Así conseguí una beca para maestría en IA en Europa | Opinión
- Publicado en May 27, 2024
- Sección Columnistas, Lo Mas Reciente
Juan Pablo Osorio Rivera Un joven de Villavicencio nos narra cómo su persistencia le sirvió para alcanzar una codiciada beca en el Viejo Continente. Un ejemplo de que las puertas se abren para los que buscan.
Durante el desarrollo de mi carrera descubrí que mi interés estaba en los temas computacionales, de modo que decidí dar el salto al mundo tecnológico por todo lo alto: con una maestría. En cuanto terminé mi pregrado en Ingeniería Química como becario de Generación E, me puse a la tarea de buscar otra beca o algún incentivo económico para cursar una maestría que me acercara más al mundo que me interesa, que es el de la Inteligencia Artificial.
Dadas mis condiciones, esto requería lograr una beca para lo cual no estaba preparado y significó un gran esfuerzo, de modo que en esta columna me propongo a compartir mi experiencia para que pueda llegar a otras personas que, como yo, estén interesadas en ampliar sus horizontes.
Para empezar, me decidí por estudiar Inteligencia Artificial o “IA”. Una vez elegí, realicé consultas de la disponibilidad de becas en programas internacionales de ese tipo lo que me permitió aprender que hay varios tipos de becas.
En algunas, uno se postula a una convocatoria en la que una organización elige a los mejores aspirantes independientemente del programa al que aspiren estudiar (Colfuturo o Fundación Carolina), en otros casos, las becas son directamente ofrecidas por la Universidad para el máster en específico, o también puede ser que la Universidad cuenta con un programa para atraer a los estudiantes que más destaquen dentro de los postulantes y les conceden becas a cualquier programa ofrecido.
En este proceso apliqué a 11 universidades y a 3 becas diferentes, a grandes rasgos tuve que demostrar mediante examen internacional, mi suficiencia en inglés, ya que todas las maestrías a las que me estaba presentando eran en este idioma.
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También fue necesario obtener el certificado de notas de mi paso por la Universidad, el cual junto con el diploma se tradujeron por medio de traductor oficial, del mismo modo pedían mi pasaporte, Curriculum Vitae, demostrar algunos méritos académicos y sociales, cartas de recomendaciones de profesores del pregrado y un ensayo de motivación para entrar al master. Todo esto parece demasiado cuando se tienen 22 años pero es posible, siempre y cuando el interés académico haya estado presente en tu vida.
En buena parte, la información sobre las becas y programas la obtuve de manera activa (búsquedas en Google) y de manera pasiva (aparecía en mi feed de redes sociales).
También hay en el mercado muchas personas y empresas ofreciendo asesorías para ganar becas pero yo decidí adelantar el proceso por mi cuenta. El ejercicio fue un poco abrumador, ya que las posibilidades me hicieron deambular entre los quizás y los tal vez. Para aterrizar un poco mis opciones y centrarme en lo importante decidí realizar un cuadro en una aplicación llamada Notion, la cual cuenta con algunas plantillas que permiten organizar mejor la información con muchos tipos de contenidos y de multimedia, el resultado final fue este cuadro:
Fui llamado a entrevista en 2 de las universidades, me realizaron preguntas técnicas sobre mis conocimientos en computación y en buena parte también medían mi capacidad para hablar inglés y fue relevante para las instituciones saber por qué quería estudiar esa maestría y en esa institución en particular.
Los tiempos de espera después de las entrevistas se hacían bastante largos, algunas veces costaba recordar lo que se habló durante la entrevista. No todo fueron noticias positivas, sin embargo en la mayoría de los casos, la experiencia fue enriquecedora y me hizo sentir que al menos lo estaba intentando. No siempre tu perfil se alinea con lo que la institución quiere para su equipo de estudiantes. Pero otras veces, encajas.
Al final, puedo compartir con alegría que soy un joven villavicense, que se graduó del colegio Juan Pablo II, que obtuvo una beca en la Unión Europea de más de 80 millones de pesos para cursar su Maestría en Inteligencia Artificial, un máster conjunto entre la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y la Universidad de Liubliana en Eslovenia, lo cual asumo como un nuevo reto y del cuál les hablaré, tal vez, en otra columna.
