Futuro anunciado | Opinión

Si frente a los sucesos del fraude chavista los colombianos no actuamos, mereceremos un destino igual o peor.  Petro, al apoyar públicamente al dictador, nos advierte lo que nos deparan las próximas elecciones. Maduro y Petro son igualitos, excepto en que, como éste es más inteligente, resulta mucho más peligroso.

Borges escribió un libro hermoso y espantable. “Historia universal de la Infamia”. Venezuela supera hoy la ficción borgiana. No recuerdo haber presenciado tanta infamia junta, tanta y tan abyecta mascarada política, tanta miseria moral en un payaso envanecido por su poder mafioso. El jefe del Cartel de los soles cometió un error de cálculo: olvidó que en el mundo existe no sólo el mal en el que se mueve, sino el bien; no sólo la ruindad suya, sino la decencia ajena, y no sólo el delito, sino un valor democrático llamado legalidad. La cúpula supurante del régimen chavista y las atrocidades que comete, nos llenan hoy de horror y vergüenza. Y de miedo. Porque en Colombia nos dirigimos hacia allá. Nietzsche y Foucault: la maldad no es una construcción social. La maldad sí existe.

Por el error monumental de elegir al amigo de Chávez, Colombia reedita el camino de pobreza, mal y violencia que por 25 años padece el hermano país, otrora paraíso caribe, rico, culto, alegre. Negados a ver aquello, acá, diez millones de compatriotas sucumbieron en la trampa.

A Petro no lo tumbarán los crecientes escándalos revelados desde la campaña. Habiendo decapitado a las fuerzas armadas, comprado congreso y justicia, minado la economía y aliado ya abiertamente con las guerrillas y con los próximos cien mil milicianos armados, engañando y mintiendo siempre, no le pasará nada. Si logra imponer una nueva constitución a su medida se saldrá con la suya como Chávez.

Maduro causa vergüenza, pero es un espejo. O Colombia entera se defiende, o padecerá un futuro de dictadura, fraude, persecución y muerte. ¿Más evidencia? ¿El martirio de los hermanos venezolanos servirá esta vez de algo?