El futuro de la Unidad de Licores | Editorial


- Publicado en Feb 16, 2025
- Sección Columnistas, Lo Mas Reciente

La reciente decisión de la Corte Constitucional de permitir la venta de aguardiente sin limitaciones regionales, la cual dejó en libertad de elección a los consumidores para tomar el licor que les plazca en cualquier parte del país, debería ser una alarma no solo para nuestro Aguardiente Llanero, sino para la Unidad de Licores del Meta.
Aunque, consultado por Periódico del Meta, el nuevo gerente de esa entidad, Alfredo Arias, afirmó que este cambio de reglas de juego en la comercialización de licores no significa el acta de defunción de la entidad, es necesario ser claros frente a la competencia que se le viene a la empresa y si está realmente preparada para dar la batalla.
Luego de dos semanas de la decisión de la Corte Constitucional, hasta ahora no hay un pronunciamiento departamental sobre si habrá o no una estrategia de mercadeo clara para enfrentar la inminente llegada masiva, ahora sí, de marcas competidoras como Amarillo, Néctar y Antioqueño, entre otras.
Es cierto que estas marcas ya se podían comercializar en la región, pero ahora con vía libre, Caldas, Cundinamarca y Antioquia se aprestan a copar el mercado por completo y muy difícilmente Aguardiente Llanero o Ron San Martín podrán competir en igualdad de condiciones.
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La preocupación no es infundada. Los Llanos Orientales y Amazonía, un mercado valioso para la venta de aguardiente, pronto será testigo de una feroz competencia. Las marcas mencionadas tienen un reconocimiento y una presencia en el mercado nacional que no se puede subestimar. La falta de una estrategia sólida y proactiva por parte de la Unidad de Licores del Meta podría llevar a su declive, si no se actúa con decisión.
Por otro lado, la Unidad no debe convertirse en otro ejemplo de burocracia ineficaz que consume recursos sin lograr objetivos. La historia reciente de Llanopetrol es recordatorio de lo que puede ocurrir cuando una entidad pública opera sin una visión. Durante años, Llanopetrol estuvo parasitando de la administración departamental, sin un norte que justificara su existencia.
La Unidad de Licores del Meta debe aprender de estos errores y actuar rápidamente. Se necesita una reestructuración interna que priorice la eficiencia y la competitividad, así como una estrategia de mercado agresiva que permita enfrentar a las marcas que pronto disputarán su territorio. Solo hasta mediados del 2024, la Unidad había transferido más de $4.178 millones a la salud, al deporte y a la educación del departamento, recursos que no deben dejar de recibirse.
Solo con medidas concretas y decididas se podrá garantizar la supervivencia y prosperidad de la unidad en el nuevo panorama que se avecina.

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