su lado a escucharlo, lo que despertó nuestro interés. Finalmente, se nos dio la oportunidad de aprender, pero no porque él nos enseñara, ya que nunca lo hizo, sino porque la música siempre estuvo presente en mi hogar”, recuerda el director.
A los 11 años comenzó a tocar la flauta dulce, su primer instrumento, el cual interpretó durante dos o tres años, hasta que ingresó a la Banda Sinfónica de Cumaral, donde le asignaron la flauta traversa, instrumento que sigue tocando hasta el día de hoy.
Según el maestro, en ese entonces había una persona en el departamento encargada de seleccionar a los nuevos directores en el Meta. En la búsqueda de uno nuevo, lo seleccionaron para formarse a través de un programa ofrecido por el Ministerio de Cultura, de manera gratuita, con docentes de alto nivel musical. En ese momento, él tenía 15 años.
“Desde ahí me apasioné muchísimo con el tema de la dirección, porque es realmente interesante. Hasta el día de hoy sigo estudiando; actualmente estoy haciendo la maestría en dirección sinfónica en la Universidad Nacional de Colombia. Disfruto el proceso de abordar una obra, montarla desde el primer ensayo, ajustar detalles, descubrir lo que dice la música, concertar con los músicos, explicarles lo que se quiere lograr con la obra y que ellos lo comprendan; es un proceso muy enriquecedor”, relata Amaya.
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El director ha participado en varios procesos, entre ellos la Banda Sinfónica Infantil de Cumaral, la del Colegio Marco Fidel Suárez, la de la Escuela de Artes de Villavicencio, la de la Casa de la Cultura Departamental y, en 2021, la de Cabuyaro.
En abril de este año, fue llamado por Corcumvi para dirigir la Banda Sinfónica Santa Cecilia de Villavicencio. Aunque lleva poco tiempo en el cargo, ha sido suficiente para que los frutos de su trabajo durante 15 años se vieran reflejados el pasado 6 de octubre, cuando la banda municipal se llevó el premio Patrimonio en Categoría Especial en uno de los eventos más importantes del país: el Concurso Nacional de Bandas de Música, realizado en Paipa, Boyacá.
La banda dirigida por Amaya se presentó con un ensamble que fusionó magistralmente la música tradicional llanera con la sinfónica, destacando el talento y la dedicación de sus miembros.
Aunque José Miguel no tiene hijos, son 45 las personas que conforman la banda, todas con edades, personalidades y etapas de vida muy diferentes y algo de hijos puede ver en cada integrante.
“Algunos están en la primera juventud, saliendo de la adolescencia, lo que a veces implica mucha rebeldía. Sin embargo, todo se basa en el respeto. Si uno, como director y cabeza, brinda respeto y da ejemplo, ellos, sin necesidad de imponer, entienden el mensaje. En la banda tenemos desde un niño de nueve años hasta un señor de 60; el común denominador es el respeto”, explica.
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Su mayor apoyo ha sido su familia y su compañera sentimental. Amaya quiere seguir trabajando por la música en el Meta. “Siento un profundo sentido de pertenencia por las bandas sinfónicas, especialmente por las de mi departamento. Lamentablemente, aquí estamos muy rezagados, estancados en una fase primaria, y mi mayor anhelo es poder trabajar por las bandas sinfónicas del Meta”.
Corcumvi iniciará nuevos recorridos por los barrios de la ciudad para buscar nuevos semilleros de iniciación en la Banda Santa Cecilia, con miras a que en el 2025 sigan formándose más generaciones alrededor de la música.
