Marisel, una promesa con olor a café

- Publicado en Mar 09, 2025
- Sección La Otra Cara, Lo Mas Reciente
Después de años de experimentación, por fin pudo lograr el punto exacto de deshidratación y composición del producto con la que quede hace una pasta homogénea para la elaboración de figuras y artesanías.
Por Jhon Moreno
Para esta historia debemos tener en claro qué es la borra de café. Cuando usted hace tinto, es el residuo que se obtiene al prepararlo y colarlo, es decir, lo queda en el colador o en filtro y que por lo general lo botamos a la caneca de basura.
Pues hace 14 años Marisel García González, una acacireña emprendedora, decidió ensayar con algo que le permitiera hacer sus artesanías con un material más económico, lo que la llevó a dedicarse por años a experimentar con la borra del café.
No fue nada fácil. Después de cinco años en los que realizó muchos intentos para explorar su composición, deshidratarla y lograr por fin una pasa homogénea que sirviera para moldear, inició un largo trámite que le permitiera patentar su invento.
“La verdad el proceso de la patente fue bastante arduo porque tuvimos que buscar abogados especializados, pagar gastos y argumentar bien la defensa que nos permitiera defender nuestros derechos. Obviamente, al Estado también tuvimos que pagarle, enfrentarnos con los trámites que me hicieron pensar que ya no iba a salir nada; estaba muy cansada”, relata con lástima Marisel.
En ese largo trámite llegó la pandemia que afectó no solo la entrega de la patente, la salud y la mente, sino que además tuvo que soportar la muerte de su esposo. Fue un quinquenio de papeles, argumentos, defensas, ataques y muchos requisitos antes de que ella pudiera decir que había inventado algo y el Gobierno por fin le certificara que había creado la pasta moldeable de café.
“Yo le hice una promesa a mi esposo antes de morir y era que iba a sacar adelante la patente. Me dijo antes de irse: ‘Mari, no vaya a desistir de este proyecto’. Le prometí que iba a seguir adelante con la ayuda de Dios y ese es el cumplido que le tengo hoy a mi marido”, asegura.
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Aunque la borra de café tiene muchos usos, entre ellos, abono, exfoliante, repelente de insectos, tinte, y para eliminar olores, esta mujer decidió rendir un homenaje a sus ancestros artistas y a la cultura llanera, para crear una pasta moldeable semejante a la plastilina que con facilidad permite que cualquier persona cree figuras de cualquier tamaño.
Marisel es clara en decir que la clave es que a pesar de los obstáculos no hay que rendirse ni desistir de los sueños porque los emprendedores no se pueden dejar ese lujo. “Hubo muchas lágrimas; ni hijo mayor me decía que desistiera de eso, yo le decía que la promesa era para Gilberto”, afirma.
Además, la acacireña, que también es técnica en saneamiento ambiental, asegura que moldear en este tipo de pasta estimula incluso la salud porque mentalmente relaja e incentiva la creatividad y las habilidades motoras de quienes manipulan el producto.
La vena artística se la debe a su familia, en donde hay cantantes, artesanos y gestores que trabajan con la cultura llanera.
La presentación oficial de su invento fue en el stand del departamento del Meta, en la reciente Vitrina Turística de Anato 2025, en Bogotá, donde tuvo la oportunidad de hacer negocios y contactos que seguramente impulsaran su pasta moldeable a otros niveles.
El producto no solo refleja la creatividad de las llaneras por ser innovador y amigable con el medio ambiente, sino que además ayuda a madres cabeza de hogar que hacen artesanías, pues provee un material distinto y más manejable.
“La borra, la materia prima para fabricarla, me lo regalan en las cafeterías de Acacías, donde también tengo mi taller y dos puntos de venta de la pasta moldeable. Esto ya no es una afición sino mi manera de ganarme la vida”, afirma la mujer, quien agrega que puede atender grandes pedidos pues tiene almacenadas grandes cantidades de borra.
El mensaje que les da a las mujeres es que no se desanimen a pesar de las adversidades porque “a pesar de que llevo 30 años lidiando con inventos, considero que aún tengo mucho para aprender”.
