lunes, 23 de junio de 2025
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‘Hay pérdidas tan grandes, que sus caras no van a quedar igual’: Libardo Vacca


‘Hay pérdidas tan grandes, que sus caras no van a quedar igual’: Libardo Vacca 1
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Redacción PDM

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En un video, el cirujano maxilofacial alertó por algo que no deja de sorprenderlo: las mordeduras de mascotas y las consecuencias que dejan los accidentes en las carreteras y calles de la región.

 

El cirujano maxilofacial, Libardo Vacca Devia (L.V.), completa 28 años de experiencia, haciendo milagros con el rostro de las personas, muchas veces de manera gratuita gracias a la Fundación Sueños y Sonrisas, con la que opera a niños con paladar hendido.

Recientemente realizó para sus redes sociales un video muy emotivo en el que llamaba la atención sobre el incremento en intervenciones quirúrgicas que había tenido que hacer por mordeduras de mascotas a sus dueños y por los graves accidentes de tránsito que estaban dejando consecuencias irreparables en conductores, en especial motociclistas. 

Como médico especialista en cirugía reconstructiva y estética, está sorprendido con los casos que ha conocido por la poca importancia que tiene la vida propia y la de las demás personas en los protagonistas de los siniestros viales.

Periódico de Meta (PDM) dialogó con él sobre esta situación, pero también sobre la dignificación y la humanización de la medicina que, en medio de la crisis del sistema de salud, debe tener el cuerpo médico.

PDM: ¿Hace cuánto que usted es cirujano?

L.V: Soy cirujano maxilofacial hace 28 años. Soy de Villavicencio, recibí mi título en la Universidad Javeriana, pero como profesional me hice en mi Hospital Departamental de Villavicencio.

PDM: Hay muchos jóvenes que quieren ser profesionales e irse de Villavicencio, usted prefirió quedarse, ¿por qué?

L.V: ¡Uy! tenía opciones para irme, pero yo quería ser parte del Llano. Aquí conocí a mi papá y mamá, conocí la luz, el sol, la belleza, el Llano. Cuando me gradué, era una profesión absolutamente nueva, un enfoque de medicina y odontología nuevo yo tenía que llegar acá y empecé a hacer labor. En esa época había una persona haciendo, por ejemplo, lo de labio y paladar, el doctor Gonzalo Casiano; con el tiempo yo recibo todos esos pacientes que antes él operaba y fui haciendo campañas en mi Hospital de Villavicencio y en la Clínica Meta a hacer la labor que se tiene que hacer sin necesidad de hacer tanta campaña.

PDM: A propósito del doctor Casiano, ¿lo han tentado con la política?

L.V: En mi consultorio han estado personas diciéndome que me lance a la alcaldía, pero prefiero el paraíso, prefiero la labor que me encomendaron, yo pienso que esto es una vocación. Pero no crea, uno se cansa. Hay momentos en que se dice: quiero irme, estoy cansado.

PDM: ¿Cómo se llega a ser un buen cirujano?

L.V.: Para llegar a la madurez quirúrgica tiene que haber cometido muchos errores en la vida, porque eso es un cirujano que tiene experiencia. La experiencia es la suma de todas las cosas buenas y las equivocaciones que ha hecho quirúrgicamente en su vida. Entonces llegar a esa madurez para botarla, dedicándose a otra cosa y sabiendo que la gente lo necesita, yo creo que eso sería una posición muy egoísta.

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PDM: ¿Cómo nace la Fundación Sueños y Sonrisas?

L.V: En la Universidad yo quise siempre aprender a operar niños de labio y paladar hendido y no se me dio la oportunidad. Un día me llamaron del hospital de Granada y me dijeron, hay unos niños que necesitamos que lo operen de labio y paladar y dije: yo lo hago y me fui para Bogotá con un amigo que sabía operar y me ilustró. Volví, y empecé a operar, operar, operar.

Luego me di cuenta de que no era solo operar los niños, sino que tiene que conformarse un equipo integral con varias personas que ayuden luego de la operación. Si usted trabaja con Dios y trabaja bien, la gente le cree y comienza a unirse. Entonces nació la idea de hacer la Fundación, que ha sido otro regalo, aunque hemos tenido personas inescrupulosas que vienen y le dicen a uno, présteme la Fundación, que voy a hacer un negocio con algún político y yo les digo: no. En este momento, la Fundación se sostiene por mis recursos. Hay momentos en que se siente uno como medio huérfano.

PDM: ¿Ha calculado cuántos niños ha operado con la Fundación?

L.V: Dejé de contar cuando iba llegando a los 3.000.

PDM: ¿Por qué siguen naciendo niños con labio leporino?

L.V: Uno quisiera que no nacieran más niños con labio leporino porque usted viera la tristeza y la frustración que tiene una pareja y una familia cuando nace este niño, terrible. Pero hasta hace poco lograron, por ejemplo, a Monsanto, demandarlos y que ellos aceptaran que tenían parte de la culpabilidad con la intoxicación de fungicidas y plaguicidas. Estamos siendo contaminados, además no hay una buena alimentación; cuando un hombre de gran edad tenga un niño con una mujer joven, también es un riesgo, la herencia genética.

PDM: ¿Cuál es la alerta que envía por las mordeduras de mascotas?

L.V: Estamos queriendo más a los perros que a los seres humanos. Yo pienso que hay que ser consciente. Publiqué y por ahí me criticaron, pero estoy hablando sobre algo que yo veo, ¿cómo le va a devolver usted a un niño de 6 años la sonrisa completa sin cicatrices a lo que se tiene derecho porque ha sido mordido en su cara, con pérdida de tejidos que van a dejar como secuela una cicatriz? Yo no sé, pienso que estamos equivocados. El concepto de animal lo debemos tener presente cuando hablemos de un perro, ¿el perro qué es? un animal. Puede que sea hermoso, consentido y es que de verdad uno tiene buena relación con los animales, pero no dejan de ser animales.

PDM: ¿Cuántas personas ha tenido usted que operar por mordeduras?

L.V: El último mes van como 5. Diciembre se presta mucho para el contacto con los animales.

PDM: El llamado es no los tratemos como humanos, son finalmente animales…

L.V: Son finalmente animales, digamos, hagámoslo con precaución, es aterrador que usted va a un centro comercial y ve los animales sin bozal o a la Vereda del Carmen. ¿Hasta dónde van tus cuidados y tu respeto con los demás?

PDM: Y el otro tema es la irresponsabilidad de los siniestros viales ¿en qué condiciones llegan las víctimas?

L.V: ¿Sabe qué concluyo?, que estas personas no tienen gratitud con los seres humanos que están a su alrededor. Por lo menos esa mamá, ese papá y si tienen hijos, peor, son un regalo de Dios le da pero no le da nada montarse en una moto borracho y se accidentó, se mató, o lo peor, queda cuadripléjico, con un déficit neurológico, se vuelve una carga. Las motos ahora con más cilindraje, se vuelven más ligeras, entonces dicen los jóvenes: yo quiero vivir mi vida, la adrenalina, la irresponsabilidad, el trago. Y eso le gana en todo momento al amor, a la sensatez.

PDM: ¿La mayoría son pacientes jóvenes?

L.V: La gran mayoría son pacientes jóvenes, es que es increíble. Cuántos amputados sin piernas, sin brazos, sin ojos, los que quedan vivos.

PDM: En un porcentaje mayoritario también tiene que ver el trago o no necesariamente.

L.V: La gran mayoría es con trago, ya sea por el que va en la moto o por el que se llevó la moto por delante o la otra moto que se lo llevó. Es muy pero muy dolorosa la reacción, la frustración, el dolor que tiene una mamá frente a un ser humano botado en una cama. Vas a entrar a la UCI y ves a todas esas señoras ahí con los ojos encharcados pidiéndole a Dios, rogándole que salga adelante esa persona. Eso es muy duro, o sea, a mí me pega muy duro. No sé por qué no lo vemos desde ese punto de vista, el dolor de los demás los que nos quieren van a sentir.

Yo que trabajo reconstruyendo caras, trato de hacer lo que más puedo por esas caras, pero hay algunas que no quedan perfectas. Que son pérdidas tan grandes que se reconstruye, pero no van a quedar igual.


RP
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