Feliz día al padre que sigue la búsqueda
- Publicado en Jun 16, 2024
- Sección Experiencia de paz
“Ese espíritu de padre no se olvida, lo más duro para un padre es que se le lleven al hijo”, explica Luis Ramírez, padre con dos hijos desaparecidos.
En el marco de la celebración del Día del Padre, este próximo domingo 16 de junio, un homenaje a los que no pierden la esperanza de hallar algún día a sus hijos.
Por Alejandro Monasterio / Especial Periódico del Meta
En el Meta, la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) registra 176 buscadores en el rol de padres biológicos, padrastros y padres de crianza, “sin embargo, debe haber muchos otros hombres que también son buscadores y que el parentesco no quedó asignado como padre o que no están en nuestro registro”, comentó Diana Paola Viveros, coordinadora territorial de la UBPD.
En este registro de la entidad está Luis Carlos Ramírez, un padre buscador de 73 años, quien ha dedicado gran parte de su vida a hallar el paradero de sus dos hijos, desaparecidos en medio del conflicto armado del país.
Don Luis Carlos, con las enfermedades que trae la edad, ya no tiene los mismos alientos físicos para emprender la búsqueda, como cuando recién desaparecieron hace más de una década, en su mente y en su corazón guarda la esperanza y las mismas ganas encontrar respuestas hasta que terminen sus días.
Nacido en Viotá (Cundinamarca), llegó al El Castillo en 1975, donde permaneció poco tiempo por el deterioro de la seguridad, pues las circunstancias lo obligaron a buscar un lugar más seguro para su familia. Sin embargo, la realidad le deparaba situaciones aún más complejas.
Sus hijos, los gemelos Edison y Robinson, nacieron en 1976 y crecieron en el campo, trabajando en fincas desde pequeños por falta de oportunidades para educarse en la escuela.
“Les ofrecí lo mejor dentro de mis posibilidades, pero en esa época, con el auge del cultivo de coca, Edison se trasladó a Miraflores (Guaviare), y nos mandaba ocasionalmente platica, hasta que un día, la comunicación cesó. Tiempo después recibí la noticia de que lo habían encontrado muerto en La Macarena”, recuerda con dolor don Luis.
La Fiscalía publicó su nombre y su cédula, sin embargo, aún no se han identificado sus restos, pues al parecer fue enterrado junto a otros cuerpos en una fosa común. La confirmación final del ADN aún está en proceso de investigación.
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Su otro hijo, Robinson, se trasladó al Guaviare y luego al Vichada, pero según la Fiscalía también trabajó en Bogotá, manteniendo contacto esporádico hasta que un día también desapareció.
“Una vez me llamó una fiscal y me preguntó que si yo era el papá de él, que por el asunto de la muerte de Robinson Ramírez. Yo tenía entendido que el último paradero de Robinson fue en Cumaribo, Vichada; le comenté a unas personas que me provocaba bajar hasta allá, a averiguar, pero me dijeron que no me metiera porque era una zona muy peligrosa”, dijo Luis Carlos.
Diana Viveros, coordinadora de la Ubpd para Meta, Vichada y Guainía, entidad de carácter humanitario y extrajudicial, con la labor de buscar a todas las personas desaparecidas en el marco del conflicto antes del 1 de diciembre de 2016, cree que el dolor por este tipo de desapariciones ha marcado por igual a padres y madres.
“Los impactos de la búsqueda o de la desaparición marcan de manera similar a hombres y mujeres. Todas las acciones de búsqueda generan ayuda entre pares, pero efectivamente, son en su mayoría las mujeres por lo que yo no conozco espacios propios de cuidado para los hombres”, explicó Viveros.
Según la Ubpd, el Meta es el segundo departamento con más desaparecidos del país, superado por Antioquia. Villavicencio, con 2.159 y Vista Hermosa, con 1.719 registros de búsqueda, son los municipios número 5 y 7 en el escalafón nacional, respectivamente.
Para don Luis Carlos, el Día del Padre es una fecha cargada de emociones: “Le digo a los papás que tienen a sus hijos cerca que los cuiden, el amor de padre es amor fuerte. Yo siento todavía ese espíritu de padre, eso no se olvida” afirma.
Añade que, a pesar de su salud deteriorada, sigue esperando la noticia que le permita dar una sepultura digna a sus hijos. “Yo no creo que estén vivos, lo más duro para un padre es que se le lleven al hijo, pero al menos me gustaría saber cómo fue la muerte, que me entreguen los restos de mis hijos, eso me daría tranquilidad”.
La coordinadora territorial de la UPBD, también extendió un llamado a todos los padres buscadores: “No olviden a sus seres queridos, todavía hay esperanza, el amor es lo que nos mueve a seguirlos buscando”.
Luis Carlos Ramírez, como muchos otros padres en el Meta y los Llanos continuarán la búsqueda, impulsados por el amor hacia sus hijos. En su dolor y resiliencia, encuentran fuerzas para seguir adelante, esperando el día en que puedan cerrar este capítulo doloroso, reencontrarse con sus familiares o que se les entreguen sus restos y hallar algo de paz.
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