El poema que nació en una tragedia

Manuel Orozco relata cómo nació el único tema que ha hablado del derrumbe de Quebrada Blanca y lo que deben aprender las nuevas generaciones sobre la realidad social.

“Aquel fatídico día en el que montaña y quebrada, en un formidable dúo, movido por fuerza extraña, pusieron un grado más de dolor y de desgracia marginamiento y olvido a mi linda tierra llana”.

Por Jhon Moreno

A sus 73 años, el maestro Manuel Orozco Castro, nacido en medio de las sabanas de San Martín y luego de más de 12 trabajos discográficos, piensa que puede seguir aprendiendo de la música, aportando y enseñando a las nuevas generaciones de folcloristas.

Sentarse a hablar con él es como asistir a una clase magistral en la universidad de la vida, en donde desde la torre de la experiencia no solo cuenta anécdotas sino que comparte el cómo hacer música sin olvidar las raíces.

Su nuevo trabajo discográfico, el decimosexto de su carrera musical, se titula precisamente ‘Legado Llanero’ y se convierte en un mensaje muy tradicional en donde la idiosincrasia de los llaneros es una constante en cada uno de los temas.

Es que esa rapidez para componer un poema, una canción, y en especial la sensibilidad de lo que lo rodea fue lo que convirtieron en Orozco no solo ser en el único cantautor que le ha compuesto a la tragedia de la vía al Llano, sino en ser testigo directo de aquel fatídico día.

“Llevaba tres días lloviendo sobre la vía. Eran varios derrumbes más pequeños y el trancón era muy largo. La carretera era muy angosta y los conductores tenían que hacer peripecias para pasar en medio de abismos. Aquel día venía para Villavicencio en una flota de bus, pero nos tocó devolvernos para Bogotá. Aunque estaba lejos del derrumbe alcancé a ver el drama que significaba estar allá”, recuerda Manuel Orozco.

Todo lo había sorprendido, había visto detalles que seguramente nadie había visto. Cuando emprendió el regreso a la capital, tomó un esfero y un papel en el que vienen envueltos los cigarrillos y empezó a escribir las primeras letras de un poema que hoy, 50 años después, sigue vigente: Quebrada Blanca.

Al llegar a Bogotá ya tenía listo el tema y la música. Sabía exactamente lo que quería expresar: “me impactó todo, la magnitud del derrumbe, la desesperación de la gente, me dio rabia porque desde toda la vida, incluso desde aquella época, no hemos tenido una buena vía. Como siempre el Gobierno nunca le para bolas”.

En una máquina eléctrica pasó a limpio las letras compuestas en el trayecto de regreso. Al siguiente día se contacta con Los Guaqueros, el conjunto llanero del maestro René Devia, quien tenía relaciones con la disquera CBS. Esa semana se la presentan al presidente de la compañía y con solo leer la letra les dice que tenían que entrar a grabar ya. Sin embargo, es a principios de 1975 que empieza a sonar en todas las emisoras.

“El poema es una nueva propuesta musical en sí mismo, porque si bien es cierto que ya ‘El cazador Novato’ tenía muchísimos temas, todos era de carácter folclórico, de vivencias. En este caso era casi una protesta por una tragedia que se podía evitar. Incluso vinieron algunas amenazas porque decían que yo era comunista”, recuerda El Clarín del Llano.

Añadió que “unos dicen que el poema es música protesta, yo digo que es reclamo. Los llaneros reclamamos porque siempre hemos sido perjudicado. Me decían que quería tumbar al gobierno de la época. Ojalá todos cantaran la canción y lo tumbaran”.

Sigue componiendo

‘Legado Llanero’ es el disco número 12 de Manuel Orozco, quien hacía unos tres años no publicaba trabajos musicales, en el que todos sus temas son compuestos por él mismo.

Luego del homenaje que le rindieron en el Torneo Internacional del Joropo en 2016, dice que encima de los escenarios se siente más tranquilo, sereno y seguro de lo que quiere proyectar en cada presentación.

“De hecho este trabajo musical tiene como objetivo no solo defender el Llano desde la ancestralidad de nuestro folclor, sino demostrarme a mí mismo que a mis 74 años estoy bien en la composición literaria y reafirmarme en que sigo perfectamente de la garganta y de mi imaginación”, sostiene.

En este nuevo trabajo musical es capaz de mezclar varios golpes cantados, seis por derechos con chipolo, en una misma canción, lo que hace que sea una pieza de colección para los conocedores e la música y aún para quienes sencillamente disfrutan del buen joropo tradicional

Manifiesta que los jóvenes deben oír, pensar y aportar; que no se queden copiando lo que ya está sino que evolucionen sin deformar las raíces. Aunque hay personas que creen que se las saben todas, El Clarín del Llano desea seguir aprendiendo porque, según sus propias palabras, “la música es infinita y puede seguir aprendiendo e inventando, como en las matemáticas”.