Análisis al actuar del presunto feminicida 

La familia de la víctima exige justicia y todo el peso de la ley ante este delito. 

Desde el pasado domingo 7 de julio, Villavicencio se mantuvo estremecida frente al segundo presunto feminicidio presentado en menos de una semana, en donde Alejandra del Pilar Moreno Marulanda fue víctima.   

Sumado a lo atroz del delito está la manera en la que se halló el cuerpo de Alejandra del Pilar: envuelto en bolsas plásticas en la vereda San José Bajo, en un abismo de la vía que conduce a Monfort. 

El conductor de un motocarguero alertó a las autoridades, relatando que un hombre lo había contratado para llevar unos bultos desde el barrio Hierbabuena, zona urbana de la ciudad, hasta el sitio donde Alejandra fue hallada posteriormente.   

El hombre es Héctor Guayabo Bernal, expareja de la víctima y quien el jueves 11 de julio fue capturado en el municipio de Calarcá (Quindío). Sin embargo, en días anteriores, realizó dos apariciones públicas: la primera en la URI de la Fiscalía para confesar su delito, y la segunda en un medio digital local dando una entrevista y según él, aclarando cómo sucedieron los hechos. 

Lo anterior causó diversas reacciones, especialmente indignación. Pero también, la incógnita de porqué se expuso ante cámara.   

Ruth Castellanos, psicóloga jurídica y forense, explicó a Periódico del Meta que para realizar una perfilación del presunto feminicida se requiere de una evaluación psicológica forense y criminológica integral, o sea que se incluya la aplicación de pruebas psicométricas y entrevistas forenses, además de la corroboración periférica. No obstante, el video de la entrevista puede revelar ciertos detalles. 

“Podemos evidenciar que este individuo tiene capacidad para autodeterminarse. Es decir, comprende lo que hizo; probablemente premeditó el crimen cometido. Esto, teniendo en cuenta que después de quitarle la vida a su pareja, fue a laborar y solicitó dinero a la familia de la víctima a través de WhatsApp de ella, luego contacta a un motocarguero para deshacerse del cuerpo”, analizó la profesional.  

De acuerdo con Castellanos, este intento de ocultamiento habla de su conciencia forense, lo que es la capacidad del agresor o asesino para no ser vinculado con la escena del crimen mediante la ausencia de pruebas en la escena o en el cuerpo de la víctima.  

“Si bien, refiere un arrepentimiento y pide perdón, esta confesión pública se da cuando se ve descubierto y vinculado al proceso; por lo que podemos inferir que probablemente esta actitud es un intento de manipulación para ganar beneficios hacia la justicia, no es un arrepentimiento genuino”, añadió. 

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A pesar de que al día siguiente de hallar el cuerpo, Guayabo confesó ser autor del crimen, no fue sino hasta la tarde del miércoles 10 de julio que las autoridades emitieron orden de captura, por la ausencia o no presentación del sujeto a la segunda citación hecha por la Fiscalía. Este huyó fuera de Villavicencio, y se halló en medio de un puesto de control en carretera, cuando viajaba en un bus intermunicipal. Al parecer, pretendía huir fuera del país. 

“La fuga al momento de conocer su orden de captura, posterior a la entrevista en medios y asegurar que no tenía intenciones de irse, nos reafirma lo que expliqué”, manifestó la psicóloga.  

No obstante, la profesional aclara que, respecto a los rasgos de personalidad de Guayabo, no se pueden realizar afirmaciones concluyentes, ya que no se le ha realizado una evaluación forense. Pero, se puede realizar una corta aproximación ya que se identifican algunos rasgos psicopáticos. 

“Entre ellos la falta de empatía, la manipulación en su discurso, su facilidad para mentir, el afecto superficial; es decir, esa frialdad que podemos ver cuando relata los hechos. Vemos que no se encuentra perturbado, su relato esquematizado, desvinculante con la víctima, y busca justificar la agresión a su pareja. Además, evade la pregunta sobre como ocurrió el deceso. También se ve esa necesidad de que la sociedad lo reconozca, valide y priorice sus emociones”.   

Frente a la negación de Guayabo en la autoría de la desaparición de Nordy Julieth Perdomo, Castellanos explica que llama la atención la manera en la que el sujeto evade las preguntas frente a este caso. Ya que se limita a justificar y desviar la atención a otras problemáticas. 

“No es contundente frente a la respuesta sobre su inocencia. De hecho, al final dice ‘me declaro inocente porque la Fiscalía nunca encontró material probatorio para inculparme’. No afirma que su inocencia es porque no lo hizo. Sin embargo, esto requiere de una investigación transdisciplinar integral que permita dar respuestas solidas en incluso elementos materiales probatorios”.  

Para finalizar, la profesional hace un llamado para que, como sociedad, se fortalezca un control social informal, y se realicen planes de prevención, educación en factores de riesgo y prevención para poder mitigar el flagelo que hoy enluta a la sociedad metense.