“Todo está quieto” | Editorial

- Publicado en Jul 28, 2024
- Sección Columnistas

La contratación pública no es solo un trámite administrativo, en regiones como el departamento del Meta, se convierte es una herramienta poderosa para impulsar la economía de nuestros municipios.
Como motor económico, no solo beneficia a los contratistas de manera directa, sino también a todas las comunidades con obras y empleos formales. En estos siete meses del año es evidente que la reactivación económica depende en gran medida de la contratación estatal.
Por eso, luego de finalizados los procesos de armonización de los presupuestos departamental y municipal, que impidieron en el primer semestre del 2024 poner acelerador a los proyectos de la Gobernadora, Rafaela Cortés, y del alcalde de Villavicencio, Alexander Baquero, agilizar los trámites y la firma de contratos se convierte en una prioridad.
Hace una semana, en Periódico del Meta explicamos las razones por las cuales esta compleja alineación de recursos ha demorado tanto en finalizarse. El ejercicio consiste en tomar proyecto por proyecto del plan, evaluar las metas establecidas en el Plan de Desarrollo anterior y homologarlo frente a la nueva estructura del Plan de Desarrollo, en este caso del periodo 2024-2027.
Es un trabajo dispendioso, pero que no debe tardar más porque ya lo dicen en las calles y en otros lugares públicos: “todo está quieto”. Nada peor para una economía que ese voz a voz recesivo que aleja las inversiones grandes y pequeñas.
Es que los contratos públicos no solo impulsan proyectos y obras, sino también la creación de empleo. Cada contrato adjudicado significa oportunidades laborales para las comunidades locales, que son las más vulnerables y sienten más el peso de una recesión. Los pagos a contratistas y proveedores inyectan liquidez en una economía reseca. Desde la adquisición de materiales hasta la contratación de mano de obra, cada etapa del proceso contribuye al flujo de recursos.
Pero cuidado, la celeridad que piden las comunidades no debe menoscabar la transparencia con la que se deben adelantar los procesos de contratación en las entidades públicas, que en todo caso se deben cumplir. Es cierto que hay afán en la celeridad de los trámites, pero se debe garantizar también la confianza de los ciudadanos y las empresas.
Será importante, pues, que estos trámites de contratación se agilicen, pero también lo será, por todos los medios posibles, exigir seguridad. Lo que pasó esta semana, cuando el comercio fue paralizado por amenazas en varios municipios, es un golpe a la economía del cual tardamos en recuperarnos.
