jueves, 9 de mayo de 2024
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Empezar con pie derecho | Editorial


Empezar con pie derecho | Editorial 1
Redacción PDM

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La situación del acueducto de Villavicencio es crítica. Decir esto no es nada nuevo; los usuarios más que nadie podemos vivir esta realidad cuando llegan las lluvias o también el verano.

Cada administración municipal asegura que las millonarias inversiones realizadas en la bocatoma, las subestaciones o las redes de conducción, son obras que “garantizan el suministro”.

Pues bien, por esas multimillonarias contrataciones es que actualmente a la Contraloría General de la República le preocupan los niveles de despilfarro que allí se hayan cometido. De hecho, de los 135 procesos de responsabilidad fiscal por valor de 318.517 millones de pesos, por irregularidades en el manejo de los recursos públicos en el Meta, el de mayor cuantía es un proceso en la ejecución del proyecto de construcción de la bocatoma del acueducto, donde la entidad afectada es Edesa S.A. por cuantía del daño patrimonial cercana a los $77.613 millones.

La sinceridad y transparencia con la que comuniquen la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Villavicencio, así como la administración municipal, durante los siguientes cuatro años serán muy importantes para que la ciudadanía sepa, realmente, en qué se están destinando los recursos públicos.

Actualmente se ejecuta un contrato interadministrativo en el que la Alcaldía aporta 1.000 millones de pesos y la Gobernación otros $800 millones, con los que se busca proteger la poca infraestructura que tenemos de bocatoma. Los mismos ingenieros han advertido que estas obras son de mitigación y no de prevención, pues es urgente por lo menos salvaguardar el sistema que permite llevar el agua desde Quebrada Honda hasta La Esmeralda.

Si de algo presumió la administración de Felipe Harman fue de manejar los recursos de la EAAV con transparencia y eficiencia, sin embargo, los actuales directivos denunciaron que se pagó por 20 meses un leasing de una maquinaria tirada e inservible en el cauce de la bocatoma, además de no atender los arreglos de la subestación de Puente Abadía, clave para el suministro del líquido en la ciudad.

La situación es crítica desde distintos frentes. Hay que decir también que al no estar en operación el desarenador, la sedimentación que ingresa cada segundo a la tubería, puede traer consecuencias más adelante en las subestaciones de bombeo y en el mismo ducto de captación.

Desde aquí insistiremos en que la EAAV entregue siempre la información de manera transparente y sin matices, para que los usuarios puedan tener la seguridad de que esta vez la platica no se la lleva el río.


Redacción PDM

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