Así fue que Franklin Germán Chaparro entró a La Picota al hermano de Gustavo Petro

Cada vez son más oscuros los contactos que tuvo José Fernando Petro, hermano del candidato a la presidencia, Gustavo Petro, para ingresar y dialogar con criminales condenados en la cárcel La Picota de Bogotá.

Los registros del INPEC indican que la autorización de la entrada de Petro la dio nadie más ni nadie menos que Franklin Germán Chaparro Carrillo, exalcalde de Villavicencio.

Puede interesarle: Freddy Rincón, ‘el coloso’ que jugó en La Esperanza de Villavicencio

‘El Mono’, como lo conocían en la política villavicense, firmó la autorización para que Juan Fernando entrara desde las 9:26 am a la cárcel el pasado 8 de abril, pero de acuerdo a algunas fuentes, el encuentro duró apenas unos 20 minutos, pues las reuniones largas se dieron con Iván Moreno, condenado por el desfalco a Bogotá; Javier Zapata, exgobernador de Guainía y el también tristemente célebre, Whitman Porras, exgobernador de Casanare, entre otros políticos de la Orinoquia.

El enlace entre Chaparro y Petro sería Danilo Rueda, integrante de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz que estuvo vinculado con el escándalo de búsqueda de testigos contra Álvaro Uribe y visitó al ‘Tuso’ Sierra y a Salvatore Mancuso en Estados Unidos. Como se recuerda, el exalcalde fue elegido por el Partido Colombia Democrática, fundado por el exsenador Mario Uribe, primo del expresidente Uribe Vélez.

Chaparro fue hallado responsable de ser determinador del asesinato del también exalcalde Omar López Robayo (2001-2003), el 22 de febrero de 2004 durante un juego de fútbol en la cancha de Semillano, en el barrio La Alborada de Villavicencio.

En la emisora La W, Gustavo Petro explicó que su hermano “estaba hablando con Iván Moreno (…) él no es narco, no es parapolítico, fue corrupto. Él está en un proceso muy interesante desde el punto de vista personal. Lo que Moreno nos ha sugerido es ser constructor de algo que he propuesto que se llama el perdón social y eso se está discutiendo dentro de las cárceles”.

Y aunque el candidato presidencial del Pacto Histórico se ha preocupado por aclarar que su hermano no se reunió en La Picota ni con paramilitares, ni con narcotraficantes y solo con corruptos, el contacto con Chaparro deja ese argumento por el piso.

Chaparro no solo fue condenado por el asesinato de su antecesor, sino que en ese plan se alió con los más peligrosos paramilitares de la época en el Meta.

De acuerdo a las pruebas que evaluó la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, que en el 2014 confirmó la sentencia contra el exmandatario a 39 años de prisión, para llevar a cabo el crimen, se unió con Miguel Arroyave del Bloque Centauros de las autodefensas.

Arroyave, además de ser paramilitar, era reconocido como narcotraficante nato y dueño de varias rutas de tráfico.

Chaparro fue condenado por los delitos de concierto para delinquir y homicidio agravado por la muerte de López Robayo y otras tres personas que murieron en la acción criminal y al parecer sería uno de los políticos que buscaría el ‘perdón social’, una de las propuestas presidenciales de Gustavo Petro.

Sin embargo, paradójicamente, ‘El Mono’ no salió del cargo de alcalde por el crimen, sino por corrupto. Aunque desde el 2005 no estaba en el cargo, el 9 de febrero de 2006 la Procuraduría lo destituyó por no vigilar el proceso de  contratación que realizó la Secretaría de Salud municipal con las Administradoras del Régimen Subsidiado.

Chaparro desató una crisis institucional sin precedente en la administración de Villavicencio, ya que provocó que en los siguientes tres años se registraran hasta 15 diferentes cambios de alcalde. Por aquella época hubo mandatarios que duraron 3 días en el cargo, debido a la inestabilidad jurídica que creo el vacío en la Alcaldía.

Fuentes extraoficiales dijeron que ‘El Mono’ estaría pidiendo desde hace dos años la revisión nuevamente de su condena a la Corte Suprema de Justicia y una reforma  judicial o un “perdón social” aliviaría su condena.