miércoles, 24 de abril de 2024
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Crucifixión: la condena política sobre Jesús de Nazareth


Crucifixión: la condena política sobre Jesús de Nazareth 1
Juicio a Jesús de Nazareth, por Poncio Pilato.
RP
Redacción PDM

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Muchos historiadores describen a Poncio Pilato como un hombre duro e inflexible pero que podía entender razones; claro, todo eso quedaba supeditado a que nada amenazara el poder del Imperio Romano.

Antes de Jesús, al parecer, ya había tenido que lidiar con otras personas acusadas de rebelarse contra el gobierno de Roma, por lo que tampoco tuvo reparos en tomar decisiones contra ese predicador que llamaban el Cristo.

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Cuando Cristo decide echar del templo a los comerciantes que irrespetaban la Casa de Dios, se echó de enemigos también a los sacerdotes, que tenían carácter de juez. Eso, sumado a los rumores de ser un incendiario contra el Imperio, fue la “tormenta perfecta” para que el poder en Judea.

Los historiadores opinan que Jesús era una espada de doble filo porque además de criticar ciertas conductas a los sacerdotes,  sino porque varios políticos de Roma preveían que Él desencadenara una revuelta que terminara en un baño de sangre.

Además desde hacía más de 500 años atrás corría el rumor de que llegaría un mesías a liberar el pueblo y redimirlo del imperio Romano, tal vez no entendiendo muchas las palabras de los textos antiguos que aludían a otra clase de liberación y a otra clase de redención.

A pesar de enfatizar que “su Reino no era de este mundo” y que “hay que dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, fue capturado por agitador, revolucionario bajo un concepto político, aupado por los líderes religiosos.

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Para el abogado José Raúl Calderón, Jesús no fue condenado por Pilato, sino ajusticiado por este, ya que la condena por blasfemo había tenido lugar en dos juicios irregulares, liderados por el sumo sacerdote, Anás; y otro de Caifás. En este último juicio se le encontró culpable de blasfemia y se decidió condenarlo a muerte.

Había tres maneras de castigar a quienes se atrevieran a sembrar  dudas contra el Imperio lo cual era considerado como un crimen grave: “el individuo podía ser atado a un poste y quemado; lo podían lanzar a la arena (del circo) para que luchara contra animales salvajes hasta la muerte; o el individuo podía ser crucificado, como sucedió con Jesús”, explicó a BBC Mundo el historiador André Leonardo Chevitarese.

Las tres crueles maneras de morir tenían un propósito y era que no quedara del cuerpo del criminal ninguna clase de recuerdo, nada qué sepultar, ninguna memoria. O quedaba convertido en cenizas, o las fieras lo devoraban o las aves rapaces lo destrozaban colgado en una cruz.

¿Por qué Jesús fue condenado a las crucifixión que era de las tres la muerte más horrible, dolorosa y lenta?  Los historiadores coinciden en que Jesús fue un preso político que ni siquiera un juicio justo tuvo. Al menos ningún documento conocido lo demuestra.

Poncio Pilatos, que era el gobernador de la provincia romana de Judea, habría presentado a Jesús a una asamblea popular, y su condena habría sido así, por aclamación.

Entonces, según el relato, Pilatos se habría lavado las manos indicando así que no tenía responsabilidad alguna por la ejecución.

Se podría decir que las palabras de Pilatos como juez proclamaba que era inocente, pero como político sucumbió ante el temor a revueltas.


RP
Redacción PDM

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