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Educación sin tareas


Educación sin tareas 1
RP
Redacción PDM

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Al finalizar el año escolar, Periódico del Meta indaga si es posible implementar una educación sin tareas en Villavicencio, como empezó a hacerse en Soledad (Atlántico). Algunos expertos dicen que se necesita infraestructura, otros, que no deben copiarse modelos extranjeros.

La semana pasada 3.000 estudiantes de tres colegios de Soledad (Atlántico) vivieron su primera semana sin madrugar a clase y sin llevar tareas a la casa. La puesta en marcha de un plan piloto en preescolar y primaria de instituciones educativas oficiales, por parte de la alcaldía de ese municipio, que busca que los estudiantes tengan el tiempo suficiente para descansar, permanezcan más tiempo en el establecimiento y aprovechen su tiempo libre en actividades recreativas o familiares y no en cuestiones académicas, resonó en el país.

La implementación del plan también abrió el debate respecto a si el sistema educativo colombiano está listo para ese tipo de medidas que si bien son eficaces, por ejemplo, en los países nórdicos, dependen del contexto social y requieren de inversión, infraestructura, actividades extracurriculares, cantidad apropiada de profesores de acuerdo con el número de aprendices, planes alimentarios y calidad de la planta docente, entre otros, para asegurar su efectividad.  

Aunque en la mayoría de instituciones educativas finalizan clases esta semana, Periódico del Meta realizó un sondeo para conocer la opinión de la gente frente a la iniciativa y una hipotética implementación en la capital del Meta.

Frente a la pregunta formulada vía Twitter: “En Soledad, Atlántico, proponen al MEN que a partir de 2018 no se dejen tareas para realizar en casa a los estudiantes del municipio que cursen transición y primaria; además, que el inicio de clases sea a partir de las 9:00 a.m. ¿Le parece buena idea?”, el 61 por ciento de los participantes votó por el sí; el 39 por ciento restante, por el no.

En Villavicencio, según el secretario de Educación local, Jorge Daniel Beltrán Bohórquez, son más de 81.000 los estudiantes que a diario acuden a instituciones educativas públicas y el número de docentes no supera los 4.000.

Para pensar en la implementación de una iniciativa como la propuesta por el Alcalde de Soledad, Joao Herrera -que se implementaría en el 2018 si el Ministerio de Educación Nacional (MEN) da el visto bueno-, y no fallar en el intento, es necesario prestar especial atención a la Jornada Única, la infraestructura académica, física, y al Programa de Alimentación Escolar (PAE).

Jornada Única

Aunque desde 2015, en siete internados del departamento del Meta se comenzó a implementar la Jornada Única, una estrategia de mejoramiento basada en la gestión del tiempo escolar que busca que los estudiantes permanezcan más tiempo -tres horas- en el establecimiento educativo, como parte del plan piloto del Gobierno Nacional; y en 2016 seis instituciones educativas fueron priorizadas para la implementación, según Beltrán Bohórquez, “es algo que hasta ahora está en proceso”.

Actualmente en la ciudad solo el Instituto Técnico Industrial, el INEM, el colegio Apiay y Antonio Ricaurte CASD, mantienen una jornada única para los grados décimo y undécimo.

La Normal Superior y los colegios Manuela Beltrán, Departamental La Esperanza y Vanguardia están en el proceso de ingresar al programa.

Respecto al inicio de clases a las 9:00 a.m., “es una implementación que acá en Villavicencio no se puede lograr porque nuestro contexto es de colegios con doble y hasta triple jornada” resaltó el secretario.

Infraestructura física y académica

Uno de los aspectos fundamentales para la implementación de la jornada en cuestión es la infraestructura. Recientemente, se inauguró la construcción y modernización de la institución educativa Manuela Beltrán de Villavicencio.

La nueva planta física, que tuvo una inversión cercana a los $4.100 millones y mejorará el entorno académico de más de 1.600 estudiantes de estratos 1 y 2, consta de 12 aulas, baño, sala de sistemas, un laboratorio, cancha deportiva, pasillos y zona de recreación.

Con las modernizaciones de estos espacios educativos las autoridades del municipio avanzan en la implementación de la Jornada Única. Sin embargo, son más de 130 las instituciones que requieren inversión en planta física para llegar a la implementación de la jornada única. Sobre todo, los colegios que actualmente manejan doble y triple jornada. 

“Un esquema de modelo educativo que intente capturar el mayor tiempo posible a un estudiante en un proceso integral de aprendizaje, es un avance significativo y es un modelo que seguramente responderá. Esa es la parte formal. Lo otro es cómo interactúa ese modelo con los otros agregados o elementos fundamentales que se suman al éxito o fracaso del proyecto”, manifestó Gildardo Gutiérrez, ex director territorial ESAP Meta y docente de la Universidad de los Llanos.

Uno de esos elementos fundamentales es el techo de la calidad del sistema educativo, determinado por la calidad de sus docentes.

Frases como “el bienestar y la calidad de vida de los docentes se refleja en el aula escolar con los niños”, según Gutiérrez, tiene mucho que ver en la implementación de una medida como la que pretenden poner en funcionamiento en el 2018, pues al buscar una mayor permanencia del estudiante dentro del establecimiento educativo, desarrollando las tareas, actividades de su ciclo de formación y desarrollo cognitivo al interior de la institución y no en su casa, depende en gran medida la capacidad pedagógica de los docentes, y si están en condiciones de aceptar la responsabilidad superior de orientar y garantizar que durante la permanencia del niño su desarrollo académico sea completo. 

Sin embargo, el académico resaltó que “están pensando en acuñar modelos que no son nuestros y por eso la educación nuestra fracasa. Estamos dentro de los últimos 30 países en resultados de calidad educativa en el mundo porque nuestra formación no está programada de manera neurolingüística para indicar en forma personalizada el valor de los procesos que cada alumno tiene. Nuestra educación es de masa, de 40 estudiantes, y no se obra en virtud de talentos individuales, de rendimiento, de aparejamiento. Es un modelo de montonera y por eso el comportamiento de las pruebas a veces se asemeja a un electrocardiograma de alguien con disfunciones cardiacas, con unos picos y unos bajos espantosos que refleja la anormalidad evidenciando que el estándar de educación no funciona sobre unos criterios básicos. Y como no hay modelo, por eso improvisamos”.

Frente a la posibilidad de la implementación de una medida como la de Soledad en Villavicencio, “tendría que ser producto de un programa con escalonamientos en el tiempo y una determinación de la cantidad y calidad de recursos que se dispongan e incluso de la predisposición de los docentes. Hay que tener en cuenta que en Colombia los docentes se han resistido a la implementación de la Jornada Única”, precisó.


RP
Redacción PDM

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