De cal y de arena
- Publicado en Abr 26, 2019
- Sección Columnistas
Termina una semana de contrastes para el alcalde Wilmar Barbosa, que a ocho meses de finalizar su gestión se debate entre las alegrías que le dan la consecución de varios triunfos tempranos, y las críticas de un sector ciudadano que sigue sin convencerlo la gestión del mandatario local: empezó el martes con la reunión de líderes de la Comuna 8, quienes bloquearon la vía a Acacías en plena Semana Santa, para buscar soluciones a la movilidad en ese sector, en lo cual aún no hay claridad sobre las soluciones.
Siguió con las críticas que hizo públicas el reconocido abogado, especializado en derecho administrativo, Edgar Ardila, al proyecto de alumbrado público que pretende crear una empresa mixta y en el que, según el profesional, se está “entregado un cheque en blanco” al mandatario Barbosa.
Y el jueves concluyó con una de las mejores noticias para la ciudad, al concretarse, después de más de tres años de gestión a pulso, el convenio que permitirá construir la nueva bocatoma del acueducto de Villavicencio, con una inversión de 16.000 millones de pesos.
En fin, una semana que resume los matices que puede tener cualquier cargo público. Pero como decíamos hace unos meses en este mismo espacio, en un año de elecciones y con la polarización que respira el país, a veces es complejo hacer con claridad meridiana un balance lo suficientemente objetivo del desempeño de alcaldes y gobernadores. Por eso, lo que buscamos es plantearlo de la manera más honesta posible y con los tornasoles que desde nuestra perspectiva tiene este tipo de análisis.
Si bien los críticos acérrimos de la administración municipal pueden concluir desde ya que esta es la peor alcaldía que ha tenido Villavicencio, lo cierto es que no es así y de lejos tiene méritos para mostrar resultados que, infortunadamente para algunos, el apasionamiento no los deja ver.
En redes sociales se ha desatado una crítica mordaz contra Barbosa en la que, básicamente, cualquier proyecto o acción que haga parece caerles mal a esos “haters” o perfiles de “odiosos de profesión” que les gusta incendiar los chat y foros que abundan en Facebook y Twitter para ganar más seguidores.
No es el peor alcalde, cierto, hay que reconocerle la inversión millonaria que ha hecho en los sectores rurales y que aquí en la ciudad poco se ve; pero también se deben reconocer yerros como el mal manejo dado precisamente al debate del alumbrado público, en el que hasta el senador Jorge Robledo intervino para denunciar que el polémico empresario William Vélez tiene intereses. Los concejales, que aprobaron el proyecto, también han dejado solo al alcalde.
A Barbosa se le recordará por una inversión sin precedentes en el sector rural, en el que le dio la importancia que se merecen los campesinos, pero también como una administración que hizo poco por defender el espacio público.
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