Polémicas vs. propuestas | Editorial

Cada cuatro años es igual y lo único que varían son los aspirantes: escándalo por supuesta inhabilidad; polémica por plagio; debate por investigación en la Contraloría o la Procuraduría. Multitudinaria manifestación en el municipio…

Villavicencio y el Meta ya empezaron a vivir esos escenarios comunes propios de las campañas políticas en las regiones, que se viven de una manera más intensa sin duda que las elecciones nacionales.

Y es que estas campañas locales son una oportunidad para que los ciudadanos traten directamente con los candidatos en los niveles más cercanos a sus necesidades y problemas. Sin embargo, como decíamos, la campaña política se centra más en los escándalos, las alianzas y las polémicas que en las propuestas de los candidatos. Esto puede generar desinformación, desinterés y desconfianza en el electorado, lo que afecta la calidad de la democracia.

Las redes sociales se han convertido en el tinglado ideal y las audiencias devoran cada uno de esos bocados de, en repetidos casos, una falsa información que confunde a la ciudadanía.

Por eso, es importante que los ciudadanos se informen sobre las propuestas de los candidatos en temas como generación de empleo, garantía para servicios públicos, protección de ambiente, movilidad, salud, desarrollo económico y social, entre otros temas que impactan la cotidianidad de cualquier persona.

Estas propuestas deben ser claras, coherentes, factibles y pertinentes para las necesidades de cada territorio. Así, los ciudadanos podrán evaluar el desempeño de los candidatos y escoger de una manera más idónea a quienes los gobernarán en los próximos cuatro años.

Las propuestas de los candidatos también son una forma de rendir cuentas a la ciudadanía. Los candidatos deben explicar cómo van a financiar y ejecutar sus propuestas, qué metas e indicadores van a usar para medir su cumplimiento y qué mecanismos de participación y control social van a implementar. De esta manera, los ciudadanos podrán hacer un seguimiento a la gestión de los elegidos y exigirles resultados.

Las elecciones locales son una oportunidad para fortalecer la democracia participativa y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Por eso, es importante que los electores se informen sobre las propuestas de los candidatos y no se dejen influenciar por los escándalos, las alianzas y las polémicas que muchas veces desvían la atención de lo realmente importante. Así, podremos elegir a los mejores líderes para nuestros territorios.

Atentos sí debemos estar a los círculos de poder que forman los aspirantes, Saber quiénes los rodean determinan la libertad para gobernar y qué tanto cumplirán sus compromisos.

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