El ‘mar amarillo’ del Meta

En las tierras sanmartineras se cultivan grandes girasoles que junto al cielo llanero se combinan creando una cálida experiencia, que es aprovechada por los visitantes.

Por Lina Herrera / Especial Periódico del Meta

Durante siglos, San Martín de los Llanos ha sido un municipio destacado por sus Cuadrillas, que una vez al año reúnen a cientos de personas para disfrutar de sus tradiciones y expresiones culturales. Sin embargo, desde finales del 2021, a tres kilómetros del municipio, miles de pétalos amarillos, sobresalen y llaman la atención tanto de metenses como de personas de otras regiones.

Se trata del campo de girasoles ubicado en la hacienda ‘La Macarena’, el cual se ha convertido en uno de los mayores atractivos turísticos de San Martín y del departamento. Allí se encuentran tres cultivos de esta planta, los cuales se turnan aproximadamente dos meses para hacer crecer alrededor de 25.000 flores.

Este campo no nació precisamente orientado en ser un destino para visitar, según José Antonio Morales, administrador de turismo de la hacienda, los girasoles se sembraban como método de alimentación para el ganado Brahman, ya que este es el principal objetivo económico de sus propietarios.

“Estábamos en la búsqueda de una planta que pudiera brindarle nutrientes al ganado y encontramos que el girasol contaba con ciertas proteínas que les ayudaba. Empezamos por ahí, por la siembra de la planta, pero después vimos que tenía un potencial turístico y nos aventuramos a empezar a mostrarlo para ver qué tan llamativo era, dio la casualidad de que sí tiene ese potencial que nosotros buscábamos. Sin embargo, hoy en día todavía es alimento para el ganado”, explicó.

Morales también indicó que este es un tipo de girasol ‘esbella’, el cual no funciona para ser comercializado como ornamental, ya que después de cortarse no dura muchos días y se marchita rápidamente.

Cada fin de semana el campo recibe entre 400 y 500 visitantes, cuando se incluye un festivo, 600 a 800 personas llegan a conocer y admirar el extenso cultivo, potenciando a la vez el turismo regional.

“Creo que somos un foco fundamental ya que el campo atrae a mucho turista de ciudades como Villavicencio, Medellín, Bogotá, Bucaramanga, Cali, inclusive nos han visitado personas de España, han visto los campos y les parece fascinante porque en muchos países el girasol se da, pero no del mismo tamaño que se da en estos climas”, enfatizó el administrador.

Sumado a lo anterior, después de visitar los girasoles, muchos turistas optan por seguir conociendo el municipio de San Martín y sus alrededores, probando así su gastronomía y explorando la cultura llanera.

Inicialmente se sembraban dos campos al año, lo que hacía que fueran abiertos al público por temporadas. Algunos turistas sin saberlo llegaban en las fechas de cierre y no podían disfrutar de la visita.

“Nos decían que venían desde otras ciudades para ver los girasoles, así que dijimos ‘busquemos otra forma de sembrar’. Empezamos a estudiar la flor, a ver cómo se podía dar mejor y vimos que se puede sembrar escalonadamente, le hicimos cierto seguimiento a la flor, de cuanto se demoraba la floración dependiendo del clima y asimismo fuimos mejorando la metodología de siembra, ya se está sembrando paulatinamente para tener floración continua”, detalló el encargado de turismo.

Ahora, el campo de girasoles está disponible para ser visitado en cualquier época del año. Desde las 8:30 a.m. hasta las 3:30 p.m., las personas que quieran caminar entre miles de girasoles podrán acercarse a la hacienda La Macarena e iniciar el recorrido hacia aquel campo floral.

Antes de visitar este gran paisaje amarillo, se recorre una granja habitada por diferentes animales, tales como conejos, cerdos, patos y los protagonistas: el ganado Brahman. También se puede observar un estanque de cachamas y un sendero ecológico.

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