La vía a Acacías, más allá de la inundación y del Guayuriba
- Publicado en Ago 20, 2022
- Sección Región
El invierno es solo uno de los obstáculos que han encontrado los ingenieros para dar solución definitiva a la crisis de la vía Villavicencio-Acacías y que podría ser más larga de lo que se espera.
Una suerte de ‘tormenta perfecta’ se ha formado alrededor de la crisis de la vía entre Villavicencio y Acacías que ha impedido implementar las soluciones de fondo que necesita en su cruce el río Guayuriba y que esta semana volvió a causar caos en el tráfico vehicular.
Además de los señalamientos mutuos sobre de quién es la responsabilidad de atender las obras de solución, la intensidad de las lluvias este año y hasta los derrumbes del km 58 de la vía al Llano, han tenido impacto en dar respuesta definitiva a esta crisis vial.
Y es que todo se ha confabulado para llegar a lo que se vio esta semana en la que hasta los usuarios exigen la suspensión del pago del peaje, debido al lento tráfico de esta, la principal vía que comunica con el sur del departamento.
Por un lado, está un contrato que se firmó desde el 4 de febrero de este año por un valor de $13.300 millones, y que pretende construir gaviones en bolsacretos e instalar 17 espolones para la protección y contención del río Guayuriba.
Sin embargo, la ejecución de lo que sería una solución definitiva, ha estado paralizada por las intensas lluvias que desde inicio de año han impedido encausar el río. Aunque la obra debería estar en agosto, los niveles del río impidieron ingresar maquinaria; ahora, se busca que, en diciembre, durante la temporada de verano, se pueda iniciar esta anhelada construcción.
Hernando Martínez Aguilera, director departamental de Gestión del Riesgo, dijo que se ha presionado al interventor y al constructor para que las obras inicien de manera inmediata, pero hay razones técnicas que argumentan que cualquier trabajo que se inicie en invierno se echaría a perder.
“La interventoría del contrato no ha permitido que se inicie la obra por los niveles del río. Estamos gestionando porque verano pleno solo sería en diciembre y se necesitan respuestas pronto; la solución a esta problemática en ese punto es esa, pero lo mejor es que ya contamos con los recursos”, dijo el funcionario.
Lluvia y sedimentación
Adicional, otro de los obstáculos que tendrá que superar el río Guayuriba es la sedimentación que han dejado los monumentales derrumbes en el kilómetro 58 de la vía al Llano, que después de caer al río Negrito, llegan al afluente y son arrastrados hasta el puente, en la vía.
“Todo ese transporte de material repercute en la morfología del cauce y toda su dinámica, generando desequilibrio en la corriente que posteriormente provoca estos eventos y afectaciones en la parte baja”, señaló Bonny Pacheco, asesor de la subdirección de Gestión Ambiental de Cormacarena.
Solo en un derrumbe, este punto crítico de la vía al Llano puede desprender más de 100.000 metros cúbicos de material como lodo y piedra. Operarios de la concesionaria calculan que, en los últimos dos años, se han desprendido sobre el río Negrito cerca de dos millones de toneladas de este material.
Como un tercer elemento que ha jugado en contra de la crisis que vive este importante corredor vial, ha sido la temporada de invierno, que, además de haber impedido obras de mitigación, hoy hace imposible que, por lo menos hasta diciembre, se piense en trabajos continuos de construcción de espolones sobre el cauce del río.
El mismo presidente, Gustavo Petro, advirtió sobre la presencia de más lluvias en lo que resta de año. Según un informe del Ideam, esta nueva oleada estaría, incluso, mucho más fuerte que las de años anteriores.
“La posibilidad para los tres meses que vienen, si es que no es más, es básicamente que tendremos unas situaciones peores en un 40% en muchas regiones del país que el invierno del año 2010, que fue el más duro en los últimos tiempos”, dijo el Jefe de Estado en Villavicencio en su visita de esta semana.
Bajo este panorama, la posibilidad de que se logren obras de mitigación inmediatas, que permitan atender la problemática del río y permitir el tránsito vehicular, seguirá dependiendo de la favorabilidad del clima.
Lo anterior, daría cuenta de que, la esperada solución definitiva en esta vía, seguirá tomando su tiempo mientras no haya verano, y, además, será fundamental que las partes involucradas, logren coordinar y ejecutar un trabajo basado en el diálogo y la coordinación de esfuerzos.
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