Esta es la llanera que participó en Shark Tank Colombia

«Los padres pueden apoyar a sus hijos a emprender y comprender que los teléfonos no siempre son una distracción para los jóvenes, sino que también se puede desarrollar un hobby y, es lo más genial del mundo».

Por Inelda Rodríguez / Especial Periódico del Meta

Los emprendimientos juveniles, por más artesanales que sean, tienen en la tecnología o las redes sociales algún punto de apoyo. Es el caso de Dulce María Vargas, una emprendedora que solo a punta de tutoriales de You Tube aprendió a tejer como lo hacía su abuela. 

«Me inspiré en mi abuela María Ernestina, porque ella me enviaba vestidos tejidos, gorros y camisetas. Ahí empezó mi curiosidad. A los 5 años les pedí a mis padres una aguja e hilo crochet y, viendo tutoriales en YouTube aprendí, porque nunca tuve un tutor como tal», menciona la joven.

«Exactamente en esa casa fue que nació la idea de crear ‘Dulce Trapillo’», dice la niña refiriéndose al barrio Kirpas de Villavicencio donde creció, quien, con el acompañamiento y apoyo de sus padres, hoy es una joven emprendedora.

Con tan solo 14 años, esta joven perfeccionó el arte del tejido, y además fue quien le dio nombre a su proyecto, inspirado en su propio nombre y en el amor por el tejido en trapillo. Este es un material hecho de tiras de tela reciclada que se utiliza para hacer manualidades.

«Cuando tenía 9 años estábamos en pandemia y ahí conocí el trapillo. Así que en mi cumpleaños les pedí a mis padres el material y, como era igual que tejer a crochet, ya sabía más o menos de la técnica», expresa Dulce María.

De una simple curiosidad, pronto se convirtió en una afición, y finalmente en un emprendimiento. Este descubrimiento fue posible gracias a su tía Milena Cárdenas, ya que al ver las creaciones en los estados de WhatsApp le dijo que se los vendiera.

«Mi tía vende bisutería, fue la que se interesó y me dijo, “yo te los compro, hazme más”. Ahí fue donde nació la idea de vender al público mis creaciones, porque siempre lo había tomado como un hobby, no para ganar dinero», indicó la joven emprendedora.

Pero como todo emprendimiento, no ha sido fácil y ha tenido que atravesar momentos difíciles: primero la prohibición de su padre quien no le gustaba que vendiera cosas en el colegio “porque para eso él trabajaba”; luego su corta edad y, como si fuera poco, también tuvo que sobrellevar la llegada de una enfermedad.

«Tuve que reducir bastante el tejido, porque me tiemblan las manos y pues más cosas que me descubrieron. Pero lo que yo digo, si Dios es el eje de todo, todo es posible», aseguró Dulce María.

«Muchas personas no me compraban porque decían: “es que tú eres una niña, tú puedes ser irresponsable”, entonces yo les digo, puedo ser pequeña en edad, pero grande en responsabilidad y de mente. Trato siempre de ser cumplida, si yo digo que para el 30, un día antes te está llegando el pedido», enfatizó.

Dulce María se siente orgullosa y la hace feliz poder contribuir dando empleo a madres cabeza de hogar y ayudar al medio ambiente, «yo me enteré de que este material es basura, porque lo botan las grandes textilerías, así que, al realizar mi arte, le daba un nuevo uso y quedaban lindas. Además, estoy aportando un granito de arena cuidando el medio ambiente, porque esto si se bota contamina más del 85%», explica Dulce María.

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Es por esto por lo que con más entusiasmo creó su empresa la cual comenzó a mediados de agosto del año 2021, actualmente les da trabajo a varias mujeres, «aquí en el departamento estoy generando empleo en los municipios de Granada, Acacías y Villavicencio», menciona Dulce María.

Su emprendimiento la ha llevado a grandes escenarios, como mostrar sus bolsos y organizadores en el programa Día a Día, también recibió un reconocimiento en el Congreso de la República como la primera empresaria junior en el país y fue contactada por el programa Shark Tank Colombia para que mostrada su talento a los grandes del emprendimiento, en un episodio que fue transmitido el 29 de noviembre.

«Estuve en Shark Tank Colombia, fue una experiencia emocionante porque se aprende demasiado de grandes personas que han pasado por este mismo camino y que han tenido que superar bastantes obstáculos. Ellos motivan a más emprendedores que están empezando y eso me gusta, haberles podido comentar que los niños también pueden emprender», menciona entusiasmada Dulce.

A su corta edad, Dulce María ha consolidado su empresa ‘Dulce Trapillo’, destacándose en la venta de 200 a 300 bolsos mensuales, el producto fuerte de su negocio. Sin embargo, se puede adquirir llaveros, tapetes, organizadores y más. Además, sus creaciones han traspasado fronteras, llegando a países como Estados Unidos, Canadá, Costa Rica, Brasil, entre otros. «En promedio, de 100 bolsos, 10 se quedan en Colombia y 90 se destinan al exterior», comenta con orgullo la joven emprendedora.