Moringa: entre la ciencia y el saber ancestral

Por Jhon Moreno

El martes de esta semana, cuando el Meta registró por primera vez  473 casos de contagio en un solo día, la cara de asombro y temor entre quienes vieron la cifra no se ocultó. Aun no llegamos a la curva, pero cada vez es más difícil bajar del centenar de casos al día

Este fin de semana volverá el confinamiento para intentar desde la segunda quincena de septiembre aplanar la curva.

Mientras tanto, en varios barrios y municipios, los cuidados y remedios en casa siguen estando a primera mano, además, teniendo en cuenta que más del 80% de casos se están atendiendo en las propias viviendas.

Por ello la moringa ha vuelto a cobrar fuerza en las últimas semanas luego de que entre abril y mayo se convirtiera en una medicina casi milagrosa en la cárcel de Villavicencio y otros centros penitenciarios del país.

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De acuerdo a los panelistas invitados a  #OpinionEsPDM, programa de opinión de periodicodelmeta.com, pese a que no hay un estudio científico oficial que avale sus propiedades contra el coronavirus y hasta ahora no hay una medicina contra la covid-19, muchos la han usado y le atribuyen propiedades curativas ya comprobadas.

“Hay dos elementos que hacen especial a la moringa: una es que fortalece el sistema inmunológico y el otro es que tiene propiedades antinflamatorias, y por eso a muchas personas les ha servido, además porque la han combinado con la panela y el limón”, dijo Bray Martínez, periodista de Acacías y que se ha dedicado a comercializar esta planta.

Por su parte, Jairo Ospino, epidemiólogo de la Cruz Roja Meta, explicó que sería estúpido descartar de plano los saberes ancestrales y condenar esta planta, pero dijo que lo recomendable sería esperar a que un estudio científico avale sus propiedades y tratamiento contra el coronavirus, específicamente.

“No podemos hacer un juicio de valor sobre la moringa. Tal vez la recuperación de los presos en las cárceles, en donde ha sido suministrada, además de la moringa tenga otras explicaciones. Hasta que se haga un estudio científico no podemos validar ese tratamiento”, dijo Ospino, otro de los invitados a #OpinionEsPDM y que usted puede consultar en nuestra fan page de Facebook.

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El médico recordó que la quinúa, usada por los indígenas para la malaria, es un ejemplo de cómo un saber ancestral contra una enfermedad se convierte en medicina avalada por la ciencia. También el sauce terminó siendo aspirina.

Ospino conceptúo que tampoco se puede enceguecer y creer que solo la medicina occidental tiene validez, cuando hay estos ejemplos de experiencias.

“Nuestras abuelas nos daban jengibre con miel para la gripa y nos sentíamos bien luego de unos días. Frente a la moringa, seguro no nos va a hacer daño por ser un producto natural, como otros productos químicos que sí están recomendando y que sí pueden poner en riesgo nuestra salud”, manifestó.

Martínez dijo que desde hace más de una década se viene comercializando la moringa en el departamento del Meta. Antes del boom del coronavirus, explicó, era usada para cuando las personas tenían las plaquetas bajas, combinada con jugo de mora y espinacas. También la moringa con colágeno les ha servido a pacientes de la tercera edad para mejorar las articulaciones, dijo.

“Aquí hay que tener en cuenta que cualquier producto debe tener licencia del Invima y registro sanitario. A raíz de este auge de la moringa y la escasez, algunos avivatos venden hoja de matarratón como si fuera moringa. Las personas deben tener cuidado de no dejarse engañar”, advirtió el periodista acacireño.

Aquí encontrará la entrevista completa sobre la moringa 

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