Segundo aire para Rafaela | Editorial

Ahora que se ha confirmado la legitimidad de su elección y se han disipado las dudas sobre su supuesta doble militancia política durante la campaña del 2023, Rafaela Cortés tiene ante sí una nueva oportunidad.

Gobernar sin la incertidumbre de que en cualquier momento pueda abandonar su cargo, como pasó durante su primer año de mandato, es una ocasión única para replantear rumbos y confirmar lo que se crea está haciendo bien.

La gobernadora del Meta debe aprovechar este momento para ajustar su equipo y encaminar el cumplimiento del Plan de Desarrollo.

Así como ayer muchos ciudadanos aplaudieron la confirmación de su cargo, lo que demuestra la confianza depositada en su liderazgo, no se pueden ignorar las voces de aquellos que, aunque respaldan su gestión, necesitan ver más acción y ejecución de programas y obras en el territorio. La expectativa ciudadana por una mujer de carácter al frente de la Gobernación, se mantiene y es a través de resultados tangibles que no se defrauda esa esperanza.

Este segundo aire es importante no solo para fortalecer políticamente a Cortés, sino también para consolidar las alianzas y gestiones gubernamentales necesarias para impulsar el desarrollo de la región. La ejecución eficiente de los proyectos no solo beneficiará a la población, sino que también servirá como un sólido aval de su capacidad de gestión y compromiso con el bienestar de los metenses.

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En medio de un ambiente nacional enrarecido tras el consejo de ministros del presidente Gustavo Petro y lo que ello significará; las decisiones del Gobierno Nacional para frenar la exploración petrolera y ahora la parálisis de la inversión internacional a través de USAID, requieren de habilidades especiales que la mandataria tiene, para poderse mover en los ministerios y entidades nacionales en Bogotá.

Sabemos las limitaciones económicas, pero atraer recursos para financiar sus planes, es clave en estos momentos de crisis.

Es hora de que la gobernadora dé pasos firmes y demuestre que su liderazgo no solo es legítimo, como lo reconfirmó el Consejo de Estado, sino también efectivo y transformador. El Meta tiene el potencial de convertirse en un ejemplo de desarrollo y progreso, y Rafaela Cortés tiene en sus manos la posibilidad de hacer de esta visión una realidad tangible.

En el inicio de su segundo año de gobierno, requiere una comunicación permanente con las comunidades, escucharlas y tomar las decesiones que sean necesarias, así puedan ser impopulares, como sucedió recientemente con los bloqueos en las casetas de cobro.     

La historia la recordará por cómo aprovechó esta oportunidad única; ojalá que sea recordada como la líder que transformó su segundo aire en un soplo de progreso y bienestar para toda la región.