En Puerto Gaitán se hará un proyecto de reforestación para reconectar dos fuentes hídricas

En un territorio equivalente a 182 parques como Los Fundadores, la petrolera Hocol hará una reserva natural para tratar de recuperar un corredor de movilidad entre los caños Corrobol y Misiana, que se habría visto afectado por prácticas agropecuarias.

Puerto Gaitán es uno de los tres municipios metenses que hacen parte de la Altillanura, considerada como la ‘última gran frontera agrícola y ganadera de Colombia’. Junto a Puerto López y Mapiripán, el municipio concentra el 93 porciento de las 20.000 hectáreas sembradas en caucho en el departamento; aporta más de 446.000 cabezas de ganado al inventario bovino del Meta; y entre los dos puertos siembran alrededor de 21.000 hectáreas de arroz.

Según datos del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), de los casi 115 millones de hectáreas que conforman el país, cerca del 30% (32 millones de hectáreas) presentan usos inadecuados por parte de agricultores, y de esa cifra, el 15% corresponde a suelos afectados por sobreutilización o por la sobrecarga de la agricultura y la ganadería (suelos no aptos para tal fin).

Esas cargas y vacíos sobre el suelo ocasionan degradación química. De acuerdo con el primer mapa de degradación de suelos, presentado por el Ideam en 2015, la degradación química influye en la salinización de los suelos, la acidificación y la contaminación, y se debe en general al uso excesivo de riego y fertilizantes y las consecuencias de las actividades mineras e industriales.

Por eso, la empresa Hocol que opera el Campo Ocelote, ubicado a 70 km del casco urbano de Puerto Gaitán, adelanta un proyecto para mitigar la destrucción del ecosistema de la parte alta del nacimiento del caño Misiana, ubicado en la vereda La Cristalina, con el objetivo de establecer una conectividad que en algún momento existió con el caño Corrobol.

“Infortunadamente, por las prácticas tradicionales en las que se va ampliando la frontera agrícola y pecuaria, esa parte alta del nacimiento no tiene nada de cobertura. Lo que se busca es comenzar a recuperar la cabecera del Misiana, así como los afluentes para establecer una conectividad reforestada”, manifestó Letty Calderón, profesional en gestión ambiental llanos de Hocol.

El proyecto tiene cuatro fases. “Vamos a iniciar con una herradura que básicamente busca fortalecer primero los nacimientos. Posteriormente se establecerán las bases en las diferentes zonas. La idea es reforestar las 1.000 hectáreas, por fases, pero todas”, expresó Calderón.

Principalmente se sembrará palma de moriche (Mauritia flexuosa), una especie promisoria destacada por sus frutos nutritivos con alto contenido de vitamina A, de grasas y proteína, perfecto refugio para mamíferos como el pecarí de collar (Tayassu tajacu), la danta (Tapirus terrestris) y particularmente varias especies de roedores como el guatín (Myoprocta acouchy), la lapa o guagua (Agouti paca) y la guatusa (Dasyprocta fuliginosa), durante las épocas de fructificación.

Además del valor ecológico, como fuente de alimento y refugio para la fauna, los morichales constituyen ecosistemas representativos de la Orinoquía y son importantes para la protección de las fuentes de agua.

El desarrollo del proyecto arrancará en 2018 luego de que se finalice la consecución de dos predios denominados Galicia 1 y 2, a través de fondos de compensación e inversión del 1 por ciento.

Los predios quedarían a nombre de la Corporación para el Desarrollo Sostenible Del Área de Manejo Especial La Macarena (Cormacarena), bajo la supervisión de control y vigilancia a cargo de Hocol mientras continúen las operaciones en el Campo Ocelote.

Según Alejandro Correa Sánchez, ingeniero de operaciones del Campo Ocelote, “actualmente la producción del campo supera los 14.000 barriles de crudo por día, y cuenta con una reserva de 88 millones de barriles. Llevamos 10 años y esperamos otros 10 de producción del campo”, concluyó.