Conozca la ‘moda que no incomoda’ al medio ambiente

¿Ha comprado usted ropa en almacenes populares y le ha durado poco tiempo pese a que es económica?; aunque no lo crea, usted podría estar acelerando la crisis climática en el mundo.

Como una manera de contribuir al cuidado del medio ambiente, y al mismo tiempo generar una economía circular, varios negocios verdes en Villavicencio le apuestan a la moda sostenible.

La intención de estos microempresarios es fomentar una práctica que impulsa procesos de producción más conscientes para reducir el impacto de los desperdicios de tela sobre el medio ambiente.

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Tan sólo en el 2020, las expectativas de ventas en la industria de la moda se acercaban a los 664 mil 470 millones de dólares en el mundo, según la organización Greenpeace.

A cifras del 2021, según el Registro Único Empresarial y Social (Rues), el panorama textil colombiano contaba con un amplio espectro, teniendo la presencia activa de 35.111 empresas dedicadas a las confecciones, 215 de hilados y 7.294 de textiles.

Este amplio número de empresas aportan al fortalecimiento del sector manufacturero nacional, que se ve reflejado en una contribución directa a la reactivación económica del país.

Es así como en Villavicencio, diferentes emprendimientos han llevado la batuta de esta industria, pero con nuevos modelos para evitar la compra compulsiva y normalizada bajo la lógica de ‘producir – consumir – desechar’.

“Mi plan de rediseñar ropa fue la manera de aportarle al planeta: transformar las prendas que se tienen con el propósito de no usar más materiales y evitar el consumo desproporcionado. La moda circular logra darle la vuelta al vestuario y concientizar sobre la importancia de no comprar y botar”, dijo Yeimy Acosta, propietaria desde el 2019 de Readyestilo y estudiante de diseño de moda.

El acto de vestir, como una necesidad del ser humano, convierte esta industria en una de las más importantes, pero es también en una de las más contaminantes del mundo.

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Hoy en día la clave para revertir el impacto ambiental implica elegir prendas creadas bajo el modelo de moda circular, y en este sentido, un ‘fondo de armario’ hace parte de las conocidas ‘compras inteligentes’, que ha fomentado cultura medioambiental a la hora de vestir.

Helena Ramos, de Fashionartly, explica que: “enseño cómo hacer un fondo de armario (una lista de compras), para no adquirir cosas innecesarias. Ahorita está en auge el tema de la ropa de segunda mano que muchos no comparten, pero es importante saber que la sostenibilidad también se trata de saber qué material y bajo qué proceso de fabricación consumimos”.

También se trata de no usar fibras de pieles de animales y mejor reemplazarlos por materiales sintéticos y amigables, con el fin de dar otra oportunidad de vida útil para luego reestructurar la prenda a un diseño diferente.

“Se hace una evaluación de la prenda y el material, si es el cuero se evalúa el daño y se le ponen apliques o bordados artesanales. También manejamos pinturas con flores y plantas”, explicó la diseñadora Laura Echeverry, sobre uno de los procesos de transformación de ropa que realiza.

Además, sostiene que: “hacemos vestidos con botellas plásticas y bolsos con papel de revista. El plástico se puede moldear y con telas de algodón o sintéticas, se va haciendo el boceto; hago los patrones, tipo de lentejuelas, y se arma el producto”.

La tendencia, también conocida como ‘slow fashion’, necesita técnicas que permitan observar cómo funciona cada proceso para poder identificar y visualizar las fallas que luego pueden ser corregidas y optimizadas.

Con su marca cien por ciento llanera, Alejandra Duque, quien emprendió desde los 16 años, fabrica bolsos en palma de moriche, tejidos por artesanos de la región quienes dependen de la misma siembra.

“Trabajamos con indígenas del Meta, Vichada y el Amazonas. Primero hacemos trabajo de reforestación porque trabajamos con un producto natural. A la palma y al proceso de tintura, cuando se recoge, hay que hacerle proceso de secado que a veces se retrasa porque dependemos de la favorabilidad del clima”, indicó.

Del mismo modo, Yormari Urrea, diseñadora empírica de la marca Naturechic, precisa que: “el 90% de nuestro textil es ecológico, 10 botellas de plástico es igual a un metro de textil. Se hace el sistema de sublimación de cero aguas donde se plasma los diseños de la marca”.

Adelantan estrategias de moda sostenible

Para Sara Cabrera, secretaria de Medio Ambiente de Villavicencio, hay componentes tóxicos y químicos que se utilizan en los textiles. Esto, según ella, convierte a la industria textil en  una de las más contaminantes al sostener que: “contamina lo vertimientos y fuentes hídricas de manera exagerada”.

Esta industria, dice, ser una alternativa saludable convencional por la que, desde la Secretaría de Medio Ambiente, buscan se convierta en tendencia.

“Desde hace dos años empezamos con una propuesta que se llama el ambiente se viste de moda con la participación de diseñadores que logran dar un segundo uso a la ropa”.

“Reconocemos a la red de consumo consciente que adelanta el perchero circular, una opción que viene haciendo de moda sostenible y además de trueque de ropa, donde se pude llevar prendas que ya las personas no quieran y cambiarlas por otras”, precisó la funcionaria.

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