La Orinoquia se puede subir a bordo de la Ruta de la Seda

- Publicado en May 17, 2025
- Sección Región, Lo Mas Reciente
La adhesión el martes de esta semana de Colombia a la Franja y la Ruta abre un abanico de posibilidades para el desarrollo agroindustrial, energético y logístico de los Llanos Orientales, pero exige liderazgo y visión regional.
Por Leonardo Molina Sanguino* / Especial para Periódico del Meta
Enlace Orinoquia de la Cámara Colombo China de Inversión y Comercio (CCCHIC)
La reciente incorporación de Colombia a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI – Belt and Road Initiative) impulsada por China marca un hito geopolítico que puede transformar profundamente nuestras regiones. Para los Llanos Orientales, esta alianza representa más que una noticia diplomática: es una puerta abierta a un nuevo modelo de desarrollo que podría catapultar nuestra economía agroindustrial, energética y logística.
La Orinoquia colombiana, con su vasto potencial agropecuario, sus recursos hídricos, su riqueza ambiental y, especialmente, su capacidad de generación solar está llamada a ser protagonista. Pero esto no sucederá sin liderazgo local, visión empresarial ni articulación regional.
Estamos convencidos que industriales, empresarios agropecuarios, universidades, autoridades locales y comunidades productivas de Meta, Casanare, Vichada, Arauca y Guaviare, debemos mirar con seriedad y visión futurista esta oportunidad. China no solo busca materias primas: está interesada en alianzas, transferencia tecnológica, cadenas de valor, energías limpias y seguridad alimentaria.
Nuestra región, que representa aproximadamente la mitad del territorio colombiano y tiene un enorme potencial agropecuario y energético, puede obtener beneficios concretos si la integración a la BRI se alinea con una estrategia territorial adecuada orientada hacia:
- Desarrollo de infraestructura logística y de transporte: Carreteras, ferrocarriles, puertos secos o multimodales y aeropuertos podrían mejorar el acceso de la región a los mercados nacionales e internacionales
- Atracción de inversión agroindustrial: China podría invertir en proyectos de transformación de productos primarios (soya, arroz, carne, palma, etc.), generando empleo y valor agregado en la región.
- Exportación directa de productos agropecuarios a Asia: Con mejoras en sanidad, trazabilidad y logística, la región podría convertirse en un proveedor estratégico de alimentos para China, alineado con su política de seguridad alimentaria.
- Desarrollo rural y conectividad: Proyectos chinos han incluido electrificación rural, conectividad digital y sistemas de riego en otros países.
- Sostenibilidad y cooperación técnica: China ha comenzado a apoyar prácticas agrícolas sostenibles y podría transferir tecnología para producción limpia, biotecnología, y sistemas de cultivo resilientes al cambio climático.
Por supuesto, esta oportunidad debe tomarse con responsabilidad: respetando nuestros ecosistemas, asegurando transparencia en los contratos y garantizando que los beneficios lleguen a todos los sectores, no solo a unos pocos. Hoy tenemos la posibilidad de posicionarnos como un eje estratégico del desarrollo nacional. Pero para lograrlo, se necesita una visión colectiva, articulación público-privada y una ciudadanía activa que reclame inversiones sostenibles, equitativas y transformadoras. La Ruta está trazada. Ahora, debemos decidir si nos quedamos mirando pasar el tren… o si nos subimos a él y lo conducimos hacia el futuro que merecemos.
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Para finalizar queremos hacer dos consideraciones. Primeramente, esta incorporación colombiana a la Franja y Ruta de la Seda exige que se desarrolle en el marco de la igualdad entre dos naciones independientes y soberanas. No podemos repetir viejas experiencias de sumisión económica a potencias extranjeras que tanto mal le ha generado a la nación. Debe ser en el marco del Proyecto Nacional de Desarrollo soberano y sostenible de Colombia.
En segundo término, debe existir organización y articulación de toda la sociedad llanera y nacional para concretar esta oportunidad. Y desde nuestra opinión, esto pasa por la incorporación de las industrias y organizaciones productivas llaneras a la Cámara Colombo China de Inversión y Comercio (CCCHIC), con la cual trabajamos articuladamente como enlace para la Región de la Orinoquia.
El espacio para las energías renovables
Imaginemos juntos: parques solares alimentando agroindustrias limpias en los Llanos. Vías férreas o corredores logísticos que conecten nuestros productos con los puertos y el mundo. Exportaciones directas de carne, arroz, maíz o palma hacia mercados asiáticos. Centros de investigación y desarrollo agrícola en alianza con universidades chinas. La integración a la Ruta de la Seda puede permitirlo, si nosotros lo queremos.
Ahora bien, particularmente se le debe fijar la mirada al potencial de energías renovables en la Orinoquia, las cuales pueden resumirse en:
- Altos niveles de irradiación solar y Amplias extensiones de tierra disponible:
La región presenta niveles de radiación solar promedio entre 4.5 y 6.5 kWh/m²/día, ideales para proyectos de generación fotovoltaica a gran escala.
- Demanda energética creciente: A medida que se desarrollen proyectos agroindustriales y logísticos, aumentará la necesidad de energía limpia y confiable en la región.
¿Cómo la BRI puede apoyar el desarrollo solar en la región de la Orinoquia?
- Financiamiento e inversión directa en proyectos solares:
Empresas chinas especializadas (como Trina Solar, LONGi o Jinko Solar) podrían establecer alianzas con actores colombianos para construir parques solares en departamentos como Meta, Casanare o Vichada.
- Electrificación rural sostenible:
La BRI puede impulsar proyectos de electrificación solar para comunidades rurales dispersas, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles y mejorando la calidad de vida.
- Desarrollo de cadenas de valor locales:
Instalación, mantenimiento y operación de parques solares puede generar empleo local calificado y dinamizar pequeñas y medianas empresas en energía.
- Integración energética con redes nacionales o micro redes rurales:
Con apoyo chino, se podrían desarrollar micro redes solares inteligentes que alimenten zonas apartadas sin conexión a la red, o conectarlas al Sistema Interconectado Nacional con nuevas subestaciones y líneas.
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