Cruel e inconsistente, así fue el relato del crimen de Alejandra

Por Lina Herrera

Un juez de control de garantías impuso medida de aseguramiento carcelario a Héctor Guayabo Bernal, confeso feminicida de Alejandra del Pilar Moreno.

En medio de su interrogatorio ante la Fiscalía General de la Nación, se destacan ciertos detalles que hacen creer que Guayabo Bernal busca disminuir su sentencia o por lo menos evadir una pena por el delito por feminicidio. Uno de esos es la mención de la relación sexual previa al crimen que habría tenido con Alejandra y el relato de que se habrían sentado a comer luego para escuchar los reclamos “y las humillaciones” de la mujer. Esa narración busca dejar el precedente de un vínculo sentimental consensuado (al tener un acto sexual) y que el victimario no tenía una relación de poder o jerarquización sobre la víctima, elementos estos con los que el Código Penal tipifica un feminicidio.

Por su parte, el juez explicó que Guayabo quiso hacerle ver a la justicia que Alejandra del Pilar era una persona que lo humillaba: “Pero como en otro hechos que también se mencionan, quiere hacer ver a la administración de justicia que la hoy occisa era una persona de mal genio, que lo trataba mal, lo humillaba, le tiraba comida en la cara y lo tenía solo para sus apetencias sexuales. Inclusive detalla la manera en como tenían sexo. Y que según él todo se debió a la falta de dinero de este ciudadano para sostener la relación, cancelar los servicios públicos como el gas y la luz, y por ello se presentó la situación“.

El homicida, manifestó haber estrangulado a la mujer sobre una cama y posteriormente haberla dejado en una habitación, creyendo que estaba dormida. Al día siguiente, notó que estaba sin signos vitales, horas después este salió a hacer unas diligencias, y al regresar decidió deshacerse del cuerpo, dejándolo en lonas cubiertas con bolsas y atando sus extremidades. Posteriormente, contactó un motocarguero para que recogiera dichas bolsas al día siguiente (viernes 6 de julio).

Sin embargo, de acuerdo con los testimonios recogidos por el ente de control, la persona que labora como motocarguero indicó que Guayabo lo contactó el día 4 de julio para que al día siguiente recogiera unas bolsa plásticas y las movilizara hasta un punto de la vereda San José. Lo que supone una inconsistencia en la cronología explicada por Guayabo.

“No le permitió que fueran tomadas por la parte frontal, sino por la parte de abajo. Esta situación le pareció sospechosa porque pensaba que se trataba de un cuerpo sin vida que se encontraba en dicha bolsa, sin embargo, no le dijo nada para no llamar la atención ni despertar sospechas en la persona que lo había contratado (…) en una zona boscosa descargaron la bolsa plástica (…) el señor Héctor lo acompañó en una motocicleta y abandonó el lugar“, narró el juez.

Asimismo, la Fiscalía también allegó la necropsia de la víctima como elemento material probatorio. En el protocolo se presentan hallazgos como que el cuerpo se encontraba en avanzada fase de descomposición, los miembros superiores e inferiores estaban con amarraduras, una excoriación en área de pubis, y protrusión de estructuras por efectos de descomposición.

Entre la necropsia también hay resultados claves que demuestran errores en la versión entregada por Guayabo, ya que indicaría que la víctima fue atada de pies y brazos antes de fallecer.

Concluye el perito: según los hallazgos obtenidos en el procedimiento de necropsia, en donde se observan lesiones causadas en un periodo perimortem, como lo son los signos de hematomas por trauma contundente región dorsal y  pelvis, hematomas celulares subcutáneos en segmentos corporales con presión en miembros superiores e inferiores con signos de amarre y con la información disponible, podríamos concluir que la hoy occisa fallece debido a una anoxia encefálica secundario a asfixia mecánica, secundario a estrangulación antebraquial. Causa básica de muerte: estrangulación antebraquial. Manera de muerte: violenta homicida.

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“Es decir, que este protocolo de necropsia no deja duda, porque es una prueba técnica – científica que aporta y realiza el Instituto Nacional de Medicina Legal, demuestra que la hoy occisa fue amarrada de pies y brazos antes de fallecer, no como lo dice en la entrevista el indiciado, que, después de ver que estaba muerta, le amarró los pies y brazos, sino que medicina legal descarta totalmente esta tesis“, manifestó el juez.

Entre los testimonios que aportaron a la audiencia está el de Ronald Guillermo Peña, expareja y padre de la hija de Alejandra del Pilar. Según su testimonio, Guayabo estuvo encargado del cuidado de la menor mientras la víctima trabajaba en Chipaque (Cundinamarca). 

“La hoy occisa le compra un celular para que ella dialogara con la niña, pero ella le comentó a su papá que Jhonny la regañaba mucho, le gritaba, lo mismo era con la mamá. Le comentó que su mamá le había dicho a él que se marchara de la casa. Ellas se marcharon para Barranquilla de paseo desde el 25 de junio y regresaron el 1 de julio. El día 4 de julio, a eso de las 19:00 horas, él padre recogió a la niña. Alejandra salió a entregarla, él pudo observar que ella estaba seria“, leyó el juez basado en el testimonio de Peña.

Adicionalmente, el padre de la menor aseguró que el 5 de julio en la mañana, recibió mensajes vía WhatsApp desde el celular de Alejandra del Pilar, en donde supuestamente ella debía estar en Cundinamarca por motivos laborales, y por ende, le recomendaba a la infante durante la temporada de vacaciones.

“A las 19:24 me dice que ya está en Bogotá para un mejor trabajo y podría darle muchas cositas. Noto que estas conversaciones no eran normales, en razón de que ella nunca me escribía tanto en un solo mensaje, era de pocas palabras. Noté algo raro en estos mensajes. Para el día 6 de julio, a eso de las 11:19, pregunta si desayunó, si se cepilló, que la mamá la ama. A las 15:03 le escribe ‘¿hija ya almorzó? cepíllate los dientes’ e informa que está sacando papeles y llenándolos para el nuevo contrato. A las 20:38 horas otro mensaje: ‘hija, ¿ya cenaste? lávate los dientes, yo ando en Bogotá, en la casa de mi amigo que me ayudó en el trabajo‘”, continuó el testimonio.

Horas después, los mensajes iban dirigidos directamente hacia Peña, le pedía que estuviese pendiente de las tareas escolares de la niña, y le indicaba que Guayabo se encontraba en la casa y podía entregarle sus cuadernos. Este le respondió que podía recibir los cuadernos en su hogar, y no recibió más respuestas.

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Carlos Moreno, padre de Alejandra del Pilar, también recibió mensajes desde el celular de la víctima: “…el jueves me habló, me puso un mensaje diciéndome que necesitaba $300 000 pesos, que se los enviara por Nequi para el arreglo de algo relacionado con el gas. Me envió un número a donde tenía que hacer la transferencia (…) cuando le envío el giro, ahí en el desprendible sale el nombre de este señor, quien dicen es el agresor“.

El juez añade al  testimonio de Moreno que la transferencia se realizó el 5 de julio, y que el hombre sospechaba que Guayabo manipulaba el celular de la víctima.

“Los términos eran como ‘papi’ mi hija me llamaba así pero en esas conversaciones era muy repetitiva la palabra. El sábado utilizó ‘papi mío’, esas palabras mi hija Alejandra nunca las utiliza, nunca me decía así. Otra palabra extraña antes del giro era que estaba muy estresada, ella la verdad, nunca me decía eso. Siempre me decía que necesitara plata, que le enviara o le prestara, pero nunca se ponía con esos rodeos“.

Otra declaración que evidencia los comportamientos posesivos y celosos de Guayabo, la dio Jairo Barrios, suegro del hermano de Alejandra, quien compartió con ella en su viaje a Barranquilla. Según el testimonio, el homicida llamaba constantemente a la víctima, y esta le daba explicaciones de que se encontraba con su familia y no hacía nada malo.

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“Llamaba constantemente, Alejandra daba muchas explicaciones de su estadía. Noté que no estaba con diálogos sostenidos con Héctor. Sentí que Alejandra estaba acosada, no estaba conforme. En varías ocasiones percibí que estaban en un conflicto de pareja, a pesar de que Alejandra trataba de ocultarse para que nosotros no supiéramos lo que estaba sucediendo (…) El señor Héctor llama constantemente para que adelantara su viaje a Villavicencio, Alejandra se nota preocupada e intenta adelantarlo“, testificó Barrios.

Sumado a lo anterior, el hombre narra que el miércoles 3 de julio le escribió a Alejandra para preguntarle si un objeto que encontraron en su hogar (Barranquilla) le pertenecía, esta no contestó. Sin embargo, el 4 de julio a las 09:52 de la noche, recibió un mensaje, aparentemente de la occisa. 

“Desde el celular de Alejandra me llega un mensaje donde indica ‘no quiero problemas con su mujer por usted andar de coqueto, de mujeriego. Yo te dije que tengo novia acá en Villavo, y aún así usted me decía que no pasaba nada. Mejor no me vuelva a escribir, feliz noche’. Por este mensaje se me hizo extraño su comportamiento“.

Barrios le respondió que confunde la situación y su intención no es la que “ella” cree. Al otro día, la llamó para aclarar las situación y no respondió. 

Ante esto, el juez afirmó “…posiblemente, estas también fueron las causas del deceso de esta dama, por las cuales le causó muerte violenta por asfixia, presuntamente el indiciado, por motivos de celos (…) tal vez imaginó una situación que tenía de infidelidad o alguna relación que tenía con este señor (Barrios), y por ello, procedió a hacer la acción ilícita que tantas veces hemos reprochado”.

Finalmente, por estos hechos, la Fiscalía le imputó el delito de feminicidio agravado, el cual no fue aceptado.