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domingo, 17 de agosto de 2025
Pico y placa : No aplica

Los riesgos de la inacción | Editorial

Los riesgos de la inacción | Editorial 1
RP
Redacción PDM

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Esta semana, con la divulgación de las estadísticas agroindustriales de la región, recogidas por Prorinoquia, quedó ratificado el papel crucial del Llano en la producción alimentaria de Colombia.

Sin embargo, a la luz de los debates de estos 10 días durante la COP16, también es claro que como región enfrentamos una encrucijada crítica. Mientras en Cali se ha puesto de relieve la necesidad imperiosa de implementar acuerdos concretos y de fondo para proteger regiones vitales como esta, aquí nos siguen ganando males mayores como la deforestación y la contaminación, entre otros.

La degradación del suelo y la falta de sostenibilidad en las prácticas agropecuarias amenazan con desestabilizar no solo la economía local, sino también la seguridad alimentaria del país, en especial de Bogotá, a donde llega más del 85% de la producción agrícola de los Llanos Orientales.

La Orinoquia es una de las principales regiones productoras de alimentos en Colombia, abasteciendo un porcentaje significativo de la comida. Su capacidad para mantener esta producción depende en gran medida de la salud de sus suelos y de la disponibilidad de agua. Sin embargo, la degradación del suelo, exacerbada por prácticas agrícolas insostenibles y el cambio climático, está poniendo en peligro esta capacidad.

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Si no se implementan los acuerdos discutidos en la COP16, la Orinoquia podría enfrentar una crisis ambiental y económica. La degradación del suelo no solo reduce la productividad agrícola, sino que también afecta la biodiversidad y los ecosistemas locales. Esto, a su vez, tiene un impacto directo en las comunidades que dependen de la agricultura para su sustento y en los mercados que dependen de la producción de la región.

Para asegurar un futuro sostenible, estamos en el punto para adoptar una planificación agropecuaria que tenga en cuenta la conservación del agua y la salud del suelo. Esto incluye la implementación de prácticas agrícolas sostenibles, la reforestación y la protección de las fuentes de agua. Además, es esencial que los acuerdos alcanzados en la COP16 se traduzcan en acciones concretas y efectivas.

Los Llanos Orientales tienen el potencial de seguir siendo una región clave para la producción agrícola en Colombia, pero esto solo será posible si se toman medidas urgentes para proteger sus recursos naturales. La Conferencia de las partes debe haber dejado un marco para estos esfuerzos, y ahora es el momento de actuar. La sostenibilidad y la planificación agropecuaria son esenciales para asegurar que los llaneros podamos seguir abasteciendo de comida a Bogotá y otras ciudades.


RP
Redacción PDM

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