Xiomara, una vida lanzada a conquistar
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- Publicado en Sep 22, 2024
- Sección La Otra Cara
Su historia es un testimonio de perseverancia y una inspiración para aquellos que enfrentan barreras en su camino.
Con el apoyo de su madre y una incansable dedicación, ha logrado batir récords internacionales, demostrando que con esfuerzo no hay límites para los sueños.
Por: Luissa Fernanda Pérez
En el tercer escalón del podio figuraba el nombre de Xiomara Saldarriaga Hernández, una deportista en la prueba de lanzamiento de disco femenino en la categoría F38 en los Juegos Paralímpicos de París, que batió el récord con una marca de 38.36, por encima de China, México y Canadá.
La joven llanera nació y se crio en Villavicencio. Es la hermana menor de dos hermanos y vive con su madre, quien ha sido el apoyo más importante desde que comenzó su carrera. Toda su vida se la ha dedicado al deporte. Tiene 20 años y quiere ser fisioterapeuta.
“Mi mamá me apoyó desde el principio, comprometida con mi alimentación, mi deporte. Vivíamos muy lejos de donde entrenaba, la situación era difícil, pero mi mamá siempre trabajó para esto, para darme un pasaje. Por eso, los méritos se los doy a Dios y a ella”, dice con orgullo la deportista.
Xiomara nació con una parálisis cerebral que, según el diagnóstico médico, le afecta la parte izquierda de su cuerpo. “Yo sé que no se nota cuando me ven, esto es porque es una discapacidad limítrofe. Sin embargo, cuando estoy fatigada, se nota un poco”, explica la joven.
Saldarriaga comenzó a entrenar desde que tenía trece años. “Empecé en los paradeportivos de los Intercolegiados, no conocía el atletismo. Lo hice por una profesora que me lo mostró; yo pensaba que eso solo era correr todo el tiempo, no sabía que había otras disciplinas como salto largo, salto libre o lanzamientos”.
Un día, la joven asistió al Idermeta, se enteró de la disciplina de lanzamiento de disco y, como amor a primera vista, supo que ese deporte era el que quería practicar. “Mi profesor me decía: ‘No, Xiomara, ¿por qué no escoges otra disciplina?’, pero yo estaba empeñada en que eso era lo que quería. Sin embargo, me advirtió que para llegar a lanzar debía cumplir muchos retos”, relata la joven.
Cumplir esos retos la motivó a conseguir el objetivo de llegar al momento de lanzar. “Cuando ese momento llegó y cumplí con todo para hacerlo, supe que eso era lo que me apasionaba”.
“Al principio fue duro para mí, no tenía ni siquiera unos zapatos para entrenar; los que tenía estaban rotos. Mi hermana era quien me prestaba los suyos”, recordó Saldarriaga, recalcando todo el apoyo moral que también le daba.
Como a cualquier deportista, Saldarriaga estuvo a punto de desistir de seguir practicando el deporte. “Llega un momento donde te preguntas por qué no estás dando resultados si estás entrenando tan duro, pero es puro cansancio mental, porque cuando llegas a la competencia, llegas a romperla, a mejorar marcas, a ganar experiencia. Siempre hay ganancias cuando nos quedamos y nos esforzamos”.
Aunque la deportista ha sacado la cara por el departamento gracias a su disciplina, aún tiene limitaciones que, de ser resueltas, podrían mejorar su puntuación.
“Los deportistas de atletismo y paratletismo no tenemos una pista de entrenamiento; ese ha sido el obstáculo para muchos. Sin embargo, yo nunca he parado mi entrenamiento, lo hago en un potrero o en una cancha de fútbol, pero no paro”, expresó la deportista.
La joven ha reconocido que cuenta con un entrenador que ha confiado en sus capacidades para desempeñarse en el deporte. “Mi entrenador, Fanor Antonio González, ha sido un señor. No me deja sin entrenar, así nos toque irnos a un potrero donde nos piquen los zancudos, nos vamos”, dice entre risas.
Además de la falta de pista, las lesiones siempre están presentes; ha sufrido de periostitis en la tibia. Sin embargo, es creyente de que el descanso en la recuperación es lo más importante para que su cuerpo vuelva a estar en mejores condiciones.
“Toda esta experiencia me ha enseñado que todo lo que entrené, lo que lloré, ha valido la pena y, como lo pueden ver, estos son los frutos de mi disciplina, constancia y esfuerzo. Es muy fácil decir ‘no puedo’ e irse, pero yo no lo hice, tuve la valentía de quedarme. A los discapacitados hay que tratarlos como personas convencionales, todos podemos a nuestra forma”.
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