Deslizamientos en la vereda El Carmen alertan sobre riesgo inminente en Villavicencio

Tres deslizamientos encendieron las alarmas por la creciente amenaza que eso podría advertir para habitantes y turistas. El auge turístico y la construcción descontrolada, sumados a la fragilidad geológica de la zona y la intensa temporada de lluvias, están empujando a esta montaña al límite.

Por Jhon Moreno

Para quienes son asiduos visitantes de la vereda El Carmen, al occidente de Villavicencio, no han pasado inadvertidos tres deslizamientos recientes, uno de ellos de grandes proporciones. Estos movimientos de tierra representan una amenaza inminente, no solo para los senderistas que frecuentan la zona, sino también para los habitantes de esta área de la ciudad, cada vez más densamente poblada y construida.

La vereda El Carmen se ha transformado en un sitio turístico popular, atrayendo una proliferación de negocios que van desde restaurantes hasta cabañas y alojamientos. Este desarrollo ha aumentado drásticamente la carga sobre una montaña naturalmente vulnerable, agravada por el vertimiento de aguas negras y una temporada de lluvias que parece no dar tregua.

Julio Fierro, director del Servicio Geológico Nacional, explicó la delicada situación de El Carmen. «La vereda El Carmen tiene todos los ingredientes para generar inestabilidad, pues hace parte de la zona de cordillera, que como se ha explicado es de una intensa actividad geológica«, sostuvo Fierro.

El experto añadió una contundente advertencia sobre la intervención humana: «Si a eso le sumamos una gestión inadecuada de las personas, con cortes mal realizados a la montaña, vertimiento de aguas, sismos, la misma intensidad de las lluvias, pues tenemos que las laderas del piedemonte son muy susceptibles a generar movimientos en masa y de eso es testigo la vía al Llano. Tenemos antecedentes de avenidas torrenciales en quebradas y ríos, es decir que la naturaleza nos ha hecho muchas advertencias«. Fierro enfatizó la necesidad de asumir responsabilidad: «Debemos tener la responsabilidad de quien ocupa un territorio, de quienes hacen ordenamiento del territorio y desde el conocimiento que se puedan generar para evitar la pérdida de vidas humanas«.

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Construcciones descompensan 

Desde la Oficina de Gestión del Riesgo de Desastres de Villavicencio, su director, Juan Carlos Guzmán, reconoció la extrema complejidad que encierra la construcción en estas áreas, especialmente en lo que respecta al ordenamiento del territorio y los usos de suelo.

Guzmán fue enfático al describir el impacto de un poblamiento de la montaña: «Las montañas son muy bonitas como paisajes, pero ir a construir edificaciones con tanto peso, techos, madera, rompiendo la montaña, usando su agua, lo que se hace es descompensar el ambiente«. 

Criticó la imprudencia de ciertas prácticas constructivas: “Las personas construyen en las laderas, al pie de los barrancos, en cualquier hueco o cortan la montaña y ahí construyen o hacen casas inmensas, costosas en esas zonas de vereda que son un riesgo porque tienen taludes y montañas y creen que una fundación de un metro de 50×50 les da la garantía de que no se desplome y lo que hacen es generarle peso al talud y desplomarse más rápido”.

El director de Gestión del Riesgo reiteró que «todo el sector del piedemonte tiene amenaza por remoción en masa que en cualquier momento y en cualquier lugar se puede producir un derrumbe. Y es más factible en las temporadas de lluvias porque el suelo se satura y el agua corre más rápido hacia los ríos y los caños o hacia los puntos bajos«.

Recientemente, Cormacarena, la autoridad ambiental, selló una construcción que se encontraba en una zona de reserva y muy cerca a Caño Blanco, un claro indicio de la preocupación de las autoridades frente a la ocupación irregular y el riesgo inminente en la vereda El Carmen.