jueves, 28 de marzo de 2024

Complejo regreso del caimán llanero


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Redacción PDM

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Por:  Juan Fernando Alzate /Especial Periódico del Meta

La reintroducción de algunos cocodrilos del Orinoco a su hábitat natural ha tenido ciertos retos, entre los que se encuentra la pesca indiscriminada y la caza.

En pleno centro de Villavicencio está concentrada la mayor población de cocodrilos del Orinoco ― más conocidos popularmente como caimanes llaneros ―que existe en el mundo.

Se trata de 400 individuos de esta especie, considerada en peligro crítico de extinción, que viven en los estanques de la estación de biología Roberto Franco, de la Universidad Nacional, junto al Palacio de Justicia.

Allí se criaron los 23 cocodrilos que fueron liberados en los últimos cuatro años, gracias al trabajo entre la Universidad Nacional, Cormacarena y el Ministerio de Ambiente.

En el 2015 inició el proceso. Cuatro individuos de esta especie fueron trasladados en helicóptero y liberados en el municipio de La Macarena, donde uno de los caimanes murió ahogado.

La explicación más probable, según explica el ingeniero ambiental Willington Martínez, de la estación de Biología Roberto Franco, es que el cocodrilo, cuya respiración es pulmonar, quedó atrapado en un trasmallo ubicado por pescadores, es decir, en una red que cruza el río y atrapa todo lo que se mueva, una práctica que está prohibida por la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca.

En el 2017 fueron liberados otros 15 caimanes en el río Manacacías, a 190 kilómetros de Puerto Gaitán, de los cuales es posible que dos hayan muerto, según reportes de la comunidad.

Y en el 2018 fueron liberados cuatro caimanes llaneros en el río Guarrojo, también en Puerto Gaitán.

Uno de los cocodrilos liberados en estos años sufrió heridas por arma de fuego y tuvo que ser rescatado para ser atendido.

Actualmente, los expertos trabajan en decidir cuáles serán los próximos lugares de liberación. Entre las posibilidades se encuentran las zonas de influencia de algunos ríos que recorren la Altillanura, en los departamentos de Meta y Vichada.

Mientras tanto, la principal amenaza contra los individuos que han sido liberados es la pesca indiscriminada, de acuerdo con el ingeniero Willington Martínez, quien explica que la Aunap es la responsable de velar porque se cumplan los parámetros establecidos para la pesca legal.

Además, Martínez afirma que, para evitar eventos de caza furtiva, es necesario continuar con los procesos de formación con comunidades orientados a promover una buena convivencia entre las personas y los cocodrilos, cuyos hábitats han sido invadidos por los seres humanos.


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