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El desafío de mantener el ‘corrientazo’ a bajo precio


El desafío de mantener el ‘corrientazo’ a bajo precio 1
Luissa Fernanda Pérez
  • Publicado en Ene 20, 2024
  • Sección Región

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Algunos restaurantes podrían correr con el riesgo de cerrar ya que el margen de utilidad es poco.

Karina trabaja en un almacén de ropa en el centro. Sus horarios sobrepasan las ocho horas diarias de pie y su salario no es el más favorable. Dispone de una hora de almuerzo que no le permite trasladarse hasta su residencia, así que decide buscar un lugar en el que le salga económico almorzar y compra un ‘corrientazo’.

Sorpresivamente, este año Karina tuvo que pagar más por el almuerzo que acostumbra a comprar en el parque central de Villavicencio. Buscando en otro sitios, descubrió que el costo se elevaba aún más.

Los llaneros no hemos digerido el alza en los peajes de la vía al Llano y los demás corredores viales para ahora, la Asociación de la Industria Gastronómica (Acodres) anunció que el ‘corrientazo’ tuvo un incremento del 15% a partir de este mes. Tal parece que a los colombianos les saldrá más económico llevar la ‘coca’ con comida que seguir comprando almuerzos, pues el corrientazo que cuesta $12.000 quedaría costando cerca de $14.000.

Esto, debido a la inflación que el año pasado alcanzó el 9.28%, llevó a que alimentos como la papa, el pollo, la carne, el cerdo y los lácteos subieran considerablemente. En el Meta aún no se establece el incremento del almuerzo corriente ya que aquí hay factores que podrían dejar costando un almuerzo más, a pesar de ser una despensa de alimentos.

“Nosotros tenemos que hacer los ajustes por el cambio del salario mínimo legal. Basándonos en el incremento de eso, hacemos los cambios. En este momento, la tarifa que más nos ha afectado, casi un 80%, es la gasolina y la vía al Llano; para los transportes, representan sobre costos por las horas que duran haciendo el transporte y, obviamente, el alza de los peajes. Estamos hablando de más o menos un promedio del 20% al 35% de alza que es un golpe demasiado elevado para el consumidor final”, agregó Catalina Aragón, vicepresidenta de Acodres capítulo Meta.

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Agregó que los que realmente están asumiendo las pérdidas son ellos, ya que el consumidor final no va a pagar un almuerzo corriente de $18.000, ya que es lo que debería costar para no tener pérdidas, teniendo una rentabilidad de al menos un 9%.

“Por este valor es fácil conseguir un almuerzo en Bogotá, pero en Villavicencio muy difícilmente lo pagan. Pero todo ha subido, cárnicos, verduras, granos. Tú vas a las plazas de mercado y allá no hay quien regule, no sabemos quién determine el alza de eso y bajo qué razón tiene esas variaciones; uno va a la primera persona en la cadena y él no le llega lo que suben”, explica Aragón.

Floralba Rodríguez Alférez, dueña de un carrito en el que ofrece almuerzos a $7.000, dice que los vende a ese valor porque entiende que en el centro hay muchos jóvenes que “prácticamente son mis clientes, los chicos que trabajan en los almacenes. El sueldito mínimo les subió muy poco, yo entiendo que tienen que pagar transporte y los tienen trabajando todo el día. Esa es mi forma de colaborarles, vendiéndoles el almuerzo a un valor más económico. Aquí les doy sopa, seco y preparada. Uno siempre tiene que pensar en el otro, hay mucha gente que pasa hambre y de pronto no tiene los $14.000 para un almuerzo”.

A la vendedora invierte más de $300.000 diarios solo en la carne, sin contar lo que tiene que comprar para completar un corrientazo. “En un día yo preparo sopa, tres opciones de principio donde todos los días traigo pasta, frijoles y tercero lo varío, ya sea lentejas, garbanzos o arveja. De proteína traigo pescado, pollo, carne de res, carne de cerdo sudado, pollo frito, carne en goulash, chicharrón, chorizo o huevo frito, acompañado de arroz, yuca, papa o plátano. Ensalada no traigo porque me he dado cuenta de que a la gente no le gusta y por el clima se me pone agria.”

Floralba vende el almuerzo en un carrito, no paga arriendo en un establecimiento comercial, no dispone de meseras y no está autorizada para hacer uso del espacio público de esa forma; sin embargo, es su único sustento, ya que tiene 63 años, es desplazada y sufre de diabetes.

Por otro lado, la vicepresidenta de la asociación indicó que hay un alto riesgo de que para el mes de marzo o mayo los emprendimientos tengan que cerrar sus puertas ya que no darían abasto. “Los restaurantes que inician con un almuerzo de $8.000 no están realmente sacando ni la utilidad ni la base – costó de ese producto, entonces les toca sacrificar sus ingresos, y se vuelve una bola de nieve que se agrava.” Hasta el momento, algunos establecimientos han subido lo que ha subido el salario mínimo, esto teniendo un margen de motivación, más no de utilidades.

 


Luissa Fernanda Pérez

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