Editorial | ¿Por quién no votar?

A una semana de las elecciones para Congreso, que muchos califican como las más cruciales de los últimos años debido a la polarización del país, a la insatisfacción con las instituciones y a lo que significarán con miras a las elecciones presidenciales y locales, nos quedamos sin conocer propuestas de fondo de los candidatos.

Salvo tres o cuatro aspirantes que lograron comunicar acertadamente los alcances de sus planteamientos y de lo que puede prometer un congresista, además de relacionar su nombre con un concepto (educación, agro, seguridad, etc), en su gran mayoría se quedaron en los lugares comunes de criticar al gobierno, presentar sobrediagnósticos de la situación del país o atacar a sus rivales. 

No faltaron aquellos que prometieron cosas en su publicidad como si fueran a ser presidentes de la República o jeques árabes, con propuestas que requerirían dos reformas tributarias para hacerse realidad. No quisieron arriesgarse y ver qué harían desde el Congreso con temas como el aborto, que salió en plena campaña; la reforma a la justicia o cómo se imaginan la necesaria reforma tributaria con la que lidiarán recién entren a legislar. 

Aunque hablaron sobre combatir la corrupción y el daño que le está haciendo al país y a las finanzas del Estado (lugares comunes), el cómo, la hoja de ruta para erradicarla, la estrategia para quebrarle el espinazo, nunca tuvo planteamientos claros y todo indica que en esta última semana tampoco saldrá. 

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También dejó mal sabor la no asistencia, en especial de los candidatos a representantes de la Cámara por el Meta, a la convocatoria de los gremios de la producción para el conversatorio en la Cámara de Comercio de Villavicencio. Varios candidatos al senado llaneros también dejaron de ir al segundo conversatorio gremial. 

Si no responden las inquietudes a quienes aglutinan los sectores económicos, a los que jalonan el empleo; quienes realmente se echan la región al hombro cada mañana ¿a quién entonces le responderán?  

Si quiere una asesoría de por quién votar este 13 de marzo y su sufragio no está amarrado, el mejor consejo que le podemos ofrecer es que es que dude de quienes evidentemente tienen malas prácticas. Aquellos (as) que durante su campaña no mostraron un cambio real de las costumbres políticas y por el contrario reafirmaron que van es por lo suyo, también debería descartarlos; piénselo, igualmente, no vote por aquellos que no fueron consecuentes con lo que antes decían y ahora practican. Los que desean el poder a costa de cualquier cosa, incluso contradiciéndose ellos mismos, pueden ser muy peligrosos para la región y para la democracia del país. 

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