“Mujeres rurales”, así están catalogadas por la ONU quienes trabajan en las zonas agrícolas del planeta. Son quienes se encargan de arreglar la tierra, sembrar semillas, alimentar a los suyos y a la población mundial.

Son mujeres productivas y buenas gestoras. Sin embargo, es poco el reconocimiento de esta población, aunque anualmente, cada 15 de octubre, tienen un día para conmemorar su labor. 

En el departamento del Meta, durante el conflicto armado, fue notoria su participación pues los estudios antropológicos posacuerdo de paz aseguran que se encargaron de sostener hogares de manera solitaria, ya que la mayor cantidad de víctimas fatales fueron hombres

Por eso, en los últimos años se ha revelado ese trabajo silencioso que además debió enfrentar el machismo tradicional que suele haber en las áreas rurales.  

“Hay cultivos que se pueden manejar en familia, como el cacao en el que se puede involucrar todo el núcleo familiar, la ayuda de ellas permite trabajar y mejorar la calidad de los productos. Ellas hacen parte del tema estratégico, de control y administrativo”, dijo Leonel Murillo, productor de cacao.

Nidia Acosta, represente de Legal de los Agricultores en Acacías, manifiesta que las mujeres han venido de abajo hacia arriba, puesto que en un principio los hombres estaban renegados a que ellas asumieran posiciones diferentes a las del hogar, sin embargo, las capacitaciones en liderazgo femenino las han ayudado a empoderarse.

“Hemos visto que hay mucho trabajo en el campo que podemos hacer, somos más cuidadosas, más meticulosa con el tema del cultivo y no solo estamos pendientes de eso, sino también de nuestro hogar, de los hijos, del esposo y haces esto nos inspira hacer más productivas”, sostuvo.

En la asociación a la que pertenece Nidia de los 113 afiliados, 36 son mujeres. La lucha es grande porque los cultivadores son celosos con sus tierras y eso impide su participación, sin embargo, hay otros finqueros que confían más en poner su tierra en manos de ellas ya que las consideran más juiciosas y delicadas.

Yessenia Moreno, integrante de la Asociación de Fruticultores en El Dorado y vicepresidente de la Cooperativa Workakao, representó a su gremio en el concurso Cacao de Oro Latinoamericano que se llevó a cabo en París, de todos los agricultores provenientes de diferentes países ella fue la única mujer en asistir. “Para ellos fue impactante saber que yo era representante legal de 290 agricultores y vicepresidente de la cooperativa donde son 900 familias, no podían creer que yo fuera en nombre de agricultores y tampoco que tuviera tanto apoyo de mis compañeros hombres quienes confían en mí para desarrollar este tipo de procesos”, indicó Yessenia.

Anteriormente, las mujeres no asistían a las reuniones de las asociaciones y si asistían no hablaban porque no asumían ese empoderamiento que hoy sí las llevó a ocupar papeles importantes dentro de su gremio.

Paola Muñoz, profesional en igualdad de género en Socodevi explicó que “a través de un proceso de formación empoderamos a las mujeres, hemos generado liderazgo esto se ve reflejado en las juntas directivas de las diferentes asociaciones que nosotros apoyamos.”

Además, agregó que estas nuevas posiciones las hace sentir un poco más productivas por no limitarse a responder por cuestiones del hogar: “Son más participativas y visiblemente se destacan en este proceso, han viajado en representación de asociaciones, tienen voy y voto, son más tenidas en cuenta especialmente por hombres”.