Guainía: vulnerable al uso de mercurio

La extracción ilegal de minerales continúa siendo un problema para la región, esta vez involucrando la salud física y mental de sus habitantes. Hay personas que hasta en el cabello tienen trazas de este elemento.  

Por Lina Herrera

¿Se imagina que su salud se ponga en riesgo por comer pescado, bañarse en un río, y beber de su agua? Aunque parezca poco probable, esta es una realidad que se mantiene en el departamento del Guainía por el uso de mercurio en actividades como la extracción ilegal de minerales.

Pese a que en Colombia desde julio del 2018 el uso de este elemento en cualquier proceso industrial y productivo para minería se encuentra prohibido, de manera clandestina se convierte en una técnica muy apetecida que garantiza obtener el oro en una alta calidad para su comercialización posterior.

Tanto así que el pasado 5 de marzo la Procuraduría General de la Nación se refirió a las afectaciones irreversibles que trae el uso de mercurio en la minería ilegal, indicando que 10 departamentos se encuentran en alerta, entre estos el Guainía.

De acuerdo a información compartida por la secretaría de Salud del Guainía, la problemática del uso del mercurio en la minería tiene antecedentes de hace unas cinco décadas, sin embargo, solo en el periodo 2000 – 2021 se tienen registradas ocho investigaciones con el fin de dar cuenta de niveles del elemento en las personas y el medio ambiente.

“En el estudio del 2020, la determinación de contenido de Hg (mercurio) en cabello humano evidenció contaminación de los pobladores de la región en las cercanías al río Atabapo e Inírida, con concentraciones que superan el límite máximo permisible de 5 μg/g.”

Los efectos negativos del mercurio pueden llegar de manera directa o indirecta, ya sea por manipularlo sin la debida protección al momento de la actividad aurífera, o al habitar una zona cercana al punto en donde se usó.

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Asimismo, el uso inadecuado de mercurio y la falta de medidas de seguridad y control durante su uso permiten registrar graves repercusiones para el ambiente y la salud, especialmente en las comunidades indígenas que dependen de los recursos naturales de la región.

“Estas comunidades suelen estar ubicadas en áreas cercanas a los yacimientos de oro y dependen directamente de los ríos y las selvas para su subsistencia. La contaminación del agua y los suelos con mercurio tiene impactos importantes en la fauna acuática y terrestre, afectando la disponibilidad de alimentos tradicionales como peces, mamíferos y plantas, que son la base de la dieta y cultura de estas comunidades”, explica la dependencia.

Sumado a lo anterior, dentro de las poblaciones en riesgo se destacan como vulnerables los fetos, lactantes, niños y mujeres en edad fértil. También se encuentran aquellos que realizan quema de amalgamas de mercurio; los que consumen pescado, alimentos y agua provenientes de sitios contaminados, y quienes guardan mercurio en casa.

Respecto a este último, la concentración de metilmercurio (la forma orgánica del mercurio, esta forma es la más tóxica) puede variar mucho entre diferentes especies de peces y ecosistemas.

Yady Cristina González, Ingeniera Química, explicó a Periódico del Meta que los peces predadores son los más propensos a contaminarse. Por ende, se debe evitar su consumo.

“Se van a ver afectados todos los peces que vivan en los ríos contaminados por las actividades ilícitas. Sin embargo, hay unas recomendaciones frente a como se puede minimizar el riesgo de la exposición a metilmercurio. El mercurio es un metal pesado, por eso cuando cae al río se va al fondo. Se recomienda evitar consumir los peces que son de fondo de río, como los tipos bagre o carroñeros”.

Adicionalmente, también se debe evitar el consumo de los peces adultos o más viejos, los cuales tienen una concentración más alta del elemento, en comparación con los más jóvenes de la misma especie.

Por otro lado, según Johanna Ruiz, toxicóloga del Meta, aunque a menudo pasa desapercibida, los efectos en la salud a causa de la intoxicación por mercurio pueden ser devastadores.

“La exposición al mercurio puede tener consecuencias graves para la salud física. Entre ellas se incluyen daños neurológicos, trastornos renales, problemas cardiovasculares y alteraciones en el sistema digestivo. Estos efectos pueden manifestarse de forma aguda en casos de intoxicación aguda, o de manera crónica en exposiciones a largo plazo. Incluso en dosis bajas. Lo más frecuente es la exposición crónica por ingesta de pescado contaminado con dicha sustancia o exposición industrial”, indicó la profesional.  

Además de los efectos físicos, la intoxicación por mercurio también puede afectar la salud mental.

“Se han documentado casos de deterioro cognitivo, trastornos del desarrollo en niños expuestos durante el embarazo, depresión y ansiedad. Estas consecuencias pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida y la capacidad funcional de los afectados”.

Finalmente, la secretaría de Salud destacó actividades enfocadas a atender esta problemática. Se hace seguimiento a la notificación de intoxicaciones por mercurio; vigilancia epidemiológica y aporte a la caracterización e identificación de poblaciones en riesgo y vulnerables por la exposición; el desarrollo de capacidades del personal del sector salud para la atención de personas con exposición y afectaciones en salud por incluyendo la construcción de rutas de atención en salud para personas con intoxicación aguda y crónica por mercurio, y la formulación de una estrategia de salud pública con enfoque diferencial e intercultural para fortalecer la atención integral de las poblaciones en riesgo y con afectaciones por el mercurio.