Editorial | Reforma en caliente

En la discusión de la reforma tributaria, un proyecto de ley que nació muerto y que no tiene las mayorías para avanzar ni en primer debate, los ciudadanos nos hemos limitado a seguirle el juego a los acontecimientos y nos ha faltado sensatez para exigir un poco más de nuestros dirigentes y, por qué no, de quienes “maneja la opinión del país”.

Somos de coyunturas, somos apasionados y pensamos en caliente la mayoría de las veces. Como colombianos, nos ha faltado análisis y pensar con cabeza fría para ir más allá de las posiciones mediáticas que marcan unos y otros personajes nacionales.

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Llevamos más de una semana poniendo como tendencia en redes sociales una petición que prácticamente se logró desde que fue radicado el proyecto de reforma que es básicamente que no pase la propuesta del Gobierno. Sin embargo, no hemos exigido a nuestros representantes, a los congresistas del país, e incluso a la academia, que se atrevan a plantear las alternativas que tiene el país para salir del atolladero en el que se encuentra, y que promete ser peor con el paso de los meses.

El presidente Iván Duque se dio el lapo político de presentarla, con la intención de ver qué le salía, pero lo que consiguió fue un rechazo generalizado, apenas justo. Pero seguramente su sucesor tendrá que lidiar con unos problemas sociales muy complejos, ante la disyuntiva de no poder realizar la inversión social; por eso la importancia de buscar soluciones lo más pronto posible.

No se trata de fabricar billetes como ridículamente propuso un “opinador” de los que “pone a pensar al país”, sino de llevar a la mesa del debate propuestas reales que el país tenga para superar esta nueva crisis fiscal, sin dejar de atender a los más pobres en pandemia, asegurando la recuperación del empleo y cumplir con otras exigencias como matrículas cero, familias en acción, sostenimiento de los acuerdos paz, renta básica y un largo etcétera.

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Nos hemos quedado en las marchas calientes y provocadoras que ojalá  no extiendan más el tercer pico de contagios, nos conformamos con mandar memes chistosos de los huevos a $1.800, somos felices reenviando opiniones, pero no hemos hecho tendencias las propuestas  de la contrarreforma, tal vez porque no la haya hasta el momento.

Quién se dará el lapo político de ahora de ajustar más a los contribuyentes, así sea a los más ricos; ¿en qué gastos debemos reducir?, ¿tal vez reduciendo el tamaño del Estado? ¿cuál será el congresista que lance propuesta audaces, pero políticamente incorrectas?

Qué lancen la primera piedra, pero sin acabar con los negocios ni los edificios públicos.

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