El 40% del agua en Villavicencio proviene de acueductos comunitarios

- Publicado en May 23, 2025
- Sección Villavicencio, Lo Mas Reciente
Mientras la EAAV enfrenta dificultades en el servicio, 126 acueductos comunitarios garantizan el 40% del suministro de agua a casi 200.000 habitantes, impulsando un modelo de economía solidaria que busca ser formalizado y apoyado por el Estado.
Por Jhon Moreno
Mientras el servicio de agua en Villavicencio a menudo genera dolores de cabeza para la mayoría de sus habitantes, especialmente en temporada de lluvias como el que travesamos, un modelo alternativo opera silenciosamente, supliendo una necesidad vital para una parte significativa de la población: los acueductos comunitarios.
Estas organizaciones, regidas bajo los principios de la economía solidaria, no solo garantizan el acceso al agua para casi 300.000 personas en la ciudad, sino que también luchan por ser formalmente reconocidas como gestores hídricos y acceder a los recursos y el apoyo estatal necesarios para su sostenibilidad.
En Villavicencio, existen 126 acueductos comunitarios, de los cuales 50 están vinculados a la Asociación de Acueductos Comunitarios de Villavicencio, que a su vez hace parte de la Red Nacional de Acueductos Comunitarios de Colombia.
En total, estos acueductos proveen el 40% del agua que consume la ciudad. La Comuna 8, con 62 acueductos (40 de ellos captan el agua de pozos subterráneos), es un claro ejemplo de la relevancia de este modelo de servicio público. Sin embargo, su importancia no siempre ha sido reconocida, y su camino hacia la formalización ha estado lleno de obstáculos.
Adriana Baquero Rojas, representante legal de la Asociación, destacó en diálogo con Periódico del Meta el desconocimiento generalizado sobre estas empresas. «Es tanto el desconocimiento que hasta hace unos años Cormacarena sancionaba a los acueductos sin conocer a profundidad el mecanismo en que funcionaban estas empresas de economía solidaria«, relata. Esta falta de entendimiento ha dificultado la obtención de apoyo y la implementación de políticas públicas que fortalezcan su labor.
Por ello, explica la delegada, se tramita un proyecto de ley en el Congreso para que por fin los acueductos comunitarios sean reconocidos.
“Con esta ley se busca establecer el marco legal para regular y fortalecer la gestión comunitaria del agua y el manejo de aguas residuales, protegiendo la autonomía de las comunidades y respetando sus prácticas culturales. También, se garantizaría la participación, el acceso a la información y un enfoque de derechos humanos, equidad y sostenibilidad, asegurando un acceso justo al agua y mejorando la calidad de vida en zonas rurales y periurbanas”, dijo el senador Robert Daza, del Pacto Histórico.
Mientras se avanza con este proyecto de ley en el Congreso, que busca reconocer la gestión comunitaria del agua, ya que existen más de 22.000 acueductos comunitarios en Colombia, las necesidades de los acueductos de Villavicencio son claras, de acuerdo con Adriana Baquero: mayor capacitación para las comunidades e instituciones sobre su modelo de gestión, inversión en mantenimiento de la infraestructura existente, apoyo para cubrir los pagos de licencias ambientales y tasas de uso de agua, y, fundamentalmente, la protección e inversión en las fuentes hídricas de las que dependen.
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El rol de Cormacarena
El panorama ha empezado a cambiar, al menos desde la perspectiva ambiental. Cormacarena, la Corporación Ambiental del Meta, inició un proceso de acercamiento y apoyo a los acueductos comunitarios.
Lorena Cárdenas, ingeniera ambiental del grupo Agua de Cormacarena, explicó a Periódico del Meta que la corporación se enfoca en fortalecer los aspectos técnicos y legales, incluyendo la formalización, licencias ambientales y concesiones de agua. El 15 de mayo pasado se llevó a cabo un taller clave para establecer mesas de trabajo de asesoramiento, buscando subsanar el histórico desconocimiento y las sanciones que en el pasado afectaron a estas organizaciones.
La funcionaria agregó que Cormacarena lleva a cabo un plan anual de monitoreo de calidad y cantidad del agua, en conjunto con la comunidad. Estas acciones se articulan con los Planes de Ordenación y Manejo de Cuencas Hidrográficas (Pomcas), promoviendo campañas de cuidado y preservación del recurso, incentivando la gobernanza del agua y vinculando a los acueductos comunitarios al programa de Pagos por Servicios Ambientales.
“No obstante, persisten desafíos como la necesidad de mejorar las estructuras de captación, a menudo artesanales y propensas a fugas, y el desconocimiento de la normativa por parte de algunos operadores”, conceptuó Lorena Cárdenas.
¿Una oportunidad de colaboración mutua?
Según Adriana Baquero Rojas, representante de la Asociación de Acueductos, el panorama de este servicio de Villavicencio es el de “una red vital, autogestionada y comprometida con el acceso al agua, que a pesar de los desafíos, sigue siendo un pilar fundamental para la vida de miles de villavicenses. Por eso lo que hemos solicitado por estos años es que nos reconozcan en nuestra esencia de empresas de la comunidad”.
A lo largo de los años, se han dado pasos importantes, aunque lentos. Con la administración de Wilmar Barbosa, se creó la dirección de Servicios Públicos Domiciliarios y se realizó una caracterización de los acueductos. Posteriormente, con Felipe Harman, se trabajó en la creación de una política pública de gestión comunitaria, pero esta no se implementó, en parte debido a las «discusiones fuertes» sobre un documento que «desconocía los acueductos comunitarios«, según Baquero. La política quedó «en el papel«, y aunque la actual administración de Alexander Baquero la incluyó en el Plan de Desarrollo, su implementación aún no se ha materializado por supuesta falta de información.
Paradójicamente, a pesar de que los acueductos comunitarios suplen una parte vital del servicio de agua, la relación con la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Villavicencio (EAAV) es prácticamente inexistente a nivel institucional.
Daniel Flórez, jefe de la Oficina Socioambiental de la EAAV, explicó que su operatividad es diferente y que, en temporadas de emergencia, no se ha solicitado apoyo a los acueductos comunitarios. «La EAAV también tiene pozos profundos en diferentes partes de la ciudad, como La Madrid, El Darién, Charrascal, Apiay, entre otros. Allí se abastecen de agua subterráneas«, precisó Flórez.
Aunque existe una buena relación a nivel de solicitudes y alertas tempranas, la formalización de un convenio ha sido compleja debido a la cantidad de acueductos.
