Desde la madrugada, miles de feligreses inundaron las calles del terreno ubicado en inmediaciones al parque Las Malocas.
Incluso cuando ni siquiera ese sol picante, pero tan fascinante que ilumina el horizonte llanero se había posado sobre la capital del Meta, ya había personas haciendo filas, guardando puestos y realizando cánticos para poder estar lo más cerca posible del papa Francisco.